El poema de hoy es sobre todo intrigante. Se trata del número XXXIII de Las Flores del Mal, la obra de Charles Baudelaire, titulado, Remordimiento póstumo. Según Baudelaire, no hay descanso después de la muerte…y también recuerdo ahora mismo un poema de Celan que decía que la eternidad está llena de ojos. Supongo que tendremos que morir para comprobarlo, o no, puesto que Baudelaire ya lo conocía, quién sabe. De momento, vayamos con la traducción que no tiene desperdicio.
LAS FLORES DEL MAL – CHARLES BAUDELAIRE
REMORDS POSTHUME
Lorsque tu dormiras, ma belle ténébreuse,
Au fond d’un monument construit en marbre noir,
Et lorsque tu n’auras pour alcôve et manoir
Qu’un caveau pluvieux et qu’une fosse creuse ;
Quand la pierre, opprimant ta poitrine peureuse
Et tes flancs qu’assouplit un charmant nonchaloir,
Empêchera ton cœur de battre et de vouloir,
Et tes pieds de courir leur course aventureuse,
Le tombeau, confident de mon rêve infini
(Car le tombeau toujours comprendra le poëte),
Durant ces grandes nuits d’où le somme est banni,
Te dira : « Que vous sert, courtisane imparfaite,
De n’avoir pas connu ce que pleurent les morts ? »
— Et le ver rongera ta peau comme un remords.
REMORDIMIENTO PÓSTUMO
Mientras duermas, mi bella tenebrosa,
al fondo de un monumento construido en mármol negro,
y no tengas por alcoba y morada
mas que una cripta lluviosa y una fosa vacía;
cuando la piedra, oprimiendo tu pecho temeroso
y tus caderas que suavizan tu agradable abandono,
impida a tu corazón latir y querer
y a tus pies recorrer su carrera aventurera,
la tumba, confidente de mi sueño infinito
(porque la tumba siempre incluirá al poeta),
durante esas largas noches en las que la siesta esté prohibida,
te dirá: » ¿de qué te servirá, cortesana imperfecta,
no haber conocido por lo que lloran los muertos?
— y el gusano carcomerá tu piel como un remordimiento.
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