No me acuerdo de nada,
no puedo distinguir si esto es verdad o un sueño.
En lo profundo de mi ser percibo que grito,
pero este terrible silencio me lo impide.
Ahora que la guerra ha terminado para mí,
me despierto y no puedo ver,
no ha quedado mucho de mí.
Nada es real excepto el dolor.
Aguanto la respiración mientras deseo le muerte.
Oh, Señor, por favor, vela por mí.
Volver al vientre materno es mucho más real.
Entra a borbotones la vida que debo sentir,
no puedo mirar hacia el futuro para revelarlo
ni tampoco esperar a ese momento en el que viviré.
Soy alimentado por una sonda que se me clava
como una novedosa noticia en tiempos de guerra.
Estoy atado a máquinas que me obligan
a interrumpir esta vida injusta en mi nombre.
Aguanto la respiración mientras deseo la muerte.
Oh, Señor, por favor, vela por mí.
El mundo está ausente ahora, sólo estoy yo.
Oh, Señor, ayùdame.
Contengo la respiración mientras deseo la muerte.
Oh, por favor, Señor, ayúdame.
La oscuridad me aprisiona.
Todo lo que veo
es horror absoluto.
No puedo vivir
ni tampoco morir.
Estoy atrapado en mi
cuerpo, que es un calabozo.
Una mina, me ha dejado ciego,
sin habla,
ni oído.
Sin brazos
ni piernas.
Sin alma.
Me ha dejado con vida en el infierno.
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