Future Past es el decimoquinto álbum de Duran Duran. ¿Qué podríamos esperar de estos Duran Duran otoñales? Lejos de convertirse en meras parodias de sí mismos o dinosaurios que se limitan a repetir la misma fórmula disco tras disco, Simon Le Bon, Nick Rhodes, John Taylor y Roger Taylor han demostrado ser atemporales. Siempre fieles a sí mismos sin dejar de reinventarse. Para celebrar este 40 aniversario han tirado la casa por la ventana.
Grabado entre Londres y Los Ángeles durante el confinamiento, Future Past ha sido realizado junto con el DJ y productor británico Erol Alkan. El mítico Giorgio Moroder ha contribuido en ‘Beautiful lies’ y ‘Tonight united’ mientras cuenta también con las colaboraciones de Mark Ronson, Graham Coxon de Blur, que coescribe y presta su guitarra en varias pistas, y del ex pianista de David Bowie, Mike Garson. Además, ‘Future Past’ cuenta con algunos de los artistas más rabiosamente modernos del pop actual como Lykke Li, Tove Lo, Ivorian Doll o CHAI . La jugada está clara, Duran Duran buscaban ampliar y rejuvenecer su público a base de featurings de lo más moderno. Por suerte, les ha salido mucho mejor que a Tom Morello o a ese fraude llamado Coldplay.
No puedo decir que todas las colaboraciones hayan resultado igualmente satisfactorias. Pero el disco suena moderno y fresco sin insultar los oídos de quien los descubrió en los 80. ¿Seguro que estos tipos tienen más de 60 tacos? Es más, me atrevo a decir que estamos ante un gran disco de pop. O al menos, el mejor pop que se hace actualmente. Lo mejor de Duran Duran desde aquel ya lejano Duran Duran (The wedding album) de 1993. Simon Le Bon canta mejor que nunca, el bajo de John Taylor sigue siendo el motor funky que junto con la batería de Roger Taylor forman la sección rítmica ideal para los omnipresentes teclados de Nick Rhodes. Sin duda, su mejor aliado ha sido la decisiva guitarra de Graham Coxon, ya que las mejores canciones llevan su impronta en la composición.
Future Past se abre con Invisible, un tema que suena actual pero que adolece de un crescendo que acaba en un coitus interruptus un tanto extraño. No está mal pero quizás no sea el inicio que uno esperaría. La cosa sorprende gratamente con los dos siguientes temas All of you y Give it all up (junto a la sueca Tove Lo), lo mejor del álbum. Producción elegante y estribillos pegajosos van a ser la constante de este trabajo y aquí queda más que patente. Anniversary suena precisamente a eso, a fiesta de celebración de 40 años, un tema que recuerda irremediablemente a sus primeros éxitos como Girls on film o Río. Ente tanto revival de los 80, nadie con más derecho que Duran Duran para reivindicar su legado. Future past y Wings suponen un pequeño bajón en la fiesta, son correctas baladas marca de la casa para lucimiento de un Le Bon en un estado vocal formidable. No están nada mal pero serían los tema en los que te escapas a por copas en un concierto. Dentro de las baladas me quedo con la mucho más interesante Nothing Less.
La fiesta retorna a todo trapo con las dos canciones producidas por Giorgio Moroder: Beautiful Lies y Tonight United. Esta última se convierte pronto en otra de mis favoritas del LP: gran estribillo, simple, festivo, directo e imposible de borrar de tu cabeza. Y ya van varios en este disco. Hammerhead es el típico tema de Duran Duran que incluso sale ileso del mediocre e innecesario rap de Ivorian Doll (personaje a la cual no conocía previamente y no me lamento por ello). Acto seguido tenemos otra pequeña joya de pop, More Joy! que incluye un peculiar featuring de la banda de chicas japonesa CHAI (otras que no conocía y tampoco me arrepiento), lo cierto es que apenas se les nota (se limitan a parlotear de fondo y poco más) y el tema es simplemente tan adictivo como el crack. Hasta tiene uno de esos Oooohhhh Oooohhhh Oooohhhh que Bono o Chris Martin matarían por escribir a estas alturas de sus mortecinas carreras. Falling es la única canción del disco compuesta únicamente por los cuatro miembros de Duran Duran y se beneficia de las florituras a los teclados del gran Mike Garson, muy al estilo anárquico/Jazz de Aladdin Sane. Lo cierto es que Falling supone un cierre arriesgado que evidencia que Duran Duran nunca han sido tan previsibles como podría parecer.
Lo dicho, un disco sorprendentemente fresco y adictivo.
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