Ponte a ello,
venga, empieza a contar.
¿De qué va esto?
Un (y son dos), dos, tres, cuatro, (sí)
Tómate un tiempo para dar sentido a las cosas
de las que quieres hablar
y lanza tus palabras lejos, sobre las olas,
navégalas con asentimiento
subidas a un barco de esperanza, hoy
y al desembarcar en la orilla
diles que no tengan miedo ya.
Dilo bien alto y cántalo orgulloso
y después…
Baila si quieres bailar,
por favor, hermano, arriésgate.
Sabes que esas palabras se irán
por donde quieran irse.
Todo lo que sabemos es que no sabemos
lo que va a ser de nosotros.
Por favor, hermano, que así sea.
La vida, del otro lado
no nos hará comprender
que todos formamos parte de un plan maestro.
Dilo en alto, y cántalo orgulloso hoy.
No digo que lo adecuado sea inoportuno,
de nosotros depende
lo mejor de todo lo que nos llega,
porque todo lo que ha sido, ya pasó.
La respuesta está en el espejo.
Hay veinticuatro millones de puertas
en el interminable pasillo de la vida.
Dilo alto y cántalo con orgullo
y esas palabras…
bailarán si quieren bailar.
Por favor, hermano, arriésgate.
Sabes que se van a ir
hacia donde quieran irse.
Todo lo que conocemos es que no sabemos
lo que va a ser de nosotros.
Por favor, hermano, que así sea,
que la vida, en cambio,
no te hará comprender
que todos formamos parte de un plan maestro.
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