Ya lo dije en su anterior visita hace 5 largos años: todo lo que leas o escuches sobre The Steepwater Band en directo se queda corto. Sigue siendo un auténtico pecado perderse un concierto suyo. Los de Chicago han vuelto con dos discos nuevos bajo el brazo y con más ganas de tralla que nunca. En su actual Spanish Tour 2022 presentan Turn of the Wheel (2020) y Re-Turn of the Wheel (2022), 2 discos que los siguen colocando muy alto dentro del rock norteamericano. En sus directos sigue sin haber trampa ni cartón. Cuatro virtuosos que se dejan la piel en directo a base de buen blues rock. Vale que no han inventado nada, pero en lo que hacen sobre un escenario destilan una convicción que ya quisieran muchas estrellas consagradas. Los discos de The Steepwater Band son siempre recomendables pero es en directo donde estos profesionales alcanzan su máximo esplendor. Esos riffs criminales y esos solos eternos siguen siendo una combinación imbatible. 
La otra noche en el Rock & Blues café fue algo más que un concierto. Fue el reencuentro de una banda con sus fieles seguidores tras una demasiado larga ausencia sobre los escenarios. Es un lujo volver a disfrutar con las guitarras de Jeff Massey y Eric Saylors y esa base rítmica formada por la batería de Joe Winters y el nuevo bajista Joe Bishop. Joe se ha integrado perfectamente en el sonido de la banda aunque sufrimos por él debido al calor de estos últimos días y a ese gorro que vestía.
Tocaba presentar temas nuevos y empezaron con Please the believer y Turn of the Wheel, dos buenas canciones para romper un hielo que acabaría de resquebrajarse del todo con Revelation Sunday y Tell the truth. A partir de aquí la temperatura subió hasta casi el punto de ebullición. El virtuosismo de estos 4 tipos quedó patente con canciones como Broken Spirit blues, Make it right, Salvation in time, Abandon ship, Big pictures o Come on down. Auténticas joyas que hicieron las delicias de los allí congregados. No hubo tiempo la nostalgia aunque sí para una excelsa versión del Knocking on heaven’s door que supo a gloria bendita. Vamos, que te pinchan y no te sale sangre.
Del resto de la noche yo destacaría High and Humble y los tres temas en los que subió al escenario Coco Kin, quien hizo lo que pudo para estar a la altura de estos gigantes. Coco superó la enorme papeleta con buena nota a pesar de no haber tenido apenas tiempo para aprenderse los temas. Parece ser que durante la comida habían decidido tocar su tema Shift, Cortez The Killer de Neil Young y Statesboro blues de The Allman Brothers. Casi nada. Al final la fiesta se nos fue hasta las más de 2 horas de buen rock.
Lo dicho, una noche mágica y para el recuerdo. Esperemos que no haya que esperar otros 5 años para su próxima visita.
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