El poema de hoy de las Flores del Mal, titulado «Obsesión», contiene numerosas metáforas de la naturaleza. Un texto en el que Baudelaire, compara los bosques, el mar y la noche, consigo mismo, e incluso se atreve a modificarlos a su gusto con las palabras.
OBSESSION
Grands bois, vous m’effrayez comme des cathédrales ;
Vous hurlez comme l’orgue ; et dans nos cœurs maudits,
Chambres d’éternel deuil où vibrent de vieux râles,
Répondent les échos de vos De profundis.
Je te hais, Océan ! tes bonds et tes tumultes,
Mon esprit les retrouve en lui ; ce rire amer
De l’homme vaincu, plein de sanglots et d’insultes,
Je l’entends dans le rire énorme de la mer.
Comme tu me plairais, ô nuit ! sans ces étoiles
Dont la lumière parle un langage connu !
Car je cherche le vide, et le noir, et le nu !
Mais les ténèbres sont elles-mêmes des toiles
Où vivent, jaillissant de mon œil par milliers,
Des êtres disparus aux regards familiers.
OBSESIÓN
Grandes bosques, me asustáis como esas catedrales;
aulláis como un órgano; y en nuestros corazones malditos,
salas de eterno luto donde vibran antiguos estertores,
responden los ecos de vuestro De profundis.
¡Te odio, Océano! Tus saltos y tumultos,
mi espíritu en él los encuentra; esa carcajada amarga
del hombre vencido, colmada de sollozos e insultos,
la escucho en la risa enorme del mar.
¡Cómo me gustarías, oh noche! Sin esas estrellas
¡cuya luz habla un lenguaje conocido!
¡Porque yo busco el vacío, lo negro, y lo desnudo!
Pero las tinieblas en sí mismas son lienzos
donde viven, brotando de mis ojos por millares,
los seres desaparecidos de las miradas familiares.
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