Robert Fripp ha vuelto a acabar con King Crimson, por supuesto, como cada vez que hay un cambio de ciclo en el mundo. Está en su casa, con la impresionante Toyah y sus conejos mimados, haciendo versiones de himnos de punk-rock los domingos y, por fin, permitiendo que se conozcan los entresijos de la bestia carmesí; hablando, sonriendo. It’s tomorrow, and now he can sit back and laugh.
Mientras tanto, en las antípodas del pensamiento humano y recogiendo el testigo único, Porcupine Tree se convierte en cover band de sí misma. Entre los intensos silencios que palpamos entre sus miembros, casi podemos adivinar al regresado Harrison soltar las baquetas y esputar:
–Steven, la Reina ha muerto, y es una puta mierda hacer ocho minutos de sección rítmica con sintes espaciales y que luego te grabes por tu cuenta la guitarrita y las voces. Esto es un directo en la radio. Me voy a casa con mi familia, joder.
Es la crisis del establishment. Inteligencia Artificial al servicio del pueblo. O más bien, compilación masiva de datos al servicio de cualquiera. Una crisis semejante para los medios de producción solo puede suponer el fin de una era, la destrucción de los principios básicos de cómo hacer las cosas, para incorporar magias nuevas que serán ciencia, y parte del pensamiento colectivo, de las cosas que simplemente asumimos que son. Estas cosas tienden a resultar exponenciales. No hablo de veinte años, ni diez. Hablo de ti, con cuarenta y…, asimilando la neolengua y cobrando cincuenta céntimos la hora por probar videojuegos diseñados por videojuegos, en tu tiempo libre.
Escucho “Demons Come”, de Tears of Clown, para llegar a estos pensamientos. Escucho el llanto huérfano de Juanma Sosa, multi-instrumentista disciplinado, paciente, sereno, inteligente y brillante. Me recuerda a mi compañero, Raúl Lupiáñez, que, como Juanma, constantemente remasteriza lo mejor de su catálogo mientras compagina ser un símbolo del prog andaluz con, en resumidas cuentas, lo que observo como una vida en plenitud consigo mismo y el mundo. Juanma va por ahí. Como los chavales de Roux, o los Muddy Boots, o cualquiera de los fantásticos músicos, currelas de ocho horas al día y luego seis de digitación o bolos que salen a pagar. Como toda esta caterva que formamos, críos, crías y críes con los bolsillos rebosantes de calderilla y el estómago vacío. Pues lo siento, tengo malas noticias para este país, nuestro querido y amado torturador. ¿Síndrome de Estocolmo? ¿Eso está en Castilla?
No voy a nombrar a las grandes bestias de España, esos otrora genios revolucionarios, enterradores de la puta movida madrileña, que aún cuentan con la devoción de millones de acólitos. Bien, habéis secuestrado la pastelería más barata del mundo, y la habéis convertido en un puticlub VIP. Es lo que hay. Hemos tirado de excelencia, de construir un álbum a lo largo de décadas, si lo requiere, de ser honestos y disciplinados con nuestro trabajo; humildes, fichándonos unos a otros, compartiendo proyectos y canciones con no más endogamia que vosotros. Y no os equivoquéis, compañeros. Os miramos con la barbilla alta, a los ojos. Y sí, os respetamos, y mucho. Pero el motivo por el que nos subimos a un escenario a tocar vuestras canciones… bueno, lo de tributo es un eufemismo. ¿Cuántas veces, músico que me lees, no has cantado ya “Creep” con más angustia que el propio Thom Yorke? ¿Cuánto no has deseado la pasividad y conformismo del resto de seres humanos, y poder seguir la corriente al sistema, con la selección para ti de Netflix y un buen cubo de pollo frito y un par de rayas de cocaína meada y adulterada con fentanilo? ¿Pertenecer a alguna parte, qué coño estoy haciendo aquí? ¿Te suena?
Hemos aprendido, hemos fracasado, y hemos construido en paralelo. Juanma, desde una isla. Contra viento y marea, con una puta sonrisa y sin quejarse. Mucho que aprender de él, Johnny Boy. No pregunto nada a Cassidy, mi perra, ni escribo a Robert Fripp para disculparme si no tengo razón. No necesito tener razón. Necesito comunicarme con gente como el único ser humano detrás de un proyecto de heavy metal honesto y sin complejos como es Tears of Clown. Puede que pequemos de benévolos entre nosotros. ¿Alguna vez habéis visto como se comportan los integrantes de un grupo de apoyo, entre sí? Aprended y callad.
Con estos pensamientos me dispongo a transcribir la conversación con mi amigo, mi compañero en armas, el ejemplar caballero al que quiero agradecer toda la fuerza que me infunde, a través de su música y su heavy metal attitude, cumpliéndose algunos días de la fecha en el que todos los headbangers del mundo, aunque nos defendamos entre sintetizadores o nos grabemos por pistas hasta simular una auténtica banda de rock and roll, lloramos a nuestro Mesías, que no pereció en batalla contra gigantescos monstruos de fantasía ni brujos secuestradores de jovencitas, si no en una habitación blanca, rodeado de toda clase de tecnologías y tratamientos paliativos, devorado desde dentro por sus propias células mutadas. La hipótesis de Kubrick se demuestra a sí misma, una vez más.
Y ahora te toca a ti.
ENTREVISTA A TEARS OF CLOWN
¿Cuándo empiezas con este proyecto? ¿Alguna vez has pensado en llevarlo al directo?
Empezó hace bastante tiempo, tío. Al rededor de 2008, 2009, empecé a pensar en grabar mis propias cositas y componer sin tener que depender de que guste a otros miembros de un grupo, o me digan esto así no, esto de otra manera… Hacerlo con total libertad, plasmando mis influencias y gustos y sacándolos adelante. A partir de ahí, en un proceso muy, muy lento, fui adquiriendo el material para llevar este proyecto adelante, porque al final, en Tears of Clown estoy yo solamente: desde guitarras, voces, baterías, hasta toda la producción, grabar, Eqs, mezcla… hasta el diseño de las portadas… ¡y también de darle promoción! Ja, ja… Cosa que no es nada fácil hoy en día con la amplísima gama de opciones que hay.
Al final, la idea de hacer algo propio empezó ahí, pero el proyecto en firme, el ciclo de tener el material mínimo para sacar esto adelante, fue en enero de 2019. Ví que con lo que grababa tenía un sonido más que decente, algo a lo que meter mano para sonar lo más profesional posible. Desde ahí fue gradual, sin plantear qué iba a pasar dentro de un mes o un año. Acababa una canción, y la publicaba. Y, al final, viendo que avanzaba, conseguí sacar el primer disco.
Ahora, en realidad, estoy trabajando en el segundo disco. La idea es publicarlo entre este año y 2024, y claro, me encantaría llevarlo al directo. Pero requiere gente en sintonía con el proyecto, músicos disponibles y con la misma ambición y las mismas ganas de salir adelante. Me encantaría, pero es complicado, y más en las Islas Canarias… aquí es diferente. No hay tanto espíritu de heavy, hay mucha música latina, mucha afición latina, y es complicado. Pero sigo trabajando en ello. Por cierto, la primera canción que publiqué, es precisamente Demos Come.
¡Qué puntería, tío, no tenía idea! Es cierto que te conocí algo después, al rededor de 2020. Pero es curioso lo que mencionas, hay una idea que se acepta como válida, un sintagma que creo que nace en la última temporada de Stranger Things, sobre la maravillosa comunidad del metal, cómo nos apoyamos entre nosotros casi como jesuitas…
El problema que tenemos aquí en Canarias es que muchos lugares donde se hacían conciertos ya iban de capa caída, pero antes de la pandemia, porque no hay público que apoyara ningún tipo de música underground… Un tributo de Pearl Jam, de Nirvana o de los Rolling te asegura que vaya a verte gente. Pero con una discografía de cuatro álbumes y una década de carrera y un proyecto serio, te van a ver tus amigos en un bar una vez al año, con suerte. Y el parroquiano del bar…
A ver si ahora se va levantando un poquito, ahora que la pandemia va quedando a un lado… pero tampoco es un gran panorama, el poco ambiente que había antes, ha desaparecido: si no hay sitio para tocar, no hay nada que hacer. Y claro, un grupo underground no va a tocar en una sala importante, como te digo. Aquí tiene que venir Hamlet o Barón Rojo.
Si no hay salas, y dependes de ir con otros grupos para tocar en otros sitios, como parece que es la solución, compartir cartel con una banda amiga para mínimamente llenar una sala, no te dan ese espacio. Y lo dificulta bastante.
¿Y crees que a través de las redes sociales podemos subsanar algo de esto? Porque, honestamente, desde fuera te he visto un crecimiento importante. ¿Cuál es tu percepción?
La idea de publicar todo esto quizás fue un poco por ego. Poder decir: mi música está ahí, he contribuido en una mínima medida al mundo de la música, del rock o del heavy. Aunque no me escuche nadie, decir: estoy ahí. Y al final, hay que intentar estar en las redes, en Twitter, YouTube, Facebook o incluso intentarlo por TikTok. Colocar tu música y que, lo escuchen o no, al menos la gente sepa que está ahí.
En realidad, el mejor feedback ha sido a través de Twitter. Honestamente, con gente como tú y tu apoyo, o el proyecto tan grandísimo que tienes. O gente tan maravillosa como Peluso, de Guardianes del Metal, que me entrevistó hace poco, o el equipo de Nación Metallica… que ahora soy miembro de esta maravillosa familia que compone Nación Metallica, pero empezaron apoyándome. Y cada persona que me da el más mínimo feedback me da motivos para seguir haciendo música y publicándola con ansiedad. El dinero, si viene, mejor… pero es muy complicado vivir del tema de la música. Pero esta satisfacción, que te digan con sinceridad que algo que has hecho está bien… no hay dinero que compre esa sensación. Lo primero que tengo que hacer es agradecer a toda la gente que me da la oportunidad e invierte su tiempo en escuchar la música que hago, y sobre todo a la gente que anima a otros, con un retuit o unas palabras bonitas, a que me escuchen. Todos esos gestos ayudan inmensamente. Pero sobre todo es la familia, la que te ve cómo sufres el día a día para sacar las cosas adelante, y son en los que te puedes apoyar de verdad.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración para componer?
Cuando compongo, siempre empiezo por la parte instrumental y trato después el tema lírico. Depende de la canción, lo que me transmita. Las canciones más melódicas me piden letras más introspectivas, como “Demons Come”, que no deja de ser un reflejo de esos demonios que uno encuentra cuando está más vulnerable… e igual es un error, pero yo planteo mis letras de una forma muy visual y descriptiva. Imagino una escena, y en esta canción es irse a dormir en soledad, agotado, y que aparezcan esos demonios que inventamos todos, ¿no? Esas voces que te instigan con todo lo que has hecho mal, y te atormentan con todas tus malas decisiones. Entonces, en esta canción, más lenta, creo que existe esa progresión. En otros temas, como “Beginning of the End”, más rápido, trato temas como el ecologismo, nos estamos cargando el planeta Tierra. No son temas personales, ¿no? Pero siento que son temas de los que hay que hablar, y quiero que haya cierta variedad.
Para “Demons Come” tuve la ayuda de un excompañero, J.L, que me ayudó en todo el tema de ecualización y masterización, así como en la composición con sus consejos.
Muchísimas gracias por compartir tu visión y experiencia con Rockthebestmusic.com, Juanma.
Agradecido enormemente e infinitamente tanto a ti como a ROCK THE BEST MUSIC… un nombre con mucho gancho, porque además, es verdad. El Rock engloba todo lo que hacemos, ¿verdad? Para mí es un honor poder compartir estas palabras y estos sentimientos, al final es lo que es la música: sentimientos. Así que gracias por ayudarme a plasmar lo que tanto tiempo y sacrificio me ha costado sacar adelante. Si hace cinco años me dicen que llego hasta aquí, preguntado por esta idea, me hubiera parecido increíble.
Ánimo a todo el mundo a que escuche mi música: doce canciones en el primer disco y un nuevo single. Cada canción tiene su historia, no hay dos iguales, dentro de que todo es heavy metal. Así que ánimo a que cada persona escuche un poquito de cada una, porque cada minuto de cada canción tiene todo el amor puesto para que esa canción sea esa pieza perfecta para ese momento, con su sonido concreto. Gracias por la oportunidad, dejarme ser partícipe, y poner mi nombre en estas páginas de rock, the best music. Es todo un honor.
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