¿Ha llegado ya el apocalipsis?. No soy muy dado a los alarmismos. Seguro. Por naturaleza. Si a lo de hacer acopio de cosas. No de alimentos o de papel higiénico. Lo mío es más de amontonar revistas, películas, libros y sobre todo discos. A ver donde coño meto yo todo si llega el jodido apocalipsis. Porque no pienso abandonarlos. Me tendré que montar un refugio. Las dos gatas como fieras guardianas del portón. El frigo bien lleno de cervezas. Los altavoces bien castigados a tope que no entienden de pandemias ni coñas, pero si de escupir decibelios como si les fuese la vida en ello. Ya me imagino la historia, recorre mi imaginación pervertida por demasiadas películas de Serie B. Y por viejos libros. Que hace unos días acabé El canto del cisne de Robert McCammon. Y esta tarde me he tragado enterita Fukkatsu no hi. Ahora mientras preparo trampas para los incautos que osen a adentrarse en mis dominios añado la banda sonora perfecta para mis divagaciones.
Guitarrazos en vena desde Bilbao es lo que marcará el designio de los tiempos. Huracan Rose ya tienen sucesor de aquel «Canciones bélicas para días de paz». Este ataque masivo de punk rock vitaminado y acelerado se llama «Rara avis» y son nueve trallazos directos al rostro sin piedad ni compasión. Huracan Rose son de la tribu del rock and roll de energía desbocada y alto octanaje. Sin medias tintas. Sin concesiones. Quien coño las necesita. Aquí solo hay canciones salvajes como «Carmín y mil cuchillos» o la galopante «Amor con pistola». Estos tipos se han sacado de la mango, y del local de ensayo, uno de esos discos que puedes imaginar perfectamente como va a rodar encima de un escenario. Canciones para remarcar como «El caos de mi habitación» o «Fuegos artificiales» que han presentado con videoclip incluido. En definitiva, 28 minutos de rock and roll para mandar este jodido mundo a tomar por culo y encerrarte a dejar fluir la música. O mejor, para quedar con los colegas, brindar en cualquier garito y que nos quiten lo bailao.
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