Este pequeño poema de Charles Baudelaire, es el número sesenta y siete de Las Flores del Mal, en su segunda edición de 1861. Y nos habla de los búhos, el animal nocturno por excelencia; haciendo nuestro poeta, al final, una personificación en su última estrofa.
LAS FLORES DEL MAL – CHARLES BAUDELAIRE
LES HIBOUX
Sous les ifs noirs qui les abritent,
Les hiboux se tiennent rangés,
Ainsi que des dieux étrangers,
Dardant leur œil rouge. Ils méditent.
Sans remuer ils se tiendront
Jusqu’à l’heure mélancolique
Où, poussant le soleil oblique,
Les ténèbres s’établiront.
Leur attitude au sage enseigne
Qu’il faut en ce monde qu’il craigne
Le tumulte et le mouvement ;
L’homme ivre d’une ombre qui passe
Porte toujours le châtiment
D’avoir voulu changer de place.
LOS BÚHOS
Bajo los tejos negros que los albergan,
los búhos se sostienen en fila,
al igual que dioses misteriosos,
se asoman con sus ojos rojos. Meditan.
Sin moverse permanecerán
hasta la hora melancólica
en la que, empujada por el sol oblicuo,
la oscuridad se establecerá.
Su actitud de sabio enseña
que es necesario en este mundo que tema
el tumulto y el movimiento;
el hombre ebrio de una sombra que pasa,
lleva siempre el castigo
de haber querido cambiar de lugar.
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