Deberías ser más salvaje.
No eres nada divertido.
Sí, gracias por el aporte,
gracias por llamarme.
Con cuchillos sin filo y manos blancas,
la sangre de una piedra
es fría al tacto, cierto.
Voy directa al hueso.
Pero tú me das ese toque eléctrico
y pateas, pateas como un pony.
Cierto, podrías salirte con la tuya
y es un riesgo, un riesgo, sí.
Recogido de un cálido bosque.
Empacado para la venta,
gotea por la manga,
se mete bajo tus uñas.
Una pérdida del juicio,
un trocito de un diente.
Los olores de la ciudad
van con tu traje.
Él dice que no pienses, ni hables.
No pienses.
No pienses, no hables.
No pienses.
No pienses, no hables.
Aunque no creo que te gustase.
Pero tú me das ese toque eléctrico
y pateas, pateas como un pony.
Cierto, podrías salirte con la tuya
y es un riesgo, un riesgo, sí.
Porque pateas, sí,
en serio, pateas, sí.
Y el roce de tus labios
es una descarga, no un beso.
Es un toque eléctrico, es un toque eléctrico.
Sí, el roce de tus labios
es una descarga, no un beso.
Es un toque eléctrico, es un toque eléctrico.
Es un toque eléctrico, es un toque eléctrico.
Es un toque eléctrico, es un toque eléctrico.
Él dice que no pienses, ni hables.
No pienses.
No pienses, no hables.
No pienses.
No pienses, no hables.
Aunque no creo que te gustase.
Porque me das ese toque eléctrico
y pateas, pateas así.
Cierto, deja ya de salirte con la tuya.
Es un riesgo, un riesgo, sí.
Puede que te salgas con la tuya.
Es un riesgo, sí.
Aunque pateas, sí,
en realidad pateas, sí.
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