Variando un poco de temática en las traducciones, incluso más que de temática, diría que de universo, continuamos con el Canto a mi mismo perteneciente a la obra Hojas de Hierba de Walt Whitman, el poeta de lo positivo, del cosmos y de cómo un solo hombre puede llevarlo consigo. En esta tercera entrega Whitman describe la hierba en una oda. Recordemos que Whitman es según algunos el padre de la poesía moderna, sin rima, e influenció a numerosos poetas posteriores.
HOJAS DE HIERBA – WALT WHITMAN
Canto a mí mismo (3ª entrega)
Un niño dice, ¿qué es la hierba? yendo a buscarla para mi a manos llenas;
¿Cómo podría contestar al niño? . . . . No sé lo que es más que él.
Supongo que debe ser la bandera de mi disposición, fuera del esperanzador verde
de las cosas tejidas
O supongo que ella es el pañuelo del Señor,
un perfumado y recordador regalo dejado caer a propósito
albergando el nombre de su dueño, de algún modo, en los rincones que podemos ver
y comentar y decir ¿Quién?
O es en si misma un niño, . . . . el recién nacido de la vejetación.
O supongo que ella es un uniforme jeroglífico,
Y eso significa, estar germinando tanto en zonas amplias como estrechas
Creciendo tanto entre los negros como entre los blancos.
Kanuck, Tuckahoe, Congressman, Cuff, les doy lo mismo y recibo de ellos lo mismo.
Y ahora ella me parece el hermoso cabello sin cortar de las tumbas.
Voy a utilizarte con ternura, rizada hierba,
tal vez transpires por el pecho de los hombres jóvenes
puede que si los hubiese conocido, desearía haberlos amado.
Puede que seas desde los ancianos y las mujeres y desde la descendencia prematura
del regazo de sus madres
Y aquí eres el regazo de sus madres.
Esta hierba es muy oscura para ser de las blancas cabezas de las ancianas madres,
Más oscura que las grises barbas de los ancianos hombres
Oscura para venir de debajo de los tenues cielos de sus bocas
O considero después de todo, ¡tantas lenguas pronunciadas!
y considero que para nada vienen del cielo de sus bocas.
Ojalá pudiera traducir los consejos de los jóvenes hombres y mujeres muertos,
Y los consejos de los ancianos y madres, y los prematuros vástagos arrebatados de sus regazos.
¿Qué piensas que ha sido de los jóvenes y viejos?
¿Y qué piensas que ha sido de las mujeres y los niños?
Están vivos y bien en algún lugar;
el brote más pequeño muestra que verdaderamente no existe la muerte
Y si alguna vez existió condujo a la vida, que tampoco espera al final para detenerse,
e interrumpido el momento, ésta aparece.
Todo se expande hacia fuera. . . . y nada perece,
Y morir es más distinto de lo que nadie supuso, y afortunado.
¿Alguien supuso que tenía suerte de haber nacido?
Me apresuro a informar a él o a ella que es la misma suerte morir y lo sé.
Atravieso la muerte con el moribundo y nazco con el recién lavado bebé . . . . y no estoy contenido
entre mi sombrero y botas.
Y examino con detenimiento los diversos objetos, no hay dos iguales y cada uno es bueno.
La tierra es buena y las estrellas son buenas y sus complementos todos buenos.
Walt Whitman
Leaves of Grass (1855)
Traducido del Electronic Text Center, University of Virginia Library
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