DISCO: THE 2nd LAW
AUTOR: MUSE
NOTA: 7.5
REVIEW:
Ceder una canción para que formase parte de la banda sonora de la saga Eclipse no fue un error tan grande como afirmar en una entrevista, pocos días después que, al hacerlo, la banda tenía la sensación de estar vendiendo su alma al diablo.
Lo primero no me hizo mucha gracia, porque evidenciaba que este grupo se había convertido en algo mediático. Al menos demasiado mediático. Lo segundo me sentó aún peor porque daba a entender que Muse había perdido el control sobre su propia música o sobre qué hacer con ella. Fruncí el ceño y esperé.
Luego se anunció que serían los encargados de la canción oficial para las olimpiadas de Londres 2012 y esperé a poder escuchar la canción en cuestión. El 6 de junio de este mismo año se lanzó de forma oficial, a través de Youtube, un tráiler viral como presentación del título de este último trabajo de Muse, “The 2nd Law”. La canción en cuestión sería el duodécimo corte del álbum, titulado “The 2nd Law: Unsustainable”. Un tema casi instrumental con cierto halo catastrófico, muy acorde con las teorías de la conspiración de las que Matthew Bellamy es tan acérrimo. Una composición con todas las características necesarias para ser la banda sonora de un trepidante thriller de ciencia ficción que relate el fin de los tiempos. A mi me recuerda mucho al “Puritania” de Dimmu Borgir pero, como es lógico, con un sonido y trasfondo muy distintos. Veo un mismo concepto en ambas canciones.
“Survival” vio la luz el 27 de junio, con un montaje de imágenes olímpicas, acompañando una letra que habla de la fuerza y determinación que hay en el afán de superación de los atletas. Me pareció una composición muy lenta y sosa… pero había que dejar que las escuchas revelasen la verdad.
Durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos, Muse salió al escenario con gestos que denotaban un evidente enfado. Por lo que tengo entendido, la organización quería que las actuaciones se realizasen en riguroso playback, a lo que Muse, rotundamente, objetó. Al final, si no me equivoco, consiguieron que la voz fuese en directo. Una actuación muy corta y carente de entusiasmo para una ceremonia muy enfocada en la música y que no había contado con leyendas que bien lo merecían. Lo que todos ya sabemos.
Pocos días después, el chasco me lo llevé yo, y es que buscando información sobre el nuevo disco y navegando por La Red, encontré una serie de enlaces a puntos de venta de entradas. Entré por curiosidad y topé con cifras entre los 120 y los 300 euros, dependiendo de la ciudad. Automáticamente, dejé muy claro en las redes sociales que mi relación con Muse estaba completamente moribunda por haberse vendido completamente.
Poco después, fui informado de que la página a la que había accedido era una web de reventas. La relación no estaba perdida. Lo de las entradas había sido un malentendido, lo de Crepúsculo es algo que me da un poco igual: me basta con no ver las películas y, que la gira sólo pase por una ciudad española es algo que, estoy seguro, remediarán. El disco hay que oírlo, que es lo que cuenta.
…Y el 5 de septiembre se estrenó “Madness”.
“The 2nd Law”
Hablando claro, el revuelo que se ha armado con el último disco de Muse es un tema de conversación que, mínimo, está dando para llenar páginas y páginas de críticas. No era mi intención hacer la crítica de “The 2nd Law” pero al final me he decidido y procedo a comentar los motivos.
En primer lugar, no entiendo exactamente por qué tanta crítica negativa hacia un disco que, desde mi punto de vista, continúa por la misma senda que el anterior “The Resistance”. Si hay cambios, son tan sutiles que no consigo verlos. No han virado de rumbo en cuanto a estilo, forma de componer o en temática a relatar, por lo que la decepción de tanta gente, no sé exactamente a qué viene. Si “The resistance” fue la ley, este es “la segunda ley”. El chascarrillo es predecible, pero reconozcamos que encaja en lo que quiero dar a entender.
“Supremacy” es épico, sinfónico y muy inglés: agitado, pero no revuelto, podría perfectamente formar parte del encabezamiento de una película de James Bond. Se presenta con energía para que luego Bellamy nos introduzca en este periplo. Lo hace con voz tenue, íntima y rodeada de una percusión de marcha de guerra. Roto con un estribillo en falsete, enérgico y rebelde y abrazado por la orquesta. Lo que empieza de forma un tanto beligerante, acaba en locura, con un ritmo muy desenfrenado. Muy Muse.
Donde yo veo el zenit del disco es en el segundo tema. El elegido como segundo single y que vio la luz con un videoclip que sin duda nos acompaña a todos estos días de lucha por las calles.
Muse en todo su esplendor, en la misma onda compositiva que “Hate This and I´ll Love You”, pero con la intención orgásmica de “Showbiz”. Lento, comedido y muy parco. Un ritmo muy básico que poco a poco se va rodeando de arreglos. Al mismo tiempo que nos brinda la sensación de ser muy espontáneo, por eso de que se van sumando más y más instrumentos e ideas, uno no puede quitarse de la cabeza la premeditación con la que se desarrolla. Esa perfección con la que la melodía nos recuerda a un “Faith” de George Michael ralentizado. Igual de sencillo, pero más lento. Con alguna que otra pincelada que recuerda a Prince en los pasajes más agudos de la voz y pequeños halagos a Queen en la segunda estrofa. Para la segunda repetición del estribillo el acompañamiento es aún mayor, por lo que la sensación de progresión se ve acrecentada. El solo es un evidente gesto de devoción hacia Brian May y su Red Special, con un sonido calcado y un gusto idéntico. Acto seguido se revela el tercer y último estribillo, pero más alto, alargado con dos frases más y acompañado por un ligero coro que me recuerda sobremanera a Rob Halford en un fantástico segundo plano. Y el desenlace.
Enorme. Impresionante. Apoteósico. Un crescendo inolvidable, que pone el broche final a una canción que habla de la locura del amor. Como si se abriesen las aguas:
Capture me,
Trust in our dream,
Come on and rescue me.
Yes, I know, I can’t be wrong,
Baby, you’re too head-strong.
Our love is…”
“Panic Station” es un híbrido ochentero entre “Need You Tonight” de INXS y “My Jungle Love” de la banda “The Time” de Morris Day (Si: los mismos que nos deleitaron con los créditos finales de Jay y Bob el Silencioso contraatacan) Una mezcolanza entre el pop más edulcorado y el funk más bailongo. Hortera es la palabra que primero viene a la cabeza con semejante descripción. Lo cierto es que Muse sabe perfectamente sacarle partido a sus inspiraciones creando canciones que recuerdan superando el original en muchos casos. “Panic Station” viene para quedarse.
Un pequeño corte hace de preludio a la banda sonora de los Juegos Olímpicos: “Prelude” dura apenas un minuto y nos prepara para el ya conocido “Survival”. El piano marca el ritmo, con un acorde constante. Bellamy entra comedido, con voz suave. “Una carrera. La vida es una carrera. Y yo voy a ganar” El resto, un alegato a la fuerza, determinación y coraje. La letra perfecta para inspirar a deportistas y aficionados. Un solo de guitarra que libera adrenalina acumulada y un final muy recargado. Olímpico. Siguiendo la estela de “Uprising”. The Resistance sigue indicando el camino a seguir como hasta ahora. No hay tantas sorpresas. O, al menos, mi percepción no las aprecia evidentes.
“Follow Me”, el sexto corte, empieza con un latido, diría acelerado como el de un bebé en el vientre de su madre: gestándose. Muse tiene un sello muy personal. Siempre lo ha tenido. Disfruta componiendo obras que se crecen a medida que se escuchan. Una impronta suya es ir añadiendo elementos poco a poco, dando más riqueza a lo que siempre comienza como algo muy básico. Así, “Follow Me”, empieza tranquila, como una balada y va acelerando hasta convertirse en una canción que recuerda de forma furtiva a aquel “The Neverending Story”, compuesto para Limahl y la banda sonora de la película que daba vida al libro de Michael Ende.
El meridiano llega con “Animals”, que viene a delimitar lo que a la postre es la división del disco. Una canción puente, que me recuerda al “Origin of Symmetry” en cierto sentido y que separa una primera parte que responde a la escucha más desenfrenada de la obra y abre la puerta a una segunda mitad más tranquila, como ya pasó en el anterior redondo.
“Explorers” es balada. Lenta, tranquila y en la línea que viene siendo las canciones lentas de Muse. No del todo pegajosa, pero sí lenta y melosa, con unos coros muy setenteros.
Después nos regalan “Big Freeze”, que me recuerda sobremanera a U2 en un dueto con David Bowie… que no es que yo sea precisamente un seguidor de tan afamados músicos. Simplemente me sale sin pensar. Entretenido, melódico y también con el mismo regusto ochentero que deja “Panic Station”, sin duda por culpa de la guitarra.
“Save Me” la veo más sosa… diría que más Eurovisión, por etiquetarla de alguna manera: sencilla, que entre fácil y sin demasiadas florituras. No mata. Tampoco molesta. “Liquid State” es más animada, con un bajo y una batería más atrevidos. Culpa de Chris, compositor del retoño y que habla de su lucha contra el alcoholismo. “Save Me” también es de Chris y en ambas canta el bajista.
“The 2nd Law” se divide en dos: el ya mencionado “Unsustainable”, misterioso, inquieto, apocalíptico y tecnológico: como parido por Cyberdyne Systems y El broche final, que lo pone “The 2nd Law: Isolated System”, donde se podría atisbar de lejos un Tubular Bells, muy difuminado, pero no borrado. Más voces que relatan acontecimientos poco agradables, el latir del bebé en el útero, un piano clásico, muy clásico… y todo va tomando forma a medida que crece. Es el retoño, que se hace mayor. Aislado.
Ya está.
Ni es algo que no pudiésemos esperar ni es algo para lo que no estuviésemos preparados. El cambio se produjo en The Resistance, que ya se había presagiado con el giro que hubo en Black Holes and Revelations. Que Muse haga más uso de determinados instrumentos electrónicos y el sonido se haya desplazado un poco, pero el concepto sigue siendo el mismo.
Tal vez mi forma de haber descubierto a la banda, ya tarde, me brinde una perspectiva distinta a otra persona, pero en The 2nd Law está “Showbiz”, “Butterflies and Hurricanes” o “New Born”. Tal vez el punto de partida difiere, pero el camino a recorrer sigue siendo Muse. Menos guitarra, bajo y batería, pero misma idea y composición. Si no hubiese ningún cambio, también habría quejas. ¿Un poco más flojo? Puede.
TRACK LIST:
1. Supremacy
2. Madness 5
3. Panic Station
4. Prelude
5. Survival
6. Follow Me
7. Animals
8. Explorers
9. Big Freeze
10. Save Me
11. Liquid State
12. The 2nd Law: Unsustainable
13. The 2nd Law: Isolated System
FORMACIÓN:
– Matthew Bellamy
– Dominic Howard
– Christopher Wolstenholme
Xentrix @AlbertoGarVal de Metall 4 All para Rockthebestmusic
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(Comentario 1/2)
Bueno, en primer lugar me encantan las críticas constructivas y ésta lo es. Además, quien haya sufrido mis desvelos, primero positivos y después negativos, en Twitter, con respecto a este «The 2nd Law», habrá encontrado similitudes enormes con las palabras de esta genial «Radiografía Musera» que ha realizado Alberto.
Cuando se estrenó «Survival», ya lo comenté: bajo mi punto de vista, Bellamy se acercaba peligrosamente a algo que se veía venir en «The Resistance», y que no era otra cosa que aspirar a la grandeza de Queen (y parecerse en exceso, en algunos casos).
Sin embargo también escribí que «El mundo necesita más temas como éste», y es que «Survival» era un tema escrito especifica, y supuestamente, para las Olimpiadas, por lo que ese tono exageradamente «Barcelona» de la Caballé y Mercury estaba «justificado» y, en una época en la que cada vez hay más mediocridad en un sector importante de la música, estos «regalos» se agradecen. Se agradecen sobre todo cuando uno piensa que son algo puntual…
Cuando escuché el teaser de «Unsustainable» quedé alucinado. Me sigue pareciendo lo mejor del disco. Y antes de dar mi opinión sobre este «The 2nd Law» doy mi opinión de lo que creo que ha sido Muse, y por tanto el consiguiente «enfado» (en mi caso es simplemente decepción), de lo ocurrido.
A día de hoy es MUY difícil hacer algo nuevo, y realmente MUSE no lo habían conseguido. En sus distintas épocas puedes encontrar guiños desde a RADIOHEAD hasta a RAGE AGAINST THE MACHINE. ¿El secreto?. Mezclar todas esas influencias con una sutileza y buen gusto tan perfectas, que llegaron a crear un sonido (casi desde el primer disco) 100% reconocible como MUSE. La voz de Bellamy ayuda, no nos vamos a engañar. Pero aquello era MUSE.
Llegó «Black Holes and Revelations» y creo que ese fue el álbum más arriesgado, por un doble motivo: es donde la electrónica jugaba un papel más claro y a la vez se dejaban ver influencias más directas: «Supermasive Black Hole» > Prince y «Starlight» > Coldplay (lo sé, lo sé, alguien me pondrá a parir por ésto, pero es lo que pienso).
Pero en general, «Black Holes…» mantiene ese equilibrio del que hablaba y además incluye la que creo que, junto con «Uprising», es la mejor canción de la banda, «Knights Of Cydonia». Sobresaliente.
En «The Resistance» ya comencé a preguntarme por qué una banda que ha conseguido algo tan difícil, como es tener un SONIDO E IDENTIDAD PROPIOS, comienza a intentar sonar descaradamente a otros consagrados. Especialmente lo de «United States of Eurashia» con QUEEN es fragrante. Pero en general es un gran disco y, bajo mi humilde opinión, el mejor producido de la banda hasta ese momento.
Comentario (2/2)
Entonces: Si tenemos una banda en todo su apogeo y con una identidad sonora totalmente definida y única… ¿Qué les hace comenzar a sonar estrepitosamente a TODO?. ¿Es falta de creatividad?, ¿Estrategia comercial para llegar a todo tipo de público viviente?, Me niego a creer que nadie les haya comentado nada en el proceso de creación. Son grandes músicos pero no intocables.
«The 2nd Law» me parece que tiene una producción que será muy difícil de superar en mucho tiempo y en muchos aspectos. No me refiero solamente al buen sonido (perfecto) sino que cada tema está producido de forma exquisita. Todas las canciones comienzan en la nada y crecen hasta acabar con arreglos de todo tipo que son verdaderas obras de arte creativas.
¿El «problema»?. Digamos que no hay problema. Mi «Queja» con este disco es que menos a Muse escucho de todo: INXS, Prince, U2, Queen, George Michael… Pero no ramarazos, no. Estrofas concretas de temas bien conocidos de estos artistas.
En muchos casos, si no fuera porque tienes entre las orejas una voz tan personal como la de Bellamy (que incluso a veces despista), podrías decir que es cualquier otra banda. Es más, ya hice esta pregunta en Twitter, ¿Cualquier otra banda tendría el brutal éxito que van a tener MUSE con este mismo disco?. Mi respuesta es clara: NO.
A cualquier otra banda la tacharían de haber plagiado las cuerdas de «Supremacy» de cualquier peli de James Bond (coincido con Alberto), la hubieran masacrado por usar los mismos presets que The Edge de U2 en algunos de sus temas (algo que ya ocurría levemente en «Guiding Light» de «The Resistance») y por supuesto, la hubieran crucificado por…
¡¡¡ «Panic Station» !!! La base de este tema es la de «Another One Bit the Dust» de Queen. Bueno, cierto es que han cambiando un golpe de bombo de sitio, una corchea, pero nada más. Y ojo, os animo a que comparéis los arreglos de este tema con los de «Superstition» de Stevie Wonder. Simplemente, el disco pasaría de ser «la bomba» a ser motivo de miles y miles de insultos. Esto, amigos, es así y lo sabemos. El mundo de la música es así.
(Y que conste que «Panic Station» me parece de lo mejor del disco, junto a «Unsustainable», como dije antes)
En definitiva, que en tres años puedes subir a los cielos, componiendo una obra maestra puramente MUSE, o componer un popurrí de grandes éxitos de los 80 y los 90, con la voz de Bellamy como hilo conductor, y no siempre, porque en ocasiones no sabes si es Bellamy, Bono, George Michael, o… yo qué sé!
Dicho ésto, me quedo con las ganas de verles en directo. Son animales de escenario y eso no hay quien lo quite. Me quedé sin entrada por más que lo intenté. Y me he comprado el disco, porque creo que ese derroche de creatividad, a los mandos de una mesa de sonido, tiene que ser recompensado.
Chapó por el sonido de «The 2nd Law»: IMPECABLE. Eso sí, me quedo con los MUSE de «Absolution», «Black Holes…» y «The Resistance».
Un saludo a tod@s y que ningún Muser se enfade, que este comentario está dirigido desde el más profundo de los respetos profesionales y particular.
Ricardo.
P.D: Sólo he nombrado tres temas, pero en general, ese «sonar a todo», es aplicable al 90% del disco…
A mi me gusta, por ahí está siendo vilipendiado por comercial y repetitivo, y es verdad que los «hooks» que les funcionan los repiten mucho pero siguen funcionando. A mi el inicio y el cierre me parecen brutales, por enmedio un poco de todo y «Survival» a mi me encanta, esos coros épicos son alucinantes. Una banda inconformista que como se ha hecho grande y llena estadios recibe por todos lados….
Pero para mi el «Origyn of simmetry» no ha sido igualado en estos diez años…
triste, muy triste que un grupo llegue tan alto a base de saquear e imitar a otros muchos. No me gusta Muse simplemente porque escuchándolos me recuerdan a demasiadas cosas, no sé donde está su verdadero sonido.
Muse es la última gran banda desde que la oferta musical masiva acabara con ese tipo de grupos. Es solo una opinión, pero es la sensación que tengo. ¿Que se acercan a Queen? No problemo, lo bueno siempre es bienvenido.
Muy buena crítica por cierto!
Solo he escuchado los 2 primeros temas del disco y me decepciona como van de lo sublime a lo ridículo (Supremacy es sorprendente y original, Madness es popero y esplícitamente dirigido al público más comercial). Estoy expectante por oir el resto del álbum, pero después de escuchar un Clockwork Angels de Rush o un Beyond Man and Time de RPWL es difícil imaginarse que el giro comercial que ha tenido la banda llegue a satisfacerme. Me gusta mucho Muse, y pienso que dentro del mainstream son de lo mejor, pero Origin of Symmetry y Absolution son, en mi modesta opinión, insuperables, aunque Black Holes… es un gran disco también.