El italiano Stefano Sollima saltó a la palestra cinematográfica con varias producciones de acción, con policías y mafiosos. Dos italianas: “ACAB” y “Suburra”, esta última le permitió el paso a Estados Unidos con “Sicario: el día del soldado”, más que interesante secuela de una genialidad como el “Sicario” de Denis Villeneuve.

Ahora, tras unos cuantos títulos en su Italia natal y en Estados Unidos, regresa con “El monstruo de Florencia”, serie de solo cuatro episodios co creada con Leonardo Fasoli y donde Sollima se reserva la dirección en todos los capítulos.
Un hecho real sobre un asesino en serie que durante más de quince años se dedicó a masacrar parejas jóvenes en esa zona de la Toscana. Un homicida que trajo en jaque a la policía. En la búsqueda de sospechosos todo llega a un hecho que se remontaba a finales de los sesenta.
Sollima no escatima en truculencias, creando una atmósfera sórdida que nos conduce a la Italia rural, la cuál no sale demasiado favorecida. Fasoli y Sollima juegan con el espectador ofreciendo varias versiones sobre los diferentes sospechosos aunque realmente eso no es lo importante pues más que el quién es el autor de los crímenes lo importante es el oscurantismo y la nula evolución de esos personajes sumidos en ese ambiente hostil. Algo que nos recuerda a la magnífica “Crónica de un asesino en serie”, la película que descubrió en el mundo al oscarizado Bong Joon- Ho.
Y si el guion no carece de interés, la puesta en escena de Sollima es brutal. Seca, áspera y morbosa pero extrañamente atrayente. Un compendio de atmósfera malsana que nos mantiene en tensión aunque no empaticemos con los sospechosos y sí con cada víctima. Parejas jóvenes que son masacradas y mutiladas en apartados lugares, en zonas cercanas a Florencia. Además se apoya en puntos clave como la excepcional elección de canciones y la banda sonora con un extraño y persistente sonido metálico de sintetizador, la fotografía de Paolo Carnera, tanto la diurna ofreciendo bellos pueblos pero atrasados y la nocturna donde se perpetran los horribles hechos o la edición, con la inteligente idea de ofrecer la historia en montaje paralelo.
En el reparto no tenemos nombres conocidos (por lo menos para el público no italiano) pero todos los intérpretes son eficaces, demostrando el talento de Sollima, alguien que ha superado con creces a su padre, el también director Sergio Sollima, un especialista en cine del oeste y de acción de serie B. Sollima también rueda acción pero con mayor éxito. Y este “el monstruo de Florencia”, sin ser su mejor obra, sigue en esa línea.




















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