La agradable sorpresa que supuso Rec ( de Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007) se ha ido diluyendo totalmente con el paso de las sucesivas entregas. Rec 2 (2009) fue una total decepción a pesar de tras la cámara estaban los mismos responsables y Rec 3: Génesis (Paco Plaza, 2012) más bien parecía una parodia. Sinceramente, creo que hubiera sido mejor no haber hecho ninguna secuela del original.
Jaume Balagueró intenta cerrar su saga de forma digna y atando todos los cabos que habían quedado sueltos. Esta cuarta entrega enlaza directamente con lo ocurrido en las dos primeras películas, por lo que volvemos al famoso edificio barcelonés en las primeras escenas y se tiene en cuenta la tercera (esa anciana en busca de su nuera es el contrapunto humorístico). El truco de la falsa grabación ( y la marea te cámara en mano) no daba más de sí, se abandonó ya en la tercera, y en esta cuarta entrega no era cuestión de volver a ello. Lamentablemente, no queda nada de la originalidad y frescura de la película original, en Rec 4 Balagueró entrega un correcto film de género zombie que no aporta nada nuevo. Balagueró se marca una presentación de personajes bastante estereotipados y poco atractivos para colocarnos en medio de una situación de aparente seguridad que todos sabemos que no va a durar mucho. Ahora hemos cambiado un edificio por un barco. Seguimos en amplios espacios aislados que pueden resultar altamente claustrofóficos. No pude evitar que el barco Zaratustra (¿homenaje a 2001?) de Rec 4 me recordara a la nave Nostromo de Alien. Por cierto, Rec 4 bebe en más de un aspecto de la saga Alien.
Sigue habiendo un acertado retrato de los estereotipos ibéricos y las singularidades de este país (o lo que sea) llamado España. No acaban aquí los tópicos: el tipo que emprende su último viaje antes de la jubilación, el friki informático, el científico, etc. Todo ya muy visto. Uno esperaba un cierre algo más elaborado y no tan rutinario. Leñe, que cuando uno ve a un personaje escuchando música con cascos ya sabe que va a ser el próximo en caer. Luego hemos de reconocer que el guión es tramposo, vamos, que esconde información cuando no engaña descaradamente. Son trucos habituales de este tipo de cine pero creo que se podrían haber evitado algún truco sucio (como la escena de la protagonista en la enfermería).
A pesar de las evidencias y deficiencias del guión, Balagueró demuestra una vez más su buen oficio y nos entrega algún buen susto (pocos) así como efectivas escenas de acción y persecuciones más que decentes. No podemos negar su saber hacer a la hora de crear tensión en el espectador. El film se hace ameno al fan del cine de zombies y pasa en un suspiro a pesar de ciertos golpes de humor poco logrados y esa manía de incluir con calzador temas de rock. Los actores están correctos pero les falta esa verosimilitud que rebosaba la primera entrega, se ha perdido esa naturalidad. Como ya hemos citado antes todos los personajes resultan bastante estereotipados por culpa del guión. Por cierto, Manuela Velasco sigue en camiseta como si de una versión hispánica y femenina de John McClane se tratara.
Sin duda, no está a la altura de la primera película ni es el cierre que todos esperábamos pero se puede ver.
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