Hanibal Lecter es uno de esos villanos que fascinan a las masas. El personaje salido de la mente de Thomas Harris es un psiquiatra refinado a la vez que un psicópata caníbal. Puede que sea esta combinación de elementos antagónicos lo que atrae al gran público. Tras varias adaptaciones cinematográficas, Hannibal Lecter ha dado el salto a la televisión con la serie Hannibal.
Lo cual nos lleva a una innevitable pregunta: ¿Aceptaría el público una nueva reencarnación de Hannibal Lecter tras la icónica interpretación de Anthony Hopkins? La cosa no estaba fácil, sin embargo, el actor danés Mads Mikkelsen casi consigue que nos olvidemos de Hopkins. Mikkelsen resulta convincente llevando al personaje a terrenos no explorados hasta la fecha. El Lecter de Mikkelsen es más sofisticado y taciturno a la vez que más calculador.
Hannibal se basa inicialmente en los personajes que aparecen en la novela El dragón rojo, la primera en que aparece nuestro psiquiatra favorito, aunque luego adapte tramas y personajes del resto de novelas de Harris sobre Lecter. A todos ellos se les ha dado una sangrienta y jugosa vuelta de tuerca. No es Hannibal una serie que adapte fielmente las novelas de Harris, sino que las usa de excusa y las modifica a su antojo. La serie transita por pasajes reconocibles por los seguidores del psiquiatra caníbal pero con un enfoque aún más perverso. Igualmente, se ha cambiado el orden de los hechos, se han modificado el sexo o la raza a algunos personajes cuando no se han inventado otros (como la psiquiatra de Hannibal, encarnada por Gilliam Anderson) o pasajes enteros. Sin ir más lejos, Will Graham (Hugh Dancy) es aquí un tipo solitario con serios problemas mentales de quien sus propios compañeros del FBI sospechan que pueda ser un asesino en serie, lo que explicaría su extraordinaria capacidad de trazar perfiles psicológicos de asesinos en serie. Como veis, todo se ha retorcido en la serie.
Hannibal colaborará aparentemente con el FBI pero usará las investigaciones para satisfacer su propia curiosidad e iniciar un macabro juego. La relación entre Lecter y Will Graham traspasará lo estrictamente profesional y se basará en una mutua fascinación. Graham es capaz de sentir una empatía por los asesinos en serie que Lecter es incapaz de sentir por nadie. Hannibal es un narcisista que no siente compasión alguna por sus víctimas ni por nadie. Sigue sus propias normas al margen de una sociedad de la que, aparentemente, es un miembro destacado. En una escena Hannibal le dice a Will: “El bien y el mal no tienen nada que ver con Dios. El tifus y los cisnes, todo viene del mismo sitio. Si él está ahí arriba, le encanta”. Para Hannibal «Matar no es algo ajeno a Dios ya que Él lo hace constantemente.». Hannibal se compara con Dios, un Dios sin piedad.
No nos engañemos: Hannibal es una serie tramposa que juega continuamente con el espectador, a veces de forma demasiado descarada y con trucos baratos pero efectivos. Sin embargo, sus oníricas imágenes de siniestros ciervos negros o gotas de sangre cayendo son de lo más surrealista que se visto en la pequeña pantalla casi desde los tiempos de Twin Peaks. Igualmente, es una de las la series más escabrosas y bizarras que recuerdo. Abstenerse los débiles de estómago. El hecho de que cada episodio se llame como un plato culinario es un agradable toque de humor negro. A pesar de una cabecera algo desafortunada y un vestuario muy discutible (esos trajes de rayas y cuadros que viste Hannibal son un horror). Hannibal es una serie que puede hacer las delicias de los aficionados a las emociones fuertes.
La serie fue cancelada por la cadena NBC tras tres temporadas debido al alarmante descenso de una audiencia que nunca fue para tirar cohetes. Los responsables de la serie han intentado sin éxito continuar con la franquicia en otro canal, pero parece que las negociaciones no han llegado a buen puerto. Mejor así. Sinceramente, creo que sería un error prolongar la serie. Ya la tercera temporada tuvo un arranque bastante forzado tras el impactante final de la segunda. Al menos, en la tercera hemos visto una nueva encarnación de El dragón rojo y a personajes que se omitieron en las adaptaciones cinematográficas, como Margot Verger.
Hannibal es un plato no apto para todos los estómagos.
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