La idea de que Laurent Berger, aka Tsi-Na-Pah, que a estas alturas no necesita presentación, escribiese sobre Pink Floyd nació en una charla informal en Facebook cuando, todavía desconociendo la verdadera identidad de Mr. Berger, un servidor se le ocurrió retarle a que escribiese cuatro líneas sobre uno de los grupos más grandes que ha visto el planeta Tierra, pero como hablar de Pink Floyd no es una cosa baladí y requiere de la atención debida Laurent, aka, Master Tsi decidió fraccionar en varias entregas la historia del grupo que ahora, una vez nos la cuenta una de las grandes voces autorizadas de este negocio, pasa a ser de obligada revisión ya que a lo largo de las diversas entregas seguro que descubriremos detalles que hasta el momento no teníamos constancia de su existencia.
Pink Floyd (1 Parte) The Syd Barrett Years
Los Floyd con Syd era como morder un limón… ¡Ácido y refrescante! Un estallido de color y de ingenua precocidad lisergica. ¡La perfecta “bicicleta” para viajar! Ya que por si alguien aún no lo sabía, ¡Albert Hoffman realizó montado en su bicicleta su primer viaje lisérgico! Por aquel entonces empezaron los “happenings” donde la toma de LSD 25 era el rey… Carmesí por supuesto! Lennon vio por primera vez a Yoko en una de esas fiestas, ella realizaba una performance junto a su primer marido Tony Cox, y John quedó prendado de la japonesa.
Aquella fiesta pasó a la historia como 14 Hour Technicolor Dream, donde se reunieron 41 bandas y un sin fin de otras modalidades artísticas. Destacaron unos Pretty Things que presentaban su “S.F. Sorrow”. The Crazy World of Arthur Brown tampoco pasó inadvertido… Pero fuero unos jovenzuelos vestidos con camisas satinadas y ojos entornados los que llevaron a los asistentes hacia otra galaxia. Comandados por el mayor “Captain Trip” (con la avenia de Jerry Garcia) de Inglaterra: Mr Syd Barrett tomó los mandos de “Astronomy Domine” y la nave “Enterprise”, y partieron hacia Vulcano o quién sabe dónde.
Pink Floyd por aquel entonces eran pop dulce y ácido que en sus conciertos desarrollaban largos y laberínticos paisajes musicales. The Piper of Gates of Dawn fue el testamento imperecedero que dejó Syd junto a sus compinches. De once temas, nueve eran de él… Y cómo no, no faltaba la mención a la famosa bicicleta, el tema “Bike” era su tributo. Por cierto, por aquel entonces un joven Steve Howe junto a Tomorrow también hablaba de una “White Bicycle”.
Los Floyd en su primera fase embrionaria se llamaron Sigma 6, aunque el nombre va cambiando cada dos o tres meses al mismo ritmo que se suceden diferentes miembros entre sus filas; T-Set, The Screaming Abdabs son algunos de ellos. Pero fue la llegada de Syd lo que revolucionó todo. Propuso en un primer tiempo adoptar el nombre de Pink Floyd Sound. Un nombre tomado en unos singles que Syd tenía en su haber y que no dejaba de poner, los Bluesman Pink Anderson y Floyd Council.
La fuerte personalidad de Barrett es patente, su mente es un derroche de energía y de ideas innovadoras. Roger Keith Barrett tuvo siempre en él una enfermedad mental pero fueron las drogas las que ayudaron a que se desatollara muy rápidamente. Desde niño estuvo tocado por los dioses del arte y tanto la música como la pintura eran algo que emanaba de su menta inquieta con bastante facilidad. La banda grabó sus dos primeras canciones: «Lucy Leave» y otra versión de Slim Harpo, «I’m a King Bee». Con él llega igualmente el “Light Show”, que se convierte en una atracción escénica que nadie se quiere perder y que sirve para ilustrar las largas y lisérgicas improvisaciones que la banda empieza a dominar con mayor fluidez y dominio.
“Arnold Layne” fue su primer single… Una obra maestra que la radio de aquella época rehusaba radiar, porque según ellos esa historia de un hombre que colecciona ropa interior de mujer que roba en los tenderetes de sus vecinas, era algo malsano para la juventud! Pero aquello no impedirá que el single suba hasta el puesto de las listas de ventas. Luego vendrá “See Emily Play” otra obra de orfebrería pop! Escogiendo el título de su primer disco grande en un poema de William Blake, aquel trabajo se convertirá a lo largo de los años en una de las piedras angulares de la psicodelia y de la música rock en general.
Un disco que a cada escucha se descubre algo nuevo y que nunca suena a desfasado o huele a naftalina. Como todos saben, Syd se subió a la nave interestelar para nunca volver, viajando durante el resto de su vida entre las estrellas y polvo cósmico. Con él se cerraba un episodio de la saga Floyd y este post que seguirá durante un tiempo…
En 1969, Syd Barrett propuso a EMI la idea de grabar algunas canciones que había compuesto. En un principio tenía que ser Malcolm Jones el que fuese su productor pero al final entró su antiguo amigo David Gilmour. The Madcap Laughs, producido por David Gilmour, Roger Waters y Malcolm Jones contó con la colaboración de The Soft Machine, aunque los temas están la mayoría en estado bruto, con Syd y su guitarra. Temas como “Dark Globe”, “Octopus”, “Golden Hair” (un poema de James Joyce), “If It’s In You” son el fiel reflejo de esa mezcla de genialidad y locura que se estaba apoderando de la mente de Barrett.
En 1970, Syd había compuesto nuevos temas y David Gilmour volvió a producir, aunque esta vez se les unió Richard Wright. Destacan temas como “Baby Lemonade”, “Dominoes”, o “Effervescing Elephant”. Muchos otros temas quedaron fuera de estos dos discos como son «Opel» y «Bob Dylan Blues» que se pueden adquirir gracias a Opel, un álbum recopilatorio con esas catorce canciones dejadas de lado. También está la caja Crazy Diamond-The Complete Syd Barrett. Tres CD: The Madcap Laughs, Barrett y Opel, con media docena de temas extra y 24 páginas con información y fotos.
Barrett, en un último momento de lucidez terrenal intentó crear una nueva banda en 1972 llamada «Stars», con la que actuó, aunque fue un fracaso. Lamentablemente no se guarda grabación alguna. En 1974, el mismísimo Thin White Duke (Bowie) y otros músicos le rogaron que regresara para grabar algo nuevo. Syd fue a los estudios Abbey Road para una sesión de cuatro días, en la que dejó grabaciones instrumentales sin pulir salvo un último tema de premonitorio título: «If You Go».
Laurent Berger /Tsi-Na-Pah
Buenas noches, os ha dicho alguien que vuestro blog puede ser adictivo ? estoy preocupada, desde que os recibo no puedo parar de mirar todas vuestras sugerencias y estoy muy feliz cuando recibo uno más, sois lo mejor en español, me encata vuestra presentación y el curre que hay detrás. Un beso y abrazos, MUCHAS GRACIAS POR VUESTRO TRABAJO, nos alegrais la vida.
Saludos
manitas barcelona http://www.llap.es/6-bricolage-pequenas-reparaciones