Tras el éxito de las dos entregas de “It” no era de extrañar que alguien se interesase es seguir explotando ese universo de algún modo. En este caso ha sido HBO la que nos entrega esta precuela ambientada en la década de los sesenta.

A favor es que mantienen a dos “pesos pesados” de la producción cinematográfica como son el director Andy Muschietti, siendo el realizador argentino el responsable de los episodios más importantes y mantienen a Bill Skarsgaard como el temible payaso Pennywise y en la banda sonora al especialista en fantástico y terror Benjamin Wallfisch. El resto es completamente nuevo en el producto creado por Jason Fusch y Brad Kane.
Una historia que permite anteceder al original escrito por Stephen King pues ya sabemos que el villano aparece durante poco tiempo cada veintisiete años para alimentarse y luego desaparecer, por lo que la acción se sitúa en Derry entre 1961 y 1962. Época que permite ofrecer una historia paralela sobre racismo en el ejército, junto con esa vorágine militar de la “Guerra Fría” y un intento de linchamiento digno del Sur de Estados Unidos. Sin duda, es la parte menos interesante pues parece unida a la trama para rellenar metraje pues lo mollar se centra en intentar narrar los comienzos de Pennywise a principios del siglo XX y en las andanzas de los adolescentes del instituto por derrotar al mal.
Y esa historia es sin duda la más interesante y hace retrotraer al espectador a la primera parte de “It” pues es más del gusto del público esas aventuras con los jóvenes a finales de los ochenta que la fase adulta bien entrado el siglo XXI. Además Pennywise comete crímenes brutales que desembocaran en una masacre al estilo de “Carrie”, otro de los grandes éxitos de Stephen King.
“It: Bienvenidos a Derry” es televisión compacta y bien realizada aunque lo mejor de la serie esté tomado de la novela y las películas anteriores. Eso sí nadie puede objetar aburrimiento pues todos los capítulos tienen ritmo (sobre todo los dirigidos por el argentino Muschietti), efectos especiales bien integrados en el guion y un malvado de entidad pues el Pennywise de Skarsgaard merece entrar por méritos propios en la galería de monstruos contemporáneos.
Sí, puede que no sea perfecta y en más de un momento irregular pero es un gran entretenimiento para los amantes de King y del horror. Además los créditos de inicio, en formato cómic y con una melodía infantil, son fantásticos.




















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