Jack Reacher

Olvidaros de esos caducos tipos duros del cine de acción de toda la vida. Nada de Clint Eastwood, Stallone, Chuck Norris o Charles Bronson. Todos ellos son unas nenazas comparados con Tom Cruise.

Tom Cruise es el puto amo. Y punto. Sólo así se explica que lleve más de 30 años en lo más alto enlazando un éxito de público tras otro. Jack Reacher es un ejemplo de lo grande que es Tom Cruise (o lo grande que nos intenta hacer creer que es). Jack Reacher es una película concebida únicamente para demostrarnos lo genial que es Tom Cruise. Su Jack Reacher no es solamente un ex militar perfectamente entrenado en prácticamente todas las artes de la guerra (combate cuerpo a cuerpo, excepcional conductor, tirador de élite, etc) sino que es más chulo que un ocho y el tipo más listo que jamás ha aparecido en una pantalla de cine.  Ése es Jack Reacher. Si aceptas que Jack Reacher y Tom Cruise son lo más de lo más, puede que disfrutes de esta película. De hecho, Cruise se funde con el personaje y lo fagocita totalmente, lo hace suyo y lo transforma en algo totalmente inverosímil.

No nos engañemos, la superioridad física e intelectual de Jack Reacher es tan evidente desde que aparece en escena que no se puede albergar ninguna duda. Es como si el personaje se hubiera leído el guión antes de empezar la película y supiera de antemano todo lo que iba a pasar. Reacher deduce cosas sin ningún indicio y es tan listo que no se deja engañar por las evidencias. Jack Reacher va cinco pasos por delante del espectador y tres por delante del director. Sólo así se puede explicar que, tras recibir un golpe con bate de beisbol en la nuca y estando indefenso en una bañera, unos malos (ignorantes ellos) intenten rematarle varias veces y no sean capaces de hacerlo. Es más, se golpean entre ellos de lo torpes que son. Dicha escena podría resultar ridícula pero todo cobra sentido si sabes la verdad sobre Jack Reacher. No es que tenga una suerte totalmente increíble, es que Jack Reacher es el ángel de la guarda con la carita de niño bueno de Tom Cruise.

Jack Reacher no pierde ni un segundo en mirar ese escote. Nosotros tampoco.

Jack Reacher aparece cuando se le necesita. Jack Reacher es capaz de amedrentar a la policía y hasta al fiscal del distrito sin levantar la voz y derrochando simpatía. Jack sólo tiene una camisa que lava él mismo. Jack pone nerviosa a la abogada (una Rosamund Pike con eterna cara de no enterarse de nada) pero la castiga con su indiferencia, ella no es digna de él. Por mucho escote que se ponga, la pobrecilla no sabe que Jack Reacher ha consagrado su vida a la justicia, no está para distraerse con mujeres. No hay escena de cama, no las hay desde hace mucho en las pelis de Tom Cruise, pero el film deja un regusto machista. Pensemos que las mujeres en esta película son seres indefensos y bastante poco inteligentes que necesitan la protección de un varón. Sirva como ejemplo la citada abogada que interpreta Rosamund Pike, está totalmente perdida y necesita la guía de una figura masculina, bien la de su padre o la de Jack Reacher. La otra chica del film es todavía más patéticamente dependiente de los varones, tanto que ni voy a comentarlo. La visión que este film ofrece de las mujeres es bastante retrógrada, como casi todo en ella.

Jack Reacher es un patriota. En una escena, Jack se escapa de la policía bajándose de un coche en marcha y camuflándose entre la gente, hasta un tipo de color le presta una gorra. Jack es el pueblo americano. El pueblo americano sabe con nada más verle que Jack Reacher lucha por la justicia y que la policía está equivocada. No olvidemos que la bandera americana también aparece unas cuantas veces, podemos sumar la apología patriótica a la lista de despropósitos del film.

Tom Cruise está en su salsa, en uno de esos personajes que parecen escritos a su medida. Tras triunfar con Misión imposible, parece que Cruise intentó iniciar una nueva franquicia, desde luego novelas de Jack Reacher le quedan unas cuantas, tiene material para los 15 próximos años, cuando su rostro aparente tener 40 años. Su Jack Reacher es como el Ethan Hunt de misión imposible pero mucho más duro y con un pasado mucho más turbio, menos espectacular pero igual de poco creíble. Cruise está tan cómodo con el personaje que hasta se produce la película en un acto de egocentrismo sin parangón. Da igual que el personaje de Reacher de los libros de Lee Child sea mucho más alto y corpulento que Tom Cruise, Cruise suple lo que le falta de tamaño con su entrega.

Un personaje como Reacher necesitaba un antagonista a su altura, cosa nada fácil, debía ser poco menos que la reencarnación del mal en la tierra. Y casi lo han conseguido. Nada como contratar al director alemán Werner Herzog (Fitzcarraldo, Nosferatu: el vampiro de la noche) para que aterre al personal son esa mirada (lo del ojo es maquillaje) y esa voz. Un villano carismático con un pasado terrible que se dedica al mundo del urbanismo con muy malas artes. En España hubiera llegado a alcalde o ministro del PP. Como era de esperar, el villano se topa con Jack Reacher y Reacher sabe con sólo una mirada que no merece vivir. Jack es juez, jurado y verdugo. Con Jack Reacher no valen las instituciones ni la justicia convencional, lo suyo es el fuego divino. Nada de estado de derecho y libertades constitucionales, Jack Reacher sabe que todo eso son pamplinas. Donde esté una bala que se quite cualquier tribunal. No sé si Jack Reacher es un fascista o un anarquista pero no es democrático.

 Christopher McQuarrie  (guionista de la excelente Sospechosos habituales) dirige esta tontería infantiloide con aspecto de thriller. McQuarrie entrega un film entretenido y falto de alma que hará las delicias de los feligreses de Tom Cruise que estén dispuestos a aceptar cualquier fantasmada de buena gana.

Una pena, si no tomara al público por idiota, Jack Reacher hubiera podido ser un film interesante.