Más de dos décadas sin pisar la ciudad del Támesis y poco parece haber cambiado, pues sigue empeñada en llevar la mano contraria y en la reticencia a no mejorar su comida ( menos mal que Roma sigue siendo fiable y unos buenos platos italianos bajo el abrigo de una decoración de cinecitta y gansteres soprano salva los estómagos hambrientos ).
Lo primero es lo primero , rendir tributo a Asurnasirpal y sus alados leones es acto de obligado cumplimiento más aún cuando el motivo de la estancia en la ciudad es postrarnos ante una figura actual de similares rasgos a los Reyes Asirios, con ese aspecto dominante y barbudo, y es que a la ciudad de London ha llegado el Emperador, CHRIS STAPLETON.
Un año más , un desembarco de lo más notorio y popular de la country music invade las Islas Británicas bajo la enseña C2C y para este 2019 STAPLETON, encabeza la formulación siendo tal la expectación que el lugar elegido para el tributo es ese majestuoso Palacio llamado O2 que se llena hasta la bandera de fervorosos fieles de todas las edades inimaginables ( mucha juventud ataviada con las mejores galas vaqueras ). Tras un recorrido en metro y llegada a la enorme explanada del recinto convertida en un mar de tiendas de venta de todo tipo de merchandising entro en el reciento decorado de alusiones tejanas y con una organización admirable yendo a mi acomodado asiento con perfectas vistas al escenario. Unos enormes vaqueros a mi izquierda ,un alma joven a mi derecha y por detrás una infante rubita nerviosa gritando sin cesar Tennessee Whiskey y eso que faltarian 3 horas al menos para la llegada de Chris . Buen síntoma esa impaciencia nerviosa de las gradas.
Se apagan las luces , se abre escenario, y el primer general en escena es DRAKE WHITE AND THE BIG FIRE, interesante artista para abrir un evento de estas características ( alegre, melódico y mainstream pero con garra ) un par de sus singles despiertan al respetable , especialmente Make Me Look Good Again para terminar sus 40 minutos con todo un guiño al público británico con su versión country del Fat Borromed Girls de Queen. Mientras sucede el cambio de equipo surge de en medio de la sala un escenario menor donde nuevos valores van a amenizar el tiempo de espera , la primera CAROLINE JONES que ofreció un par de bonitos temas sin más. Y sin demasiada espera llega el segundo de los platos principales del día ASHLEY MCBRYDE , y son palabras mayores lo que esta joven de Arkansas ofrece. Country rock con garra y fuerza que la cantante además exporta con tintes humor logrando una excelente integración con el público. Repaso casi completo a su lp Girl Goin Nowhere que esta lleno de excelentes composiciones ( nominado al grammy ) que ciertamente entusiasmó en sus versiones en vivo con mucho más poderío y aspecto más rockero que en su versión en estudio. Apuntado queda su nombre.
Tras Ashley , salen al escenario pequeño el cuarteto chicos-chicas THE WANDERING HEARTS, el más interesante de los artistas novatos que van actuar, con un bonito lp de country pop lleno de juegos vocales Wild Silence que presentaron con tres buenos temas llenos de armonía. Felicidad pues.
Por fin, tras los entrantes, el primer gran plato de la velada , el tejano LYLE LOVETT and HIS LARGE BAND . Su actuación sólo cabe decir que fue un tesoro para guardar para la eternidad. Un público mudo , atónito y anonadado ante tamaña excelencia pese a que la propuesta de Lyle escapa de lo que se entiende por country music ya que el artista es todo menos un purista. La banda sale con pintureros y elegantes trajes de monocorde color para interpretar un instrumental con aires de bluegrass, que sirve de presentación al lucimiento de todos y cada uno de sus integrantes para de inmediato proceder a la salida de Lovett y atacar a ritmo vaquero la rítmica Cute as a Bug para proseguir con dos temas Pants Is Overrated y I Will Rise Up con sensaciones de country soul, y terminar su primer tercio con uno de sus más celebrados temas My Baby Don’t Tolerate , un soberbio rock américano. Tras un cambio de luces , rojo a azul , empieza el momento culmen de todo el festival , los acordes de piano de North Dakota te dejan sin respiración, la steel guitar y la guitarra compiten por producir el más bello solo , una balada eterna . Sin descanso mantiene el nivel con una sobrecogedora Twelfth of June , con una estelar Francine Reed, Imposible no llorar de emoción Exhauto tras los mejores 12 minutos que he presenciado en décadas llega Here I Am con su parte de spoken word dónde Lyle desnuda sus vivencias y persona. Tercera parte del set es todo un obsequio de Lyle a su público porque es todo un lujo tener a Francine Reed su Ella Fitzgerald particular , su eterna amiga y mano derecha vocal. El solo de ella en What Do You Do es de guardar en la retina y ese dueto con tintes gospel en la versión de Ida Cox en Wild Women Don’t Have The blues impresionante. Recta final, ya más acorde al estilo del festival con That’s Right y Church para finalizar con la magía de Townes Van Zant en White Freight Liner Blues donde puede comprobarse que es imposible sonar tan perfecto en un escenario tanto instrumental como vocal y al mismo tiempo emocionar sobremanera . Magia.
Un tal JIMMY ALLEN, poco interesante cantante de country pop ameniza la espera para el Dios del Country . Expectación, poca gente se mueve de sus asientos , nada de cervezas ,nada de hamburguesas, ni tacos ni fritangas, nadie se quiere perder ni un segundo. Ese primer instante es todo un estallido de luz roja y una guitarra proyectada en enormes pantallas mientras suenan los primeros acordes de ese himno del country rock en el cual se ha convertido el antiguo hit de los Steeldrivers Midnight Train To Memphis . El vaquero de mi izquierda brama las estrofas, los vecinos de asientos chillan y la joven alma brinca extasiada. Es CHRIS STAPLETON la gran figura de nuestro tiempo y allí lo tengo delante . Nobody To Blame , es la primera de las canciones de Traveller del concierto y ya podemos concentrarnos en el centro del escenario y ver que sólo son cuatro personas con Chris , y su compañera y mujer Morgane embarazadísima con protagonismo estelar ; Hard Livin es su propuesta southern rock y Millonaire, la versión de Kevin Welch, presagia que entramos en esos momentos que explican por sí solos por qué no tiene rival. Voz excelsa , una voz que llena todos los espacios, y unas canciones que se crean para todos sin excepción. Esa es su grandeza, componer canciones sobresalientes para todos los públicos y lo demuestra de la forma más simple posible, el sólo bajo el foco, su compañia es una guitarra y lanza su voz en Fire Away; la simple y rockera de Might As well Get stone es una gozada aunque el country soul de Nobodys Lonely Tonight hace brillar los ojos , sentido y sensibilidad marcada por esa voz rasgada . Valiente y seguro de sí mismo y de la enormidad de sus temas sigue apostando por un gusto acústico ante todo un estadio Whiskey and You, un Either Way impresionante de emoción para terminar con el precioso dueto con Morgane en More You. Pocos son capaces de enlazar en un estadio con tal conjunto de baladas sin resultar incolume . Esta es su grandeza. Broken Halos inicia la subida de la adrenalina que llega a su cenit con Second One To Know, Traveller, Outlaw State of Miind, Parachute y la rendición de la esperadisima Tennesse Whiskey ( con chiquitinas rubitas tan graciosas cantándola tan alto como sus pequeños pulmones le permitían ) Estadio a sus pies , Estadio en pie. Final radiante con uno de los mejores temas soul de esta década Sometimes I Cry , inconmensurable , demostrando que Chris es también pura alma negra . Lo tiene todo. Es dios se oye a mi vera: no lo niego he visto su mano.
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