Me resulta muy estimulante cuando los que estamos en el rollo nos influenciamos. Igual que yo hablo de “mis” bandas en las radios donde colaboro, de vez en cuando, mientras curro o estoy pasando la escoba, escucha uno un grupo que llama la atención. En este caso, y no es la primera vez, fue mérito de Mr. Troncoso, alias Charly Rock&Roll, descubrir a estos cuatro tipos. Un, dos, tres… ¡Lavida!

[divider]LAVIDA[/divider]

Mi revolución. Me recuerdan vagamente a Messura en el comienzo. Tienen ese rollo que no es pop ni rock, una cosa indie complicado de etiquetar pero que te intriga para oír más. Entran las voces y el efecto es como si los instrumentistas estuvieran en otra sala, a distancia. La batería y su insistencia en la caja, alternada con momentos de menos velocidad, crean un efecto como Rage Against de Machine, si estuviéramos en un directo sería del headbanging a empezar a saltar como posesos. Mi revolución está al alcance y soy yo /sin revolución solo hay acción sin amor. / Correrás a saciar el hambre, / nos verán adorando al sol, /medirás la unidad constante / para dar con la gran canción / en el aire. Sólo hay acción sin amor, de esas frases que se te quedan dando vueltas en la cabeza, suena al Liberté, Igualité, fraternité, al Hasta la victoria siempre.

 

 

Domingos de luz. Tienen un poco de Incubus mezclado con Staind, esa especie de distorsión sentimental, quiero decir, no es meter caña en plan destrucción mortal, es una especie de demolición controlada, trayendo en seguida una vivencia personal (ese aura festiva y relajada de los domingos) a un tema general. Trasladándolo a la dualidad platónica, estamos oscilando del mundo de las ideas a sus plasmaciones materiales y volviendo de nuevo a las abstracciones mentales. Musicalmente, acierto total la forma de los coros, tanto apoyando las voces en las estrofas y algunas partes de los estribillos como esos ahhh en algunos tramos de la canción. El punteo, un ejemplo de eficacia: sin meter mil millones de notas ni sacar humo a las cuerdas, cumple.

Modo zen. Por un momento he querido gritar Evenflow a lo Pearl Jam, al son de bombo y caja, aunque, si te fijas en el bajo, te vas a where the streets have no name, de U2. En veinte segundos he cambiado tres veces el rollo. Hoy está en mis manos, lo encontraré /soy el universo y lo cambiaré. Vale que los dichos Coelhianos no son mi fuerte (he leído sus grandes obras y las no tan grandes y, salvo alguna cosilla, no es santo de mi devoción), pero he de reconocer que este tipo de mensajes te sacan una sonrisa como el Basta de blues de los murcianos M-Clan (gracias eternas a Ricardo y Alberto, los Malauva, por descubrirme esta canción). Instrumentalmente se les nota influencia de Incubus, Staind y algunas otras bandas del nu-metal, pero la parte de las voces, coros… son más de un power pop, un indie…

 

 

Las distancias. Esas baterías traen a la mente el Enter Sandman, de Metallica, que parecía no arrancar nunca. Es cierto que con la tonalidad del vocalista se opaca el resto. Tiene una forma de tocar que parece obnubilar el resto de la canción. La colaboración de Gabriel, de Shinova, dan un toque de voz quebrada, más de rock rebelde, del que no se canta, del que se vocea. Los estribillos dan sensación de velocidad, tanta que los cuatro minutos que duran se pasan en un parpadeo.

Hambre y pan. Si aislamos la guitarra, sólo la guitarra, es fácil pensar en Anna Molly (curioso como una banda como Incubus, que no ha sido tampoco un grupo de primerísima línea mundial ha tenido tanta mano en las composiciones de bandas de nueva hornada). Me suena a un-metal total. Darle a la cabeza con intensidad y una batería “a contrapié” en las estrofas. Buenísimo el estribillo, la intensidad. Si tú fallas, caigo, es como un mantra voceado con el último ápice de energía.

Estáticos. Sigue siendo Lavida, pero se han ido al Frusciante de los Red Hot Chili Peppers. Repito, suena propio de ellos, pero haciendo una incursión en otros terrenos. Siguen siendo ellos sobre todo al entrar las voces, el bajo, que va jugando con unos trallazos tremendos a las cuerdas (podría ser con slapping) a lo Flea. Esta sin duda es la canción del bajo, es en la que más se luce, con la batería un poco más monolítica y la zona guitarrera un poco más sacrificada en la sala de máquinas.

 

 

La velocidad del tiempo. Con ese aire Incubus, es como si reinventaran el Carnaval, de Messura. Sin embargo, los estribillos imprimen velocidad, a lo Espectro Lobo en Deprisa. Tienen esa receta clara, los estribillos a viva voz, con esa tonalidad de voz que lo ocupa todo y nos lanza, como si fuera una sonda espacial entrando en la atmosfera, a toda tela y al rojo vivo. Un relámpago lleno de fuerza.

Funambulista. Justo cuando creía que iban a lanzar unos primeros acordes de partirse en dos, a lo P.O.D. por ejemplo, siguen ese aura de baterías a medio recargar (ni es doble bombo y metralla, ni es monolítica: bombo, caja, bombo, caja) y derivan a una especie de Goodbye, de los que ya me empiezo a repetir, Incubus.

Cantos de sirena. Es Staind del Break the cycle en estado puro. Ahora sí que la batería tiene tramos más monolíticos, para doblarse por la mitad a lo Zack de la Rocha. Otra vez lo digo, pero es que merece la pena: qué estribillos. Los coros, esa especie de doble voz unido al timbre del cantante, y la forma de entonarlos, voceando como si el mundo fuera a llegar a su fin, hace una especie de efecto Morcheeba. Es como si los pies te fueran a despegar del suelo por un par de estrofas.

 

 

No era yo. La batería hace ese truco de percusionista de intercalar muy rápido el charles entre bombo y caja. Igual es la cosa más chorra del mundo, pero batería que es capaz de hacer eso encajándolo bien en la melodía y en las voces (Nine Inch Nails clava exactamente lo que digo en Only (Dirty), que por cierto, tiene un videoclip alucinante), está en mi equipo. Se pasa toda la canción jugando con el metal industrial, desde el golpe sincronizado de bombo y caja, seña de identidad de Rammstein, al charles intercalado de Nine Inch Nails (¿soy el único que alucina viendo a estos dos grupos en la etiqueta “metal industrial” cuando se parecen como los Pecos a Marilyn Manson?).

En resumidas cuentas, rock, pop, metal… pero alternativo, tomando como referencias el nu-metal, pero con una voz que camina hacia el pop y una parte instrumental que le tira un anzuelo a ciertas partes del metal industrial, y todo con frescura, con ganas de improvisar y con un mensaje optimista en mente.

Para los convencidos, enlaces de la banda:

Bancamp: https://lavidasomos.bandcamp.com/releases

Soundcloud: https://soundcloud.com/lavidasomos

Spotify:https://open.spotify.com/artist/01wUAnNaBb8qcaPsRdwlwC?si=Djahzh98R9q2UE5Cua2uug

Youtube:https://www.youtube.com/channel/UC5JOnMb0aV54FEozM-ewEPA/videos

 

 

 

LAVIDA – LAVIDA

by: Teodoro Balmaseda

by: Teodoro Balmaseda

Escritor de ficción y crítico desde la admiración. Si te gustan mis reseñas, prueba 'Buscando oro' en tu librería o ebook.

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