En esta siguiente entrega de Las Flores del Mal, la obra de Charles Baudelaire, presentamos el poema número XXXI, que lleva por título El Vampiro. Un poema surrealista que habla por sí mismo y que termina con un giro inesperado; como suelen acabar siempre los poemas de Baudelaire.
LAS FLORES DEL MAL – CHARLES BAUDELAIRE
LE VAMPIRE
Toi qui, comme un coup de couteau,
Dans mon cœur plaintif es entrée ;
Toi qui, forte comme un troupeau
De démons, vins, folle et parée,
De mon esprit humilié
Faire ton lit et ton domaine ;
— Infâme à qui je suis lié
Comme le forçat à la chaîne,
Comme au jeu le joueur têtu,
Comme à la bouteille l’ivrogne,
Comme aux vermines la charogne,
— Maudite, maudite sois-tu !
J’ai prié le glaive rapide
De conquérir ma liberté,
Et j’ai dit au poison perfide
De secourir ma lâcheté.
Hélas ! le poison et le glaive
M’ont pris en dédain et m’ont dit :
« Tu n’es pas digne qu’on t’enlève
À ton esclavage maudit,
Imbécile ! — de son empire
Si nos efforts te délivraient,
Tes baisers ressusciteraient
Le cadavre de ton vampire ! »
EL VAMPIRO
Tú quien, como una puñalada
en mi corazón lastimero entraste;
Tú, quien, fuerte como una estampida
de demonios, viniste, demente y adornado,
sobre mi espíritu humillado
a hacer tu cama y tu dominio;
— Infame a quien estoy ligado
como el esclavo a la cadena,
como al juego el jugador testarudo,
como a la botella el borracho,
y los gusanos a la carroña,
— Maldito, ¡maldito seas!
He rezado a la espada inmediata
para conquistar mi libertad,
y le dije al veneno pérfido
que rescatara mi cobardía.
¡Ay! el veneno y la espada
me han despreciado y me han dicho:
«No eres digno de sacarte
de tu maldita esclavitud»
¡Idiota! — de su imperio
si nuestros esfuerzos te liberasen,
tus labios resucitarían
¡el cadáver de tu vampiro!
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