The Haunting of Hill House es una nueva versión, esta vez en forma de serie bajo el paraguas de Netflix, de la novela de Shirley Jackson que ya ha contado con, que yo sepa, un par de adaptaciones cinematográficas. El impacto de la novela de Jackson fue notable en su día e inició todo un subgénero de casas encantadas y apariciones. El responsable máximo (o showrunner) de esta nueva versión televisiva de The Haunting of Hill House es Mike Flanagan, director habitual de la productora de terror Blumhouse y que no me había llamado especialmente la atención.Flanagan traslada la acción a nuestros días y cambia al grupo de estudiosos de lo paranormal por los miembros de una misma familia. Además, plantea la acción en distintas épocas, originando en la narración continuos saltos temporales. Pasado y el presente se alternan constantemente, evidenciando la influencia del primero sobre el segundo. Vemos a los niños que viven en la casa encantada y cómo lo allí vivido ha influido irremediablemente en sus vidas como adultos, la mayoría de las veces de manera desastrosa.
The Haunting of Hill House me atrapó desde el primer episodio a pesar de reutilizar los elementos más clásicos del género. Ya sabes: una gran mansión estilo victoriano, lámparas de araña, largos pasillos, escaleras, cerraduras, sótanos, etc. Sin embargo, los fusiona hábilmente con el drama de unos personajes bastante más desarrollados de lo que viene siendo habitual. Cada uno de los 5 hermanos precisa de su tiempo en la trama para mostrar su evolución. Un desarrollo que en las 2 horas que dura un film no hubiera sido posible. Es por ello que esta historia gana enteros como serie, su complejidad precisaba de las 10 horas que dura. Obviamente, The Haunting of Hill House hace trampas ya que nos ofrece información a cuentagotas y de forma desordenada, de manera que el espectador debe, además de pasarlo mal con las escenas de miedo, armar en su cabeza el puzzle de qué demonios pasó en la noche de autos. Una terrible noche que ha marcado la vida de todos los personajes y de la que poco a poco vamos conociendo más detalles.
¿The Haunting of Hill House da miedo? Pues sí. Reconozco que he pasado buenos ratos con escenas como la del montacargas (episodio 3) y que tiene algún susto muy logrado. Pero también me atrapó el drama familiar y cómo cada hermano ha asimilado lo vivido aquella noche. Poco a poco, el elemento sobrenatural deja paso al drama y es éste el que acaba cautivando al espectador. Para ello es necesario que todo el elenco actoral esté a la altura y en este caso lo está. No creo que ninguno gane un Emmy pero, en conjunto, la cosa queda más que decente. Del reparto me quedo con Elizabeth Reaser, Kate Siegel y Victoria Pedretti quienes interpretan a las tres hermanas en la edad adulta. También aparecen Henry Thomas (el inolvidable Elliott de E.T.) y Timothy Hutton como el padre de familia en las distintas líneas temporales.
Finalmente, The Haunting of Hill House funciona mejor como drama que como artefacto de terror, sobre todo si pensamos que a veces abusa de ciertos tópicos y tiende a dar demasiadas explicaciones. Eso sí, sin llegar a ser una serie perfecta, el conjunto está muy compensado, siendo una serie más que recomendable.
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