Black Stone Cherry vuelve con disco nuevo titulado simplemente, pero con orgullo, Kentucky. Una celebración a su estado. Un nuevo trabajo donde vuelven a sus raíces más duras, aquí nada nada de hacer prisioneros esto es un ataque a tus tímpanos en toda regla.
Como comenta Chris Robertson han querido volver a sus orígenes empezando por volver al estudio donde todo comenzó, sintiendo que ha sido el álbum más personal y mágico que han hecho nunca. Es un estilo de música en que rara vez encuentro algo nuevo en esta categoría que realmente me aporte algo nuevo, pero con Kentucky los BSC han conseguido reunir un buen puñado de temas frescos con unas melodías que enganchan.
Tenemos de todo, una buenísima versión de “War” de Edwin Starr y que muchos conocen por Bruce Springsteen, donde el grupo le da un enfoque precioso con ese saxo barítono que acompaña las guitarras. La balada de rigor que no está mal; “Long Ride” una power ballad típicamente americana. “Cheaper to Drink Alone” , “Rescue Me” se convierten de inmediato en clásicos de la banda. Pero también tiene su porcentaje de canciones que no aportan nada y lastran un poco el disco, llegando a ser un poco tedioso su escucha integra de una sola vez, pero cuidado no estoy diciendo que sea un mal disco, simplemente que no llega a ser un discazo! Aquí sinceramente las raíces sureñas no las oigo por ninguna lado, y su sonido que algunos dicen se asemeja a Lynyrd Skynyrd no lo percibo en ningún momento, me parece mucho más cercanos a unos Black Sabbath o a unos Soundgarden.
Es cierto que saben combinar el blues, funk más grasiento con el hard rock más tradicional, prueba de ello es el tema “Soul Machine” Hay que tener mucho cuidado y andar con pies de plomo a la hora de grabar un disco de estas características sin caer en la burda e infame copia de sonidos ya manidos por demasiadas bandas y es que a día de hoy está todo prácticamente dicho y hecho en el rock and roll y más aún en el Hard Rock. Destacar en este género es tarea difícil. Pero se nota que sus miembros han mamado música desde su más tierna edad; el padre de John Fred militaba en The Kentucky Headhunters y el de Chris Robertson fue fabricante de guitarras. Aquí como ya he comentado más arriba tenemos un retorno al manantial que agradecerán sus fans de primera hora, ya que Kentucky recuerda mucho a los sonidos de su viejo material, olvidando un poco el estilo más mainstream en el que se habían enfrascado con sus dos anteriores trabajos aunque a mí no me disgustaba.
Este es ya su quinto álbum de estudio, y ya que se quiere hacer borrón, nada mejor que hacerlo con una nueva casa discográfica. Como no con esta nueva fiebre que surge por el vinilo, la banda no iba a ser diferente a ello, por lo que el disco se puede adquirir en versión Deluxe CD + DVD y los primeros 5000 ejemplares vienen con un inserto firmado por la banda. Aparte, hay edición en vinilo de edición limitada con tres colores diferentes a elegir. Es curioso como a pesar de seguir siendo rock and roll, el espíritu de esta genuina música ha perdido para siempre su lado salvaje y reivindicativo.
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