Vamos ya por el séptimo disco del powertrio de Grimsby (UK), The Brew. Lo cierto es que, sin hacer demasiado ruido en la primera división de los grandes, están creando una discografía sólida y absolutamente recomendable para todo aquel que ame el hard setentero de reminiscencias Zeppelin, Who, Hendrix, Cream, Grand Funk Railroad, etc,… Y, fijaros lo que os digo, empiezo a creer que se encuentran cómodos sin despegarse del underground, son conscientes de que tienen una personalidad propia muy distintiva y nunca han estado por la labor a la hora de hacer concesiones comerciales a pesar de tener en sus discos temas más asequibles para un público más indie y alternativo.
‘Siete Dias no son demasiado largos’ para degustar un disco tan atractivo y rotundo como éste…
The Art Of Persuasion (2018) es el primer disco de los ingleses para el sello Napalm Records por lo que, de buenas a primeras es, quizás, el paso más importante que han dado nunca para que se den a conocer de una puta vez con lo que Jason Barwick (vocals, guitar), Kurtis Smith (drums) y el padrazo de Tim Smith (bass) se lo merecen con una trayectoria sin fisuras ni bajones creativos. Si no conociese a la banda como la conozco, podría pensar que fichar para el sello austríaco ha hecho que hayan endurecido su sonido y…¡nada más lejos de la realidad!. Control (2014) se decantó por la electricidad tras su disco más ‘moderno’ con The Third Floor (2011), Shake The Disease (2016) ya dejó por sentado que era su disco más conseguido apostando por el hard rock más potente y musculoso y, bueno, The Art… sigue exactamente por esta misma senda, eso sí, noto clarisimamente una intencionalidad más ‘árida’ que nunca, sí Pupilas/os, no es que The Brew se hayan pasado al stoner, ni mucho menos, pero esa utilización del fuzz y muchos riffs de corte clarísimamente desert rock hacen que composiciones como la aplastante «Boomerang Fool», el acertado singelazo de «Gin Soaked Loving Queen» de riff ‘a la Kyuss’ y el más melódico y bien gestionado «Naked As I Stand» dejan claro que la banda no desea ofrecer lo mismo de siempre experimentando con otras sonoridades.
Pero aquí hay más, ¡mucho más!, el comienzo con el primer adelanto que lanzaron, «Seven Days Too Long», muestra una composición que recuerda a los Pearl Jam de Ten, sobre todo en la voz de Jason, «One Life Crime» es una apisonadora sónica, setentero a más no poder y con toda la banda sonando a piñón con esa base rítmica implacable gracias al siempre entregado Kurtis a los parches y a esas líneas de bajo tan protagónicas por parte de Tim. No se quedan atrás dos pepinazos de la categoría de «Shaking The Room» y el explosivo «Pointless Pain». «Excess» también sorprende, sobre todo en estribillos y afinación fuzz, «Carry The News» suena a The Brew por los cuatro costados, más atmosférica y tranquilita antes de otro pepinazo hard como «Ghost Of The Nation». El disco se cierra con la ácida psicodelia y desarrollos LSD de «Pink Noise King», en perfecto ‘crescendo’, marcando la pauta en intensidad hasta explotar de amor por esos 70’s que tan bien saben evocar. The Brew, para quien suscribe, ya superan a Ginger Wildheart…
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