Algo más de un mes lleva The Station, el primer larga duración de The Krazy Band, en la calle, CD en el que a lo largo de los doce temas que lo componen estos cuatro tipos procedentes de Salamanca han decidido plasmar sus cartas de presentación.
Una baraja formada por doce temas en los que ya desde «A Thoussand Days» nos queda claro que su rock viste de etiqueta y que han hecho de la elegancia el vehículo para presentar su música, en la que no es difícil intuir de que fuentes han bebido The Krazy Band. Unas influencias que partiendo de las raíces más clásicas del rock de las últimas décadas, han acabado dotando al grupo de una de sus grandes virtudes, como es esa versatilidad que acaba transpirando su primer larga duración tras un primer EP inicial que vio la luz a principios de 2012. Y así, tras «A Thousand Days», tema encargado de abrir el disco y primera muestra de la elegancia anteriormente citada, nos topamos con «The City of Silence» dónde, de nuevo, sin grandes estridencias pero con la potencia justa y necesaria, el grupo pone boca arriba sus cartas.
Con «It will come true» el grupo el grupo da un giro para adentrarse por sendas algo más accesibles, antes de que la brillante «Cold heart» nos sirva en bandeja el tema encargado de dar nombre al disco, «The Station», dónde un brillante riff da paso a la mejor muestra de la versatilidad y elegancia que estos cuatro tipos atesoran bajo su nombre, aunque no hemos de esperar mucho, ya que tras «Under the rain», aparece ante nosotros «I Lost Your Smile», otro medio tiempo marca de la casa y que viene a sumarse a los momentos más destacados del disco, con el que se abre su segunda parte, con la que le grupo seguirá la estela marcada en la primera hasta que la rockera «Lady vampire» se encargue de poner fin a este The Station.
Un disco que, a modo de resumen, desde su diseño, tanto exterior como interior, combina esa elegancia omnipresente a lo largo del todo disco con las dosis justas de potencia para conseguir un equilibrio que, aún sin contar con la mejor de las producciones, desde el inicio hasta el final, sin estridencias innecesarias, sin duda puede ser un buen compañero de viaje mientras tus ojos se centran en el paisaje que lo acompaña.
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