No hay duda: Blackstar el nuevo disco de David Bowie no va a dejar indiferente a nadie. O va a encantar o va a molestar a más de uno que espera que nuestro Thin White Duke le vuelva a cantar al Major Tom o al hombre estrella.
También, los que se quedaron en Ziggy Stardust deben obviar este disco; no es para ellos, este es un trabajo que requiere una audición concentrada, no apta para oídos neófitos y mentes diminutas. Es Bowie al cuadrado, el David que se reinventa, el camaleón cambiando de color hacia tonalidades cercanas al grafito más puro. El trabajo de Bowie ha ido desvelando su misterio poco a poco, dejando poco al oyente por descubrir.
Entre los temas que fueron lanzados, primero, el tema “Blackstar», encargado de abrir el disco, y el pasado día 20 de noviembre puesto a la venta en Itunes. Una composición que también se podía escuchar como sintonía de la serie televisa The Last Panthers. El tema originalmente tenía una duración de más de once minutos, pero Bowie, bajo el consejo del siempre sabio Visconti, lo editó con 09:57, por lo que se convierte en el segundo tema más largo en la carrera de Bowie, justo detrás de esa maravilla insuperable que es “Station to Station”. La razón es banal y puramente “económica”, ya que iTunes no publica singles de más de diez minutos de duración. Un corte que no desentonaría en discos como Kid A y/o Amnesiac de Radiohead. En lo referente al plan musical, también tiene algo que le acerca a “Station to Station”, el mismo aura futurista glacial con una atmósfera de fuerte carga sexual andrógina. Bowie consigue a estas alturas reinventarse una vez más, omitiendo lo obvio en siete canciones y en 41 minutos.
El sonido de Blackstar se materializa cuando Bowie acude al 55 Bar, un club de jazz de New York, y si bien la semilla ya estaba en su cabeza, al escuchar al cuarteto liderado por el saxofonista Donny McCaslin todo empezó a brotar; por cierto, mención especial a este músico, increíble el aporte que da a todo el disco. Un trabajo en el que se entremezclan de manera sublime del Nueva York más fantasmal con el surrealismo, el Jazz con la vanguardia, y todo estalla en un sonido único siempre con un pie en la vieja escuela.
Bowie regresó con The Next Day y ahora termina por clavar su cuchillo bien afilado con este Blackstar en pleno panorama musical, recordando quien es el Thin White Duke: el hombre que vino del frío y tomó prestado su alias a una navaja popularizada por Jim Bowie, un tipo que la utilizaba para batirse en duelo,algo que nunca ha olvidado David.
“Lazarus” es otro tema que ya conocíamos, lanzado el 17 de diciembre 2015 como otro sencillo extraído del disco, otra pepita de oro para abrir apetito. Tema igualmente largo, un poco más de seis minutos, para que David nos dé su visión de un personaje que fascina a través de los tiempos y del que el rock siempre se ha hecho eco: Lázaro de Betania, personaje bíblico que sólo aparece en el Nuevo Testamento y a quien otras luminarias como Nick Cave y/o Steven Wilson también le han dedicado su prosa. Además, “Lazarus” es el título que llevara su nuevo musical en Broadway basado en The Man Who Fell The Earth.
Finalmente, el tercer tema que ya se conocía es «Sue (Or In a Season of Crime)», que había salido anteriormente en 2014 como parte del recopilatorio Nothing Had Changed. Un tema melancólicamente obscuro, mucho más que la versión ofrecida por Maria Schneider.
Estos tres temas están provistos de un aura enrarecida, de una desangelada belleza, en el mismo espíritu que la trilogía Berlinesa de la que anteriormente ya os hablé. Un sonido que me recuerda por momentos a los discos de Peter Hamill, tanto con sus Van Der Graff como sin ellos; ese saxo es muy David Jackson, aunque en es «Sue (Or In a Season of Crime)» el espíritu de Ornette Coleman sea el que se pasea por los surcos. Asimismo, en algunos momentos las guitarras me rememoran a los Durutti Column; en esa intro de “Lazarus”, por ejemplo. El fantasma de los King Crimson época “Red” también planea por encima de estas composiciones. Son simples aires, ya que Bowie sigue siendo Bowie por mucho que te pueda recordar a otros. Esta “estrella negra”, tiene el espíritu Krautrock que tanto le marcó, pero se entremezcla con el flow de Kendrick Lamar o D’Angelo, artistas a los cuales David suele mencionar a menudo en los últimos tiempos. El antiguo Duque Blanco no olvida sus orígenes y a menudo también mezcla momentos épicos con la teatralidad de su amado Kurt Veil.
Un disco grabado con la espontaneidad y la búsqueda del jazz, todo ello con algo de punk con substancias tenebrosas cercanas a lo gótico. Cada tema está cargado de referencias que el oyente más veterano y experimentado seguramente habrá descubierto, como por ejemplo, el poeta y dramaturgo inglés John Ford en “Tis Pity She’s a Whore”. O En “Girl Loves Me”, que me extrañaría que muchos comprendan la letra de Bowie, ya que canta en una jerga con la cual se expresaban los marineros británicos, las prostitutas y los gays de los años 50, el “polari”, un lenguaje surgido en el siglo XIX. Brutal “Dollar Days”, el corte más jazz sin duda con ese increíble saxo.
En definitiva, 42 minutos divididos en siete temas. De ser un cuadro, Blackstar sería un lienzo de Jason Pollock. Mr. Bowie sigue siendo vanguardia tras cincuenta años de una carrera musical siempre en un constante cambio. Pocos artistas siguen desafiándose a sí mismos para salir airosos. Y qué magnífica idea de parte de Mr David Robert Jones de celebrar su 69 aniversario y, de paso, la entrada al año 2016 con este Blackstar que, de un golpe de magia, se convierte en uno de los discos del año al que aún le queda mucho trayecto por recorrer. Ahora habrá que ver si llega al final de los 365 días (perdón, 366 días, es un año bisiesto) con la misma frescura, y seguirá latente en las mentes de los que quedaron prendados a principios de año con él, será la prueba definitiva que Blackstar es otro clásico del maestro, le pese a muchos.
me lo acabo de comprar, lo he escuchado ya un par de veces y me ha gustado bastante. De lo mejor y más experimental de Bowie desde Outside.
Cierto, Bowie es siempre experimental , desde su primer disco siempre se tiene que reinventar.
Me gusta Bowie, siempre me ha gustado y no me identifico con ninguna de sus reinvenciones, de todas he sacado algo positivo. No voy a entrar en el absurdo debate de si este disco si ó este disco no, es una cuestión de gustos personales y contra eso no hay mucho más que añadir. Imagino que cada uno hara una lectura diferente y eso es lo que me mola de este bussines, a mi personalmente que no soy un neofito no me ha gustado nada y ya lo siento, porque la verdad es que le tenia ganas, una pena.
Me he decidido a comentar porque no me ha gustado esa acotación que has hecho al declararlo no apto a mentes diminutas, bajo mi punto de vista expresarse en esos terminos es desconsiderado para con tus lectores y así te lo hago saber. Esa sobradez narrativa algún dia te pasara factura me temo… mientras me alegra saber que te ha gustado el disco, eso que te llevas. Un saludo. Rafa.
Hola,
Tienes razon sobre la acotación…Pero no hay que sentirse señalado con ella porque no te guste el disco, va mas alla que el primer grado de lectura, ademas hace referencia a algo de Bowie de su pasado.
No creo que me pase factura mi obradez, porque no soy una persona sobrada en absoluto, mas bien lo contrario.
Lamento que te haya molestado la frase, pero a veces es necesario ser un poco corrosivo y engolado a la hora de escribir.
Dale mas escucha , que veras a que me refiero con lo de mentes diminutas.
Un gran disco, con una personalidad brutal. Muy Bowie, muy Kid A, muy Kendrick Lamar, muy Jazz….MUY BUENO!
Muy Bien!Me alegro que te guste!
Me parece muy interesante la comparación pictórica que haces, te debes referir a Jackson Pollock, no Jason. Su carrera ha ido en cierta manera ligada al pintor, ampliaría esa comparativa a toda su carrera, y donde este disco es otra pieza más del puzzle. Su manera de romper continuamente una línea artística ya es de por si un gran logro. Aunque te confieso que en lo musical este disco no me gusta, y no por la complejidad (te recomiendo Cavallo & Hugo Mas entre mis favoritos del año pasado, impresionante), ya sabes, temas de gustos. En lo lírico me parece excepcional, muy trabajado. Aunque ya te digo que el no gustarme este disco no significa que admire a David Bowie en toda su magnitud, la última canción es mi favorita con diferencia.
Gracias por corregirme es Jackson, ciertamente.Ahora busco Cavallo & Hugo, gracias porla recomendacion.Ahora con la muerte de Bowie este disco se comprende un poco mejor.