Pero qué mala es The Witcher. Me parece increíble que en estos tiempos de excelencias televisivas esta serie anunciada a bombo y platillo por Netflix haya resultado así de patética. The witcher no es la heredera de Juego de tronos ni va a rellenar el hueco que ésta ha dejado en los corazones de los ávidos de aventuras y mundos de fantasía. Es más, comparar Juego de Tronos con The witcher es como comparar una manzana con un cerrojo. Tanto la estética como las tramas de The witcher parecen sacadas de una película de Uwe Boll (considerado el peor director vivo y autor de bazofias del estilo de Bloodrayne o En el nombre del rey). Todo en The witcher resulta falso y forzado. Los actores son fruto de un casting desastroso (prácticamente ninguno resulta convincente) y las situaciones resultan difícilmente verosímiles.
¿No me creéis? Basta con echar un vistazo a Henril Cavill para darnos cuenta que el tipo no se cree su personaje de Geralt de Rivia. Esa peluca y esas lentillas marrones resultan de todo menos creíbles. Su Geralt de Rivia tiene más bien poco carisma, Cavill se limita a lucir palmito, fruncir el ceño y apretar los dientes mientras suelta frases lapidarias que no surgen el efecto esperado. Descubrí a este actor en la sensacional Los Tudor (eso sí era una buena serie) pero una vez que Cavill se puso cachas para encarnar a Superman se le olvidó lo de interpretar.
Tampoco me convence el resto del reparto, ni Anya Chalotra ni Freya Allan me parece que tengan muchos registros interpretativos. ¿Quién demonios es el responsable de un casting tan desastroso? ¿El contrato de Cavill se llevó todo el dinero que tenían para contratar actores?
Ocurre que todo en The witcher es un quiero y no puedo. Ni las pelucas, ni los escenarios, ni las tramas ni los personajes resultan creíbles. Tampoco resulta creíble Jaskier, el insufrible bardo y sus insufribles canciones. Qué pesado es el tipo. El guión es completamente incapaz de hacernos interesantes a los personajes. Tampoco hay diálogos ingeniosos ni giros de guión que nos sorprendan. Sí hay alguna burda trampa que intenta sorprender al espectador a base de un montaje desordenado cuyo efecto es muy limitado ya que todo el conjunto nos importa un bledo. No he leído las novelas del escritor polaco Andrzej Sapkowski en las que se basa la serie ni he jugado a los vídeo juegos. Ni voy a hacerlo, visto lo visto. A mí este mundo de capa y brujería no me interesa, me resulta plano y narrado de forma confusa. No me creo nada de lo que se ve en pantalla. El guión es un completo desastre, no sabe presentar a los personajes ni hacerlos interesantes a ojos del espectador. Unos efectos especiales cochambrosos le restan la poca verosimilitud que le quedaba a la serie.
Además, ese mundo de elfos, humanos y seres mágicos me resultó un pastiche de El señor de los anillos y un sinfín de esas malas películas de espada y brujería que triunfaron en los video clubs de los años 80. No está mal volver a la mitología europea pero hay que aportar algo nuevo y no limitarse a reproducir lo que hemos visto mil veces. Aquí lo más innovador es incluir a actores de raza negra.
Lo peor de todo, The witcher me resultó aburrida. Algo imperdonable en cualquier serie pero todavía más en una serie de Netflix. Cierto que mejora algo en los dos últimos episodios pero, en conjunto, no llega al aprobado. ¿Tiene margen de mejora para la siguiente temporada que ya está firmada? Sí, y mucho.
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