Lorena irradia belleza natural. Sin maquillaje, nos muestra su sonrisa
sincera. ¿Para qué queremos más? Por su mirada, no sólo nos demuestra
que sabe amar, sino que también sabe amarse a sí misma. Algo necesario
para poder recorrer la senda de la felicidad.

Seguramente el poeta pensó en ella con exactitud, deseándole algo
que ningún otro haría. No lo de siempre, que sea hermosa, o un manantial
de inocencia y amor.

Si no fuera una chica con suerte, entonces, que sea del montón; que tenga,
como otras mujeres, talentos habituales. Que no sea fea ni guapa. Nada fuera
de lo corriente que rompa el equilibrio, que impida que todo lo demás funcione.
Si así se llama a una manera hábil, atenta, flexible, discreta y fascinada,
de alcanzar la felicidad.

Lorena no florece, llamea. ¿Qué hemos hecho para ser dignos de esta gloria?
Mañana, ya no habrá rosas —pero la mirada conservará su incendio.

 

 

 

by: Angel

by: Angel

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

  1. Discazo de principio a fin cuya producción elegantísima(cualquiera no lo pone sabe ejecutarlo) y cuyas letras made in Jon son…

  2. me gustaria saber autor y titulos de la musica de la pelicula…gracias

  3. La vida no es justa El amor una lotería que a veces toca Mientras montando la rueda de la fortuna…

Te puede interesar

Merodeando a la pareja bizca

Merodeando a la pareja bizca

El fotógrafo ha puesto la imagen de una pareja bizca de amor. Se miran, se miran y lo demás, no existe. Los dos, unidos de esta manera, son un mundo aparte. Un mundo distinto al sucio mundo que todos compartimos. Y se quieren de oído, con su amor en la boca. No con...

Merodeando a la pareja entre dos aguas

Merodeando a la pareja entre dos aguas

Estamos presenciando el lugar donde se cruzan dos océanos. La misma línea divisoria entre dos mundos distintos. Se han reconocido. Han visto que su desarrollo metafísico es el mar, en ambos. Lo que facilita las cosas. Podría decirse que son la orilla ideal para el...

Merodeando a la memoria

Merodeando a la memoria

Lo primero que comprendemos en esta fotografía, es que se trata de la memoria. Más precisamente, la memoria poética. La niña que siempre hemos sido camina sobre las aguas gracias a ese elefante que representa nuestra memoria. Un elefante que va sólo hacia delante. Sin...

Merodeando al cielo con nubes

Merodeando al cielo con nubes

Ahora mismo, nuestros ojos son ventanas, y nos estamos asomando al cielo. Levantamos la mirada hacia ese ángulo diferente para ver las cosas. Los laberintos no tienen techo, por ejemplo. El cielo, y todos los cielos, están arriba, en lo más alto del paisaje. El cielo...

Merodeando al amor

Merodeando al amor

Vemos, en esta fotografía, al amor. Esas viejas manos evidencian su duración, que es mucho más allá de esta vida. Y el árbol, nos dice que este acto, el de amar, conlleva etapas, como pasa con sus anillos de veta. Sólo una pizca de eternidad nos separa de la bestia...