Desde el año 2017, Mordida, la banda andaluza, no ha publicado ningún trabajo bajo este nombre. Recuerdo aquel The Wind Ashes con mucho cariño. Por aquel entonces empezaba a escribir en esta casa. Sobre todo, la canción Winds of War, una melodía que me marcó mucho.
Mordida es una banda que desde el principio a destacado por un sonido que no se conforma con un radio de acción local. Es un sonido más global, más universal.
Este último trabajo de esta banda del sur de nombre, Opio, está compuesto por dos temas. El primero se titula Perros, y, el segundo, Reflejos. Un EP conceptual que ha sido grabado y mezclado por José María Sagrista (Triana) en @puntapalomaestudios, de Tarifa (Viaje a 800, Coldplay…) y masterizado por Alan Douches en @westwestsidemusic de New York, (Thrice, converge, Low…)
Cuando comienza Perros, me viene a la mente enseguida ese sonido característico que recuerdo del primer álbum, la conexión es instantánea al escuchar las primeras notas. Parece ser que han perdido a uno de sus amigos, lo que hace surgir sentimientos que afloran entre el corazón y esas guitarras a la hora de componer.
De esta manera, los componentes de Mordida se abrazan y ensalzan ese trabajo entre bambalinas que les hace seguir en su camino en el tren del misterio de la música. Y qué mejor manera de viajar metafísicamente que con buenos amigos; conectando soledades.
Todos tenemos, no obstante, un punto de soledad que saber llevar, la naturaleza lo ha dispuesto así para algo, para seguir evolucionando durante nuestro camino. Perros es una canción que se reafirma en el grupo de afines para lidiar con todo lo que suceda en un presente que se nos escapa entre los dedos.
La segunda canción es Reflejos. Una melodía lenta con esa voz peculiar que me recuerda a Trent Reznor de Nine Inch Nails. En esta canción la batería suena sincopada, marcando un ritmo, al principio, difícil de seguir, (cómo cuando la vida amarga se nos impone) Más adelante vamos avanzando cada vez más, que viene a ser como la aceptación de la marcha de ese amigo.
Sandri Pow, de Atavismo, colabora en esta composición, al ser amiga también del compañero que se ha ido. En esta melodía se transmite una necesidad de descanso, de relajación. De tomar distancia de los problemas, algo que se hace de manera progresiva, (a veces, con ayuda). No nos queda más remedio que aceptar la realidad, aunque esta no sea asimilada en tiempo real, sino más tarde, cuando el corazón lo decide, que es el que no olvida, y, así, volver a estar sincronizados.
En definitiva, esta buena obra es un ejercicio de superación de tiempos adversos y de afirmación del sentido de la vida. Del por qué Mordida están aquí. Algo que tienen muy claro.





















0 comentarios