Los que siguen son algunos discos que considero ejemplares del resurgimiento estilístico y cualitativo del irrepetible estilo rockero de los setenta, la moda retro que aplauden nostálgicos y jóvenes que pasan de lo indie en busca de auténtico rock n’ roll.
No hay viejas glorias entre el conjunto -Dylan, Young, Petty, Hughes, Aerosmith, los Stones y demás sexua y septuagenarios también han mantenido la salud del género-. He optado por bandas relativamente actuales, surgidas entre la primera y segunda década del siglo. Allá van:
Witchcraft – The Alchemist: el predecesor del genial “Legend” (2012) es un álbum igualmente setentero, con un idóneo Magnus Pelander liderando la banda desde el micro, pero menos atado a la poderosa sombra de Black Sabbath que eclipsa su último lanzamiento. Aquí pesa más el folk áspero, la distorsión de menor octanaje y algunos leves toques progresivos que hoy día han dejado atrás. Más psicodélico, menos doomer. Además, un temazo llamado “Hey Doctor” que recuerdo con mucho cariño.
The Soulbreaker Company – Itaca: son vascos, pero cualquiera pensaría que provienen de Suecia o Alemania. Me sorprendió su elegancia, clasicismo y psicodelia cuando los descubrí en mi antigua casa.“Ítaca” luce producción consistente, dura como un tronco. Un trabajo fuera en España que, como todo lo anormal, llegará al público justo, el mismo que los acaba reclamando con cierta torpeza en blogs musicales. Los casi diez minutos de “I’ts Dirt” ya dicen bastante, y la portada no ilustra nada mal su contenido. Quizás sus enigmáticas melodías son su mejor aportación al género.
Graveyard – Hisingen Blues: me explayé largo y tendido sobre él cuando me harté de escucharlo, allá por 2011. Quizás fue este el disco que más me introdujo en este sub-mundillo -valgan las etiquetas-, y aún no he escuchado uno tan bueno, personal y lleno de matices. O si me lo he cruzado, no me ha gustado tanto. Desde la portada a su último tema, pasando por las espectaculares ediciones en vinilo, “Hisingen Blues” se me antoja imprescindible dentro y fuera del género. Para mi gusto, la banda más personal y novedosa del supuesto resurgimiento.
Green Manalishi – Green Manalishi: nacidos de la ruptura de Mermaid, poco tiempo después de que estos lanzasen su álbum más clásico, de la mente de Txetxu Brainloster. La banda lanzó dos discos antes de que el ánimo de su líder se hundiera entre el silencio de la indiferente cultura imperante. Las dificultades, en este caso, pesaron mucho más que un excelente puñado de canciones de estilo setentero, ácidas y de sonido tan analógico que no debería existir en CD. El disco que con más ganas reivindico del conjunto. Por cierto, también son “de aquí”.
Rival Sons – Pressure & Time: una banda de infarto que aúna lo mejor de los Zeppelin’ y la tradición sureña con un potencia chillón llamado Jay Buchanan, un tipo que canta a lo bruto sobre bases rítmicas que parecen afectadas por la sequía. Blues-rock, más rocker que blueser, directo al corazón. Con este disco los descubrí, y desde entonces son habituales en mis reproductores. En estilo son comparables a Wolfmother, pero en los sons percibo más autenticidad. Estos desgarran con cada estrofa.
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Grandisima lista…Me encantan..tengo un post preparado con Vidunder! No se si los conoces, pero no tardes!