La saga de “Saw” empezaba a dar síntomas de flaqueza tras la mala taquilla de “Spiral”, su novena entrega. Y es que la franquicia se había vuelto algo monótona tras la espectacular primera parte, dirigida de forma magistral por James Wan, una convincente primera secuela de Darren Lynn Bousman, a la que han seguido una serie de continuaciones realizadas por habituales de la “casa” como el propio Darren Lynn Bousman, el jefe de producción David Hackl y el editor Kevin Geutert que, con esta que nos ocupa, firma su tercer largometraje “Saw”.
Una décima entrega que se sitúa entre la primera y segunda parte, saltándose el resto, cosa que también hemos podido ver con más inquina en las nuevas aventuras de Michael Myers en la trilogía de David Gordon Green donde de un “plumazo” borraba los largometrajes siguientes a la primera de John Carpenter. En este “Saw X” no han sido tan osados pero hay que reconocer que la idea ha sido acertada consiguiendo revitalizar una serie moribunda.
Por supuesto que la cinta tiene todo un calidoscopio de tortura, gore y crueldad máxima pero eso no es lo más importante pues el arco narrativo es formidable y los personajes tienen cierta profundidad psicológica. Lo que nos ofrece es un “Jigsaw” a punto de morir de cáncer y que en su desesperación es estafado por un conglomerado sin escrúpulos que atiende a pacientes terminales para quedarse con su dinero. “Puzzle” acaba descubriendo la trama y planea su venganza acompañado de su sucesora Amanda. La diferencia es que en esta ocasión entendemos que buena parte de las macabras pruebas están diseñadas para gente que lo merece. Gente con un sentido moral bastante menor que el de John Kramer.
Y a un interesante guion de John Stolberg y pete Goldfinger se suma una interesante puesta en escena donde los colores frío y el entorno casi grisáceo nos recuerda a la del film primigenio con una fotografía de Nick Mathews que recuerda a la David A. Armstromg de la de James Wang junto a Charlie Clouser que ha compuesto la totalidad de las bandas sonoras de los diez filmes.
Una buena muestra de que se puede ofrecer algo más que sadismo dentro del cine gore aunque los amantes de este género supongo que no saldrán descontentos pues los juegos son lo suficientemente macabros y sangrientos, con ojos absorbidos, piernas y cabezas seccionadas o lobotomías sin anestesia entre otras lindezas.
Entre el reparto destaca Tobin Bell, convertido en un “ángel exterminador” moderno acompañado de Shawnee Smith. Dos discutibles villanos pues ese rol se lo adjudica la noruega Synnove Macody Lund, de presencia “valquiriesca” y algo histriónica en la delirante parte final. Aun así, funciona dentro de un reparto lleno de personas con la única finalidad de sufrir las terribles consecuencias de engañar a un psicópata perfecto.
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