Un nuevo disco de Tears for fears en pleno 2022 no deja de ser una rareza. Cuando ya nadie los esperaba, Roland Orzabal y Curt Smith han vuelto a la actualidad con ‘The Tipping Point’. Lejos quedan ya las listas de éxitos en las que triunfaron en los 80 con singles tan inolvidables como Shout, Mad World, Everybody wants to rule the world, Head over heels o Sowing the seeds of love. Conscientes de que sus mejores momentos pasaron hace décadas, Tears for fears se volvieron a reunir en 2004 con el LP con un Everybody Loves a Happy Ending que ya desde el título sonaba a despedida. Y ahora, caso 20 años después vuelven para demostrar que siguen siendo capaces de crear estupendas canciones pop. Mientras otros coetáneos suyos regresan provocando vergüenza ajena, Tears for fears se alinean más con Duran Duran, quienes el año pasado celebraron su 40 aniversario con un disco de lo más fresco. ¡Qué demonios! si muchos se suman ahora al carro del revival de los 80, ¿quién mejor que Tears for fears para reivindicar su legado?
Tears for fears entregan en ‘The Tipping Point’ un ramillete de buenas canciones. Así de simple. Peinan canas, sus voces han perdido algo de brío y ya no son los chicos más modernos del barrio, pero siguen fabricando melodías de lo más elegante. Si uno cierra los ojos mientras escucha este disco casi podría jurar que estamos en 1985. No es que ‘The Tipping Point’ suene antiguo o rezume nostalgia, simplemente suena a buen pop intemporal. Reconozco que me sorprendió el inicio acústico de “No Small Thing” pero cuando las voces de Roland y Curt se alternan sentí una emoción similar a cuando te encuentras con un amigo de la infancia. Repito que no hay nostalgia en este disco sino buenas canciones que se mantienen por sí solas y hacen la escucha de este LP un ejercicio muy disfrutable. Sorprendentemente, el disco no arriesga un ápice ni defrauda.
Entre los mejores momentos debo incluir los sencillos “The Tipping Point” y “End Of Night”, ejemplos de cómo el buen pop nunca pasa de moda aunque ya no cope las listas de éxito. También me gustan mucho “Long, Long, Long Time”, “My Demons” y “Break The Man”. Quizás lo más flojo sean unas demasiado edulcoradas “Rivers of Mercy” y “Please Be Happy”, nada grave. Por suerte, el trío de ases formado por “Master Plan”, “End Of Night” y “Stay” sirve de perfecto broche dorado para un disco más que digno.
No sé si habrá más LPs de Tears for Fears (espero que sí) ni si tardarán otros casi 20 años en hacerlo (espero que no), lo que sí sé es que andamos necesitados de discos así.
He de reconocer que después de las primeras escuchas me quedé un poco frío ante este disco. Pero le di más oportunidades, y madre mía, qué manera de meterse dentro. Qué melodías, qué elegancia. En fin, que discos como este es lo que noto que falta en la actualidad. Imprescindible.
Muchas gracias y saludos
Pues sí, me parece un discazo. Parece que la calidad perdura a pesar de los años.