Mirarse en un espejo no siempre (más bien casi nunca) es una experiencia reconfortante. A veces el espejo te devuelve una imagen que no esperabas. Peor es cuando esperamos vernos reflejados en otra persona. A veces lo que vemos no nos agrada. Eso parece haberle ocurrido a Angel Olsen. Tras una dolorosa ruptura amorosa, la cantautora de Missouri se miró de frente en el espejo y se enfrentó a sus propios demonios. Olsen ha evolucionado mucho desde el folk de sus inicios pasando por los ramalazos punk de My Woman, su excelente trabajo de 2016. Esta vez ha optado por enriquecer sus composiciones con suntuosos arreglos orquestales que, oh sorpresa, casan genialmente con elementos electrónicos. Todo ello configura un disco complejo y difícil, nada complaciente con el oyente, quien debe hacer un esfuerzo inicial para disfrutar en toda su plenitud de estas angulosas y tortuosas canciones de desamor. Todos sabemos que estos discos que requieren un cierto esfuerzo son los que nos acaban cautivando de por vida.
El inicio con Lark no puede ser más tenso y oscuro. La tensión va creciendo hasta explotar en una tormenta emocional y sonora que podría encajar en cualquier locura de ese genio llamado David Lynch. La frágil voz de Olsen es arropada por unas florituras orquestales que serán una constante durante el reto del LP. All Mirrors es un temazo que deambula igualmente por oscuros parajes esta vez cercanos a los nuevos románticos. No todo van a ser sombras y tristeza. Too easy y Spring suponen un necesario respiro pop gracias a esas bases sintetizadas y unas melodía que parecen sacadas de un anuncio de colonia de los 80. La luz entra ya de lleno con New Love Cassette que podría suponer la perfecta fusión entre orquesta y tecnología. Solo puedo de catalogar como sorprendes los arreglos de What it is. Los temas más delicados del disco los ha dejado para el final: Tonight y Endgame me ponen los pelos de punta con tanta belleza. Qué clase tiene esta muchacha y qué producción más delicada. Pero para bello el remate final del LP: Chance es un hálito de esperanza tras tanto desamor y sufrimiento. Así, con un fade out que haría las delicias de cualquier buen aficionado al cine, se cierra este tremendo disco. No cabe duda que Angel Olsen ha sabido parir, nunca mejor dicho, un trabajo hermoso tras tanto dolor.
Aprovecho para recordaros que Angel Olsen presentará en directo “All Mirrors” el 25 de enero en la sala But de Madrid y el 26 en la sala Razzmatazz de Barcelona.
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