Nunca he sido partidario de los grupos tributo. La mayoría de ellos me dan bastante grima, no me convencen las imitaciones ni las recreaciones en directo de los grandes grupos de la historia del rock. Sin embargo, he de reconocer que lo que hacen Pink Tones no es una imitación sino más bien una celebración ejecutada con absoluto respeto y total maestría.
No se andan por las ramas, nada de imitaciones físicas ni un repertorio asequible para el gran público que sólo conoce «Money» o «Another brick in the Wall». Pink tones es un grupo de y para fans acérrimos de Pink Floyd. Esos fans que quieren oír en directo temas como «Echoes». Pink tones se recrean en la época más progresiva de Pink Floyd. No hay temas de la época de Syd Barrett y sólo sonó un tema de la era post Roger Waters (la excelente «High Hopes»). Obviamente el último disco (el olvidable The endless river) fue totalmente ignorado. Pink Tones se centran en la época dorada de uno de los mejores (si no el mejor) grupo de la historia del rock, lo cual obliga a tener una perfección técnica envidiable a la hora de afrontar el casi inimitable sonido de Pink Floyd. Por imposible que parezca, lo logran. Su calidad musical es indiscutible, casi tanto como su respeto por los originales que interpretan.
Lo de Pink tones es interpretar fielmente y de manera asombrosa algunas de las mejores y más complejas composiciones de la música popular de los últimos 50 años. Hay que estar muy seguro antes de atreverse a interpretar en directo un disco entero como Wish you were here (1975) o temas de Animals (1977), amén de tener los bemoles de interpretar temas como «The great gig in the sky» y salir más que airosos. El nivel musical de todos los miembros del grupo es sobresaliente y muy superior al de cualquier grupo que triunfa actualmente en las radiofórmulas.
El grupo funciona como una máquina perfectamente sincronizada que ejecuta impecablemente un repertorio de lo más complejo y variado. Todo ello acompañado de proyecciones, rayos láser e incluso un muñeco hinchable (que esta vez se lució bastante menos que en su anterior visita al mismo teatro). Pink Tones entienden perfectamente la fusión entre música e imagen que siempre ha sido una de las constantes en la carrera de Pink Floyd y así plantean sus shows de 3 horas.
Dejaron para el final los temas más célebres de The Wall, el disco que significó el final de Pink Floyd como grupo. Lo que vino después no puede compararse a los logros anteriores de la banda. En un final apoteósico sonaron «Another brick in the Wall», «Run like hell» y «Confortably numb».
Lo único negativo que puedo decir de la noche mágica del pasado viernes fue el agobiante calor que por momentos se hizo casi insoportable en el teatro de las esquinas. Parece ser que el aire acondicionado no funcionaba o no había presupuesto para que lo hiciera. Por suerte, el calor no nos aguó la fiesta, pero a punto estuvo. A ver si los responsables de El teatro de las esquinas toman nota. Una sala de conciertos no es una sauna.
Vale que Pink Tones no son Pink Floyd y no son los compositores originales. Pero, sinceramente, no creo que hoy por hoy nadie (ni siquiera Waters o Gilmour por separado) interprete el repertorio de Pink Floyd con mayor pasión y perfección técnica. Como bien dijo un extasiado colega al salir del concierto y salvando las distancias: “Ha sido como ver a la Filarmónica de Viena interpretar a Mozart”. Pues eso. Una gran noche de rock progresivo
Magnificas crónicas!! Completamente de acuerdo contigo en todo lo que ha Pink Tones se refiere, sobre todo en que hoy por hoy nadie ( ni los auténticos miembros de Pink Floyd) serian capaces de interpretar sus éxitos en directo de forma tan magistral…me he visto reflejada en tu comentario por que esa misma frase la vengo yo repitiendo desde hace ya años, pues hace ya mas de ocho que soy seguidora de Pink Tones, siempre que puedo asisto a sus conciertos.
Gracias Pink Tones por hacernos revivir la magia Floydiana!!!
Muy buena crónica! Ojala me hubiera podido escapar a Zaragoza…y volver a vivir su gran directo de nuevo….
Os cuento mi experiencia de hace poco en Segovía.
Debería darme vergüenza, lo sé, confesar q a mi edad, prácticamente no conocía a los PINK FLOYD a parte de las dos o tres canciones más oídas. Pero esto cambio justo hace 1 mes el pasado 28 de marzo en Segovia. Por casualidad, invitación de mi sabio cuñado, asistimos al concierto que PINK TONES ofrecía en el teatro Juan Bravo. Ya han pasado 30 días y sigo teniendo ese concierto en mi cabeza…increíble lo que me hicieron sentir, yo lo viví como una especie de flechazo desde la primera canción q tocaron…esa sensación cuando ves o escuchas a alguien por primera vez y sientes de repente que el pelo se te eriza y el corazón se te acelera…. No puedo decir exactamente en qué momento fue cuando ya estaba totalmente inmersa en la música y ajena a todo lo demás, sentada en el suelo….casi extasiada con la mezcla, de sonidos, luces, imágenes, voces (impresionantes las de las chichas de los coros…) solo recuerdo un reloj al fondo con unas manillas moviéndose en sentido inverso y sin llegar a entender bien la letra de la canción creo que intuí lo que significaba y desde ese momento es una de mis favoritas. El final apoteósico, con sonidos de guitarra impresionantes (lo confieso, mi primera vez con “Comfortably numb” ) que “necesito” volver a revivir una y otra vez desde entonces (ahora ya si en disco y de la mano de Pink Floyd) y que hace que no vea el momento de volver a “sentirlos” en directo.
Gracias Pink Tones, sin la pasión que ponéis en lo que hacéis, quizá nunca habría descubierto a Pink Floyd. Espero poder disfrutar de vuestro ESPECTÁCULO durante muchos años más.
Más vale tarde que nunca, Estrella, ahora que los conoces, tienes la suerte de estar cerca de Madrid y Valladolid, donde actúan con frecuencia, para poderles ver con frecuencia.