El trienio 1986/87/88 es sin lugar a dudas uno de los años claves de la historia del heavy metal. Se editaron una serie de discos que por derecho propio se han convertido en clave de su historia, tanto a nivel de reconocimiento masivo como de culto. El thrash metal golpeaba fuerte, reivindicando una autenticidad supuestamente perdida por la apropiación que hacía la televisión y las FM del hard rock. EEUU se había convertido en el nuevo reino del metal y el rock duro, incluso las bandas británicas más relevantes volvían su mirada hacia ese mercado. Como decía antes, el thrash había llegado para imponerse en el gusto de los metalheads. Slayer, Metallica, Megadeth, Anthrax, Testament, Exodus, Overkill… pisaban fuerte la escena aunque los cuatro primeros se alzaban como reyes indiscutibles del cotarro. En Europa también se notaba un repunte de bandas dispuestas a codearse con esa nueva fuerza que arrasaba todo a su paso. Sabbat, Onslaugh o Amebix en Uk. Celtic Frost en Suiza. Pero sobre todo, la gran alternativa al mercado norteamericano venía desde Alemania. Si la gran banda germana era sin lugar a dudas Scorpions situados ya en otro nivel, desde las entrañas del metal más agresivo de la época luchaban a brazo partido una nueva ola compuesta principalmente en primera línea por Sodom, Tankard, Destruction y Kreator.
Los de Mille Petrozza ya estaban en boca de todos. «Pleasure to kill» se había instalado para no marchar. Su sonido era más violento y oscuro que el de la mayoría de bandas del otro lado del charco. Si «Reign in blood» de Slayer era como verte atrapado por sorpresa en el centro de un ataque nuclear, enfrentarse a Kreator era como tratar de resistir encerrado en un bunker a un asedio infernal e interminable de infantería. Mille Petrozza : Guitarra y voz, Jörg «Tritze» Trzebiatowski : Guitarra, Rob Fioretti : Bajo y Jürgen «Ventor» Reil : Batería eran conscientes de que llegaba ese ahora o nunca que toda banda siente en su interior y que debe resolver a su favor. 1987 acogía en su seno discos como «Among the living» de Anthrax, «Under the sign of the black mark» de Bathory, «Retalation» de Carnivore, «Into the pandemonium» de Celtic Frost, «Taking over» de Overkill, «Crossover» de D.R.I., «Pleasures of the flesh» de Exodus… y eso centrándonos en los terrenos por entonces más extremos del metal. Manos a la obra, Kreator presentaban en septiembre «Terrible certainty» un disco que nada más llegar a mis manos, lo primero que me impresionó fue su portada de Phil Lawvere, tanto por los colores, como por el simbolismo. La imagen del diablo que ya había protagonizado otras de las portadas de la banda, que mira desafiante en una especie de pasillo rodeado de estatuas que representan el pasado con un paisaje urbano al fondo como referencia del presente que Kreator pretendían dominar.
Ahora 31 años después, «Terrible certainty» no me sigue pareciendo uno de los discos más duros que me he echado a la cara debido al giro extremo que el metal fue adoptando sucesivamente con la llegada del death metal, grindcore… pero si es cierto que la primera vez que el disco comenzó a rodar en mi tocadiscos aquello fue como desatar los infiernos. El trabajo brutal de las guitarras de Petrozza y Tritze, que fusilan riff tras riff con una destreza y contundencia impresionante, junto a esa batería de Ventor que no deja resquicio alguno por el que introducir algo de calma. El disco se abre con «Blind faith». Una batería que se muestra como una apisonadora, los riffs en primera línea y la forma de cantar de Petrozza, una oda a la violencia musical. Kreator siguen manteniendo esa fuerza destructiva de su anterior disco pero la evolución de los músicos es enorme, sonando increíbles. «Storming with menace» nos muestra como se presenta la evolución dentro de la banda. Directa creando un muro de sonido imposible de derribar y un estribillo marcado. El sonido de las guitarras a mitad de la canción es una jodida maravilla. «Terrible certainty» la canción comienza con la batería en primer plano hasta que el riff toma su lugar de mando esperando que de nuevo Ventor de la señal para entrar a matar. Un auténtico clásico.
«As the world burns» continua con el patrón marcado, una base rítmica arrolladora pero quizás o al menos esa es mi impresión un poco menos agresiva que sus antecesoras. El sonido que sacan Petrozza y Tritze de sus seis cuerdas en «Toxic Trace»es simplemente espectacular y una muestra de ese paso adelante respecto al anterior disco. Otro clásicazo del grupo. «No escape» también muestra otra manera de evolución esta vez en Petrozza, que deja paso al horror y la muerte en sus letras para centrarse en problemas más sociales y dosis de realidad. Algo que se repite con «One of us» que se acelera de manera sobrehumana, dejando a las claras la importancia de Ventor en este disco, auténtico motor de esa espiral de destrucción que supura la grabación durante todos y cada uno de sus cortes. Kreator cierran este «Terrible certainty» con una de mis canciones favoritas no solo del disco sino de la discografía de los alemanes, «Behind the mirror». Desde ese limpio comienzo de falsa calma al que pone fin el furioso riff y toda la energía desbocada que se te viene encima.
«Terrible certainty» es una grandísimo disco, al que quizás estar situado entre «Pleasure to kill» que puso a Kreator de una ver por todas en el mundo del metal y por lo que ha quedado en el inconsciente colectivo grabado a fuego y «Extreme agression» que supuso el reconocimiento a nivel masivo de los alemanes y su ascenso definitivo a la primera división puede quedar a veces un poco solapado. Pero sin lugar a dudas, Kreator lanzaron en 1987 un disco que por derecho propio merece ser reivindicado tantas veces como haga falta.
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