Hace nada eras un chaval, ahora te sorprendes contando historias de juventud, pero la cosa es así, que cojones, y que dure mucho. Vas creciendo, que no haciéndote mayor, y todo a tu alrededor sigue tu ritmo, o casi todo. Ves esas bandas que escuchabas hace un montón, con las que has disfrutado estos años, y que por suerte, siguen dándote tu música, y mira que no es fácil, sobrevivir en este país, en el mundo del rock, porque las ayudas son pocas y las zancadillas, demasiadas. Pero ahí están muchos valientes. Como Caskärrabias. 20 años ya han pasado, desde que los madrileños, nos sorprendiesen a muchos con aquel primer disco. 20 años al pie del cañón, y que sean mínimo, otros 20 años, y que nosotros los veamos. Clásicos ya del rock madrileño, estas dos décadas había que celebrarlas como merecen, porque tantos momentos pasados, dan cabida para buenos y ratos malos, y eso es algo, tanto unos como otros, fundamentales en la vida y la historia de cualquiera, y por supuesto de una banda de rock and roll.
Caskärrabias ha decidido apagar las velas con grabación en directo, en formato cd y dvd, pero en vez de mostrarnos su fuerza sobre el escenario, han decidido arriesgar y sorprender, llevando sus canciones a la forma del acústico, con un dvd efectivo y sincero, sin grandes aspavientos. En el rock and roll, el espectáculo visual, puede ser parte importante, nadie va a negar la grandilocuencia, de un show de Kiss, los Stones o Alice Cooper. Pero también, la pureza de la compañía de una voz y una guitarra, conducen las canciones directas al corazón. «A tu salud» es una historia vivida, una historia por contar, una historia aún por vivir. La banda, sus canciones y su gente, cara a cara, mostrando esa comunión perfecta, tan complicada de conseguir, y que se convierte en la auténtica ceremonia del rock and roll. Desde ese inicio con el ya clásico «Sr Caskärrabias», no hay descanso hasta el final, en el disfrute. Como me gusta «La Petra», a la que emparentan con Sting, «La marquesina», «Madrid» o «La huida», y esa versión de «Layla» de Clapton.
Sencillez y humor, ese violín de Maite y la voz de Kake Lago, indiscutible e indispensable. Un regalo para los que están, y un recuerdo emotivo para los que nos dejaron, como Agustín Terrón a quien dedican estos 20 años. Cuando el dvd termina, y apuro el último trago a mi cerveza fría, pienso, ¡joder, que bien hubiese estado estar esa noche ahí! ¿Acaso hay mejor muestra de que el objetivo está cumplido?. Grandes Caskärrabias, que no pare la música y que sigan cayendo más años, más canciones, más rock and roll. ¡A vuestra salud!
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