Sammy Hagar se supo colocar en una buena posición para convertirse en una referencia del Hard Rock de los 80. Su carrera en solitario, que le serviría para recoger un cierto prestigio sobre los escenarios americanos, quedó apartada a un segundo plano tras su incorporación a Van Halen, una de las bandas americanas más polémicas de entonces, con un líder de lo más impredecible y, al mismo tiempo, que más arriesgaba con el sonido. Siempre buscando y experimentando en cada álbum, albergando grandes clases maestras para futuros guitarristas y, al mismo tiempo, un gran descalabro profesional dentro de sus ventas, como fue el Balance.
Esta unión dejaría nueve años y cinco álbumes de estudio. Pasaron de tocar el cielo con múltiples discos platinos a un mediocre Balance, después de que las diferencias entre varios miembros del grupo hicieran mella en sus composiciones. Aquello costó la escapada de Hagar de la banda. Pero el bueno de Sammy es mucho más que lo que pudo dar con Van Halen, cosa que demostró creando Chikenfoot con su ex- compañero Michael Anthony al bajo, Chad Smith (Red Hot Chili Peepers), y el guitarrista Joe Satriani. Un combo de maestros que dejaron un par de álbumes en estudio, un directo, y la sensación de que ese proyecto pudiera haber ido a mucho más. Pero las agendas de cada uno han hecho que aquello forme forme parte del pasado.
Ahora, el bueno de Sammy Hagar se junta de nuevo con Michael Anthony, creando un nuevo proyecto en el que incluiría al hijo de John Bonham, Jason, y al guitarrista Vic Johnson. Johnson es un viejo conocido de Hagar, con quien ha trabajado junto en Sammy Hagar and the Waboritas, grupo que formaría en el 1999, debutando con el álbum Red voodoo, y que aún hoy sigue en activo.
The Circle es un gran proyecto donde repasa su carrera musical, con una gran presencia de su época en Van Halen, dando pie a clásicos de Led Zeppelin, donde demuestra que, a sus 67 años, Hagar sigue teniendo una voz con suficiente potencial para seguir encima de los escenarios. Una gira no falta de polémica al mostrarse el propio Eddie un tanto descontento ante Hagar tocando las canciones de Van Halen, algo que no ha acabado de entender Sammy, pues esa época es una parte muy importante dentro de su carrera.
Un que nos regala canciones como “There’s Only One Way To Rock”, “When It’s Love”, “Whole Lotta Love”,”Why Can’t This Be Love”, o el tema “Heavy Metal”. Teniendo cada músico cierta presencia dentro de varios solos que irán acompañando al repertorio, queda claro que Hagar siempre ha sabido rodearse de buenos músicos, siendo este disco un gran reclamo para sus incondicionales, recomendado para la gente que busque apreciar un poco más el hard rock de la última etapa de los años ochenta.
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