Richard Gadd, escribe y protagoniza Mi reno de peluche, serie basada en su propia historia. Ya te digo que hay que tener mucho valor para atreverse a rodar esta serie, la mejor del año 2024. Mi reno de peluche arranca con un acto trivial: el cómico frustado Donny Dunn (interpretado por Gadd) le ofrece una taza de té a Martha (Jessica Gunning), una simpática mujer aparentemente inofensiva. Lo que parece una anécdota amable se convierte en una pesadilla psicológica donde el acoso, el trauma y las cicatrices del pasado emergen como un tsunami que arrasa con todo.
Mi reno de peluche se convierte pronto en una experiencia intensa para el espectador debido a su capacidad para mantenerte enganchado al asiento mientras ves disolverse las líneas entre víctima y agresor. Donny no es un santo; sus decisiones, marcadas por su propio pasado, lo colocan en una posición compleja. Martha, en lugar de ser sólo la antagonista, se revela como una figura profundamente humana, trágica y aterradora a partes iguales. Los personajes de Mi reno de peluche son mucho más complejos de lo que estamos acostumbrados, no son personajes de una pieza. Dudan, cometen errores, sufren y se arrepienten. Las actuaciones, especialmente la de Gunning, son absolutamente hipnóticas. Su Martha no es un monstruo, es una mujer con problemas e incapaz de conectar emocionalmente en una sociedad obsesionada con la apariencia que la rechaza por su físico.
Ojo, Mi reno de peluche no es entretenimiento fácil. El cuarto episodio es uno de los momentos más incómodos que he visto jamás en una serie. No sólo por lo que muestra sino por que te hace plantearte una pregunta: ¿Hasta dónde estás dispuesto a humillarte para hacer realidad tus sueños? Mi reno de peluche lleva esta premisa al extremo con la historia real de su creador.
Mi reno de peluche es una serie valiente, visceral y profundamente humana. La mejor serie de 2024.
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