Dale a David Cronenberg algo parecido, incluido un actor que tampoco sea el paradigma de la expresividad, y te dará esa monumental obra magna llamada Una Historia de Violencia, donde con tal de salvaguardar a la familia el pasado del protagonista volverá para ajustar las cuentas pendientes, pero aquí, en El Protector el devenir de la historia se la das a Stallone y acabará un producto de esos que tanto le gustan. De hecho lo de menos es que sea Gary Fleder el que la acabe dirigiendo, porque desde el principio de la historia hasta su desenlace final es Sly quien acaba manejando las riendas.
Y para esta historia de violencia Stallone acaba, tampoco es por casualidad, echando mano de Christmas, su lugar teniente de la saga The Expendables, que por cierto, y eso lo podremos observar dentro de unas semanas, cuando se estrene la tercera entrega, lo mejor que podría haber hecho es cerrar la carpeta a lo grande hace un par de años y no ir por los derroteros por los que va a transcurrir la nueva película, pero tiempo tendremos para hablar de ello en los próximos días. Sí, aquí, y en esto no va equivocado Sly, el mejor para dar vida a Phil Broker, no es otro que Jason Statham, posiblemente el mejor heredero, aunque siempre le acabe faltando esa punta de brillantez, de esos héroes duros de los noventa.
Una historia que no se aparta ni un ápice de lo que nos marca los cánones de estos productos y que aquí todavía se ven más reforzados por ese código de conducta tan made in Stallone. Y si bien desde el primer minuto del metraje sabes perfectamente por donde van a ir los tiros, la película , con sus altibajos, se deja ber bastante bien, incluso en ese despropósito en el que acaba convirtiéndose en los últimos veinte minutos, sobre todo de la mano de una Winona Ryder en un estado, y no sólo en el aspecto físico, lamentable, cosa que viene a confirmar que lo de El Cisne Negro sólo fue algo esporádico, y de James Franco, pero esto tampoco es novedad, aunque aquí, la verdad sea dicha, gran parte de culpa sea la del personaje que le ha tocado dar vida.
Una hora y cuarenta minutos son los que necesita la dupla Sly & Statham, para recrearnos algo que Cronemberg hace unos años elevaba a los altares, pero en este negocio cada uno sabe que armas debe elegir para seguir haciendo su camino, y de eso, de armas y violencia sabe bastante el patrón de los mercenarios y eso ha acabado siendo marca de la casa, y este Homefront la lleva marcada a fuego.
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