Lo mejor de estas secuelas es la escena de la autopista de Matrix reloaded, es cierto que algunos personajes se nota que están generados por ordenador, pero creo que es lo mejor en cuando a ritmo y espectacularidad de estas dos desafortunadas secuelas. Hay que destacar que esta escena fue rodada por el director de la segunda unidad, David R. Ellis. Por cierto Ellis fue también el director de Destino final 2 (en la que también hay una espectacular escena en una autopista) y la divertida Serpientes en el avión. La mejor escena de la trilogía y ni siquiera la rodaron los Wachowski. Ya decía yo. Pero claro, tras esa escena ya nada puede impresionarnos y el film sufre un bajón importante.
Si Reloaded es un tormento, Revolutions es un poquito mejor, pero sigue siendo un tostón de cuidado. Eternas peleas y explosiones a doquier aunque no vengan a cuento. La idea no daba para más y Revolutions es quizás la peor forma de cerrar una trilogía. Su narración es confusa y no nos interesa el destino de los protagonistas ni nada de lo que ocurre en pantalla, yo sólo deseaba que acabara de una maldita vez. Esa interminable pelea final entre Smith y Neo volando por los aires mientras cae la lluvia no puede ser más carente de emoción y ritmo. Yo sólo deseaba que uno de los dos no se levantara de una maldita vez, me daba igual cual de ellos. Al menos, los efectos son algo mejores que en su anterior y bochornoso enfrentamiento. Por suerte, Hugo Weaving salva los muebles con su actuación aunque ni él consigue que las pomposas frases del agente Smith tengan algo de interés.
Como podréis suponer, los Wachowski no ofrecieron respuestas en las dos secuelas simplemente porque no las tenían, toda la apariencia filosófica del primer film se quedó en nada, no hay nada tras la filosofía barata de Matrix. No hay mística ninguna tras la tecnología. Sólo es cine de acción que pretende ser lo que no es. Un galimatías filosófico-místico-informático infumable construido para enlazar aburridas escenas de acción.
Aun así, hay quien venera esta trilogía y le intenta sacar significados ocultos en cada plano. Voy a solucionaros vuestras dudas, fieles seguidores de Matrix, os dejo una pequeña guía made in LuisCi:
–¿Qué es el oráculo? Pues un programa que el propio Matrix tiene integrado para ayudar a los elegidos en su camino hacia el reinicio de Matrix. Los oráculos ya existían en la mitología griega, otra referencia cultural que no lleva a ninguna parte.
–¿Qué pinta el maestro de las llaves en la trama?
Es sólo un McGuffin, algo que hay que conseguir, un objetivo de los protagonistas, da igual que luego no sirva para nada. Puede ser una estatua de un halcón o un código de lanzamiento de misiles. Aquí es un programa con pinta de señor mayor chino que abre todas las puertas.
– ¿Qué pinta en Merovingio en esta historia? Nada, sólo rellenar minutos de metraje. Su nombre de dinastía de emperadores alemanes no significa nada, sólo les pareció molón a los Wachowski. Su diálogo sobre la causalidad es digno de estudio de puro ridículo.
– ¿Qué significa el beso de Perséfone a Neo? Vaya usted a saber, ni los Wachowski lo saben, puede ser que Perséfone sea un troyano, un virus o un programa que detecte mediante el beso si Neo ama realmente a Trinity o puede que Bellucci pidiera una escena de beso con Keanu Reeves. El famoso beso es bastante soso, por cierto.
–¿Porqué Perséfone ayuda a Neo y sus amigos? Quizás desee fastidiar a su marido (lo más probable) o desee el reinicio de Matrix a ver si tiene más suerte en la próxima versión.
–¿A qué viene que el agente Smith se apodere de una persona fuera de Matrix? Me pareció una chorrada tremenda fuera de toda lógica (suponiendo que haya alguna en toda esta empanada mental).
–¿Por qué Neo tiene poderes sobrenaturales fuera de Matrix? Es uno de los hechos que más me defraudaron, no tiene ningún sentido. Puede que Neo sea el elegido para reiniciar Matrix, pero que adopte poderes en el mundo real (¡¡¡WTF!!!), no tiene ni pies ni cabeza.
–¿Qué significa el final? Neo necesita de las máquinas para acabar con la verdadera amenaza (el díscolo agente Smith), al final se tiene que aliar con Matrix para que Sión pueda sobrevivir. Neo se sacrifica por los demás, hecho que lo asemeja a Cristo (otra vacúa referencia religiosa de los Wachowski). Al menos, no es el típico happy end.
¿Volverán los Wachowski al universo Matrix? No os quepa duda. Su carrera no está siendo todo lo exitosa que se podría suponer, más bien todo lo contrario: enlazan un fracaso tras otro. Seguro que al final deciden volver a reiniciar el sistema e inundar las pantallas con la lluvia digital de Matrix. No olvidemos que el final de Matrix Revolutions dejaba las puertas más que abiertas a futuras entregas. Ya habrá otras oportunidades de reiniciar el sistema, ya se ha hecho otras veces (Neo es el sexto elegido y Matrix se ha reiniciado cinco veces antes).
Los Wachowski mezclaron filosofía oriental, Kung fu, cristianismo, informática y todo lo que se les ocurrió en un guión ridículo hasta decir basta. El cine de ciencia ficción no debe justificarse intentando tener más relevancia de la que tiene. Pero estas dos secuelas son meras excusas para mostrar escenas de acción. En especial, Matrix reloaded está llena de aburridos diálogos de besugos que pretenden ser profundos pero sólo resultan presuntuosos y huecos. Lo que se podría decir en dos frases, los Wachowski lo dicen en treinta. Venga, veamos unos ejemplos de citas de Matrix:
Ojo a las soberanas estupideces que le suelta El arquitecto a Neo:
-«Tu vida es sólo la suma del resto de una ecuación no balanceada conatural a la programación de Matrix. Eres el producto eventual de una anomalía, que a pesar de mis denodados esfuerzos, no he sido capaz de suprimir de esta armonía de precisión matemática. Aunque sigue siendo una incomodidad que evito con frecuencia, es previsible y no escapa a unas medidas de control, que te han conducido inexorablemente hasta aquí.»
«Como sin duda estarás deduciendo, la anomalía es sistémica y por eso crea fluctuaciones hasta en las ecuaciones más simplistas.«
-«El primer Matrix que diseñé era casi perfecto, una obra de arte. Preciso, sublime. Un éxito sólo equiparable a su monumental fallo. Su ineluctable fracaso se me antoja ahora como una consecuencia de la imperfección inherente a todos los humanos. Por eso lo rediseñé y lo basé en vuestra historia para reflejar con exactitud las extravagancias de vuestra naturaleza. A pesar de ello tuve que afrontar otro fracaso. Entonces comprendí que las respuestas se escapaban porque requería una mente inferior o por lo menos no tan limitada por los parámetros de la perfección. Quien dio con la respuesta de un modo fortuito fue otro programa intuitivo que yo había creado, en principio, para investigar ciertos aspectos de la psique humana. Si yo soy el padre de Matrix, ella es, sin duda alguna, su madre.»
Quizás hay que ser ingeniero informático con un máster en Wisconsin para entender estas frases en toda su extensión, pero en la sala de cine sólo provocaban carcajadas. No se vayan todavía, aún hay más frases que intentan ser profundas pero evidencian la empanada mental de quien las escribió pensando que así nos iba a impresionar:
-«La decisión ya la has tomado, ahora sólo estás intentando entender porque la has tomado». (El oráculo a Neo, toma profundidad)
-«Tócame y no volverás a tocar nada en más en tu vida». (Trinity a un esbirro del Merovingio, esta frase sí me gustó, es sencilla y directa. De las pocas frases directas del film.)
—»¿Por qué? ¿Por qué Sr. Anderson? ¿Por qué se levanta? ¿Por qué sigue luchando? ¿Acaso cree que lucha por algo, además de por su propia supervivencia? ¿Podría decirme qué es, si es que acaso lo sabe? ¿Es por la libertad? ¿Es por la verdad? ¿Tal vez por la paz? ¿Quizás por el amor? Ilusiones, desvaríos de la percepción. Concepciones temporales de un frágil intelecto humano que trata con desesperación de justificar una existencia sin sentido ni objetivo. Todas son tan artificiales como Matrix, sí, es cierto, aunque… sólo una mente humana inventaría algo tan insulso como el amor. Debería ser capaz de darse cuenta. Ya debería saberlo. Usted no puede vencer, ¡es inútil seguir luchando! ¿Por qué Sr. Anderson? ¿Por qué se resiste?»
(Diálogo entre el agente Smith y Neo en su interminable enfrentamiento final)
Lo dicho, lo que empezó siendo una estupenda película de acción que revolucionó el género acabó convertida en una pesada losa de hueca palabrería.
De hecho, aparte de que son malísimas, yo siempre he pensado que el guión se cerró al acabar la primera y hacer secuelas (aunque hubiesen estado bien hechas, que no es el caso) era una incongruencia total: si Neo ha descubierto que no está sometido a las reglas de la física en Matrix, que con su mente y su voluntad puede controlar todo ese entorno, ya no le hace falta luchar, ni volar, ni esquivar las balas (como le dice Morpheo en la primera), lo único que le hacía falta era decidir acabar con el programa. A partir de hay sobran virus, troyanos, y miles de agentes Smith…
A mi criterio es una Trilogia genial que cuadra por todos lados, el film tiene de por si un sentido metaforico en el que Neo representa a Jesus, como el elegido q viene a salvarnos, y desde el comienzo, desde the matrix de 1999, si se la interpreta bien, te das cuenta de que Neo tiene que morir para salvar a sion. Los dialogos aunque largos, tienen alguna finalidad que es alimentar la dicotomia entre el libre albedrio y el determinismo en el que se funda toda la trilogia y la relacion de dependencia entre los humanos y las maquinas, pues a pesar de que los humanos combatian a las maquinas y fueron quienes en realidad iniciaron la guerra, como se ve en el animatrix, aquellos dependen de estas, en cambio, las maquinas podian sobrevivir sin los humanos a quienes consideraban por naturaleza destructivos, hasta que, quien acaba poniendo en riesgo todo el sistema termina siendo Smith, un programa del mundo de las maquinas,ecuacion no prevista por la mente logica de las mismas no quedando otra opcion, que aliarse con los humanos para detenerlo
Hace unos días, vi en El Hormiguero a un programador informático, colaborador del programa, intentando explicar a Pablo Motos el proceso que permitía funcionar a un pequeño robot diseñado por él. El programador informático, bastante más preparado que un vulgar usuario avanzado de aquellos pretenciosos que creen que ya lo saben todo, decía cosas muy sencillas valiéndose de la combinación de expresiones coloquiales con terminología técnica en su intento de hacer accesible su descripción.
Las reacciones de Motos a tales explicaciones eran realmente alucinantes y ciertamente jocosas porque demostraban en cada gesto su desconcierto y que no se enteraba de nada. Ni siquiera de lo más básico… Y a cada repregunta se notaba que iba a peor. No diré que la razón fuera su ignorancia (aunque lo fuera) porque al fin y al cabo todos somos ignorantes (cada uno en lo suyo) y tal afirmación, por superficial, no explicaría ni aportaría realmente nada.
La verdad es que el problema de fondo era que Motos y el programador informático hablaban ambos castellano pero en claves totalmente distintas y así era imposible entenderse. Motos se estrelló en público contra un muro de conocimiento del que no pudo arañar nada, ni tan solo barniz que lo cubría. Se quedó mirándolo desde fuera con frustración y riendo de buena gana al ser consciente de su incapacidad para acceder. Vamos, que no le quedó más remedio que asumir que no llegaba, había sido muy evidente… y lo dejó por las buenas. Bien por él. Desde luego, no se le ocurrió desacreditar a aquel técnico por ser incapaz de entenderle.
Por qué explico esto? Porque este artículo me lo ha recordado. Encuentro grandes similitudes entre aquel diálogo de Motos con su colaborador técnico y la descripción que hace el autor del artículo de lo que él ha conseguido entender de la trilogía Matrix.
Sin embargo, observo que hay una diferencia fundamental: Mientras que Motos tomó consciencia y admitió su incapacidad para llegar, el autor de este artículo ha pretendido desautorizar lo que él no ha sido capaz de entender. Pequeña gran diferencia de actitud. Dice mucho de uno y de otro. Él sabrá por qué. O no. Será que por considerarse a sí mismo un buen crítico de cine se siente en la obligación de juzgar todo, aunque no lo entienda? Y, claro, si él no lo entiende, siendo él un experto (supuestamente), lo que quede fuera de su alcance intelectual debería ser «justificadamente» descalificado, no? Me resulta divertido pensar que pueda ser así…
Lo que yo veo es que a veces es bueno saber decir «no entendí los diálogos y los discursos –los había en la película y muy ricos, por cierto– por ser demasiado complejos»… y no pasa nada porque sea así. De ahí a descalificarlos con tanta ligereza hay un abismo. Y mira que el autor ha querido abundar en ello, en la crítica rabiosa de los diálogos, innecesariamente. Otra cosa es que él hable del resto de cualidades (buenas o malas) de estas películas, sobre todo de su narrativa. Esto es más lo suyo, ahí no me meto. Pero lo de valorar los diálogos que le resultan inaccesibles intentando desautorizarlos, vamos, me parece de gran ingenuidad, casi candoroso, de ternura infantil.
He tenido amigos que al ver la película Matrix Reloaded me dijeron abiertamente: «No he entendido nada, es demasiada complejidad y yo voy al cine a divertirme, no a hacer ejercicio intelectual. Paso.» Me parece muy honesto por su parte, aunque se trate sólo de un punto de vista personal, tan válido como cualquier otro. En tal postura, ninguno se sintió en la obligación de interpretar ni explicar la película desde sus propias limitaciones. No hacía ninguna falta una vez declarada la desconexión y el desinterés. Otra cosa son los críticos de cine, que parece que se sienten obligados a construir discursos siempre… y no, yo creo que no hace falta.
Concuerdo en una cosa, seguramente: la trilogía de Matrix empezó de la mejor manera, generando unas expectativas enormes respecto a la historia y deslumbrando con su lenguaje narrativo y visual, gracias a lo cual conectó con todo el mundo fácilmente. Su popularidad fue repentina y abrumadora. Tenía muchos elementos novedosos, una espectacularidad entonces (y todavía ahora) deslumbrante y rica, en una historia con muchos cabos sueltos que la hacían atractiva porque invitaba al espectador a elucubrar –esto establece un nexo entre los autores de la obra y los espectadores, vamos, el abc de la comunicación–, generando eso, expectativa, gracias a la intriga y la curiosidad.
En las dos siguientes películas, se profundizó muchísimo en el desarrollo intelectual y filosófico de la historia, primero (Matrix Reloaded), convirtiéndola en un producto infinitamente menos accesible intelectualmente… y a ello se debe que tanta gente se haya desconectado de ésta, lamentablemente, perdiendo popularidad. Era necesario? Para un intelectual o para un amante de la intelectualidad, esto es un placer, sin duda…. pero… Punto para debatir.
Y después (Matrix Revolutions), tal vez conscientes de aquella desconexión, situación perjudicial comercialmente, los autores parecen haber intentado simplificar buscando recuperar la perdida popularidad… para lo cual sólo les faltó poner fuegos artificiales. La historia se vuelve lineal, casi plana, al mejor estilo de la narrativa de otras como StarWars, diluyendo sus valores intelectuales y de intriga, precisamente los que le habían permitido conectar con la masa, tal vez perdiendo su esencia. Desde luego, todo es opinable y esta tercera entrega resulta ser la más discutible.
Matrix proponía, mediante un ingenioso ejercicio filosófico apoyado en la tecnología, la reinterpretación de la historia de la humanidad, incorporando gracias a su estructura intelectual toda la imaginería creada y asimilada por las culturas del mundo entero. Así, todo se volvía posible y creíble, hasta la existencia de los superhéroes y su coexistencia con dioses varios, santos, seres superiores, etc… Todos se volvían parte de una estructura fascinante que permitía explicar creencias y supersticiones e inclusive dejar de hacer incompatibles entre sí las diversas religiones reconocidas por la humanidad. Sólo por esto, Matrix resulta ser un divertimento delicioso, invita a sonreir mientras Neo vuela en aquella escena como el mismísimo Superman. Eso es todo, un juego intelectual mejor o peor llevado al cine… pero en cualquier caso, de gran riqueza y posibilidades. Yo estoy entre quienes agradecemos que alguien se haya atrevido a llevarlo a cabo a pesar de sus errores y limitaciones. Matrix hizo crecer, evolucionar, creer. Sin duda, ha merecido la pena.
Todo el rollo pseudo filosófico de esta saga me parece bastante simple. Copiado del mito de la caverna de Platón. Y no hay nada más detrás. Lo siento. La segunda y la tercera entregas no aportan nada nuevo, escasean de ideas y sobran escenas de acción ( que llegan a aburrir, por cierto, fallo imperdonable). Toda la demás cháchara me parece vacía, será cosa mía. Ya lo siento si no coincidimos.
Un saludo y gracias por el comentario.