Si se me permite el taco… ¡Jodó, jodó con los Killer Boogie!. Mr. Bernardo de Andrés no se equivocaba cuando, emocionado y excitado, me dijo que debía devorar el segundo disco de los Killer Boogie a la de yá!. Estos italianos provenientes de la capital del Imperio Romano me tienen absorbida la masa cerebral cada vez que los escucho, formados en 2014 en Roma por Gabriele Fiori (vocals, guitars), Luigi Costanzo (drums) y Matteo Marini (bass) (actualmente al bajo Nicola Cosentino) son un excesivo powertrio de retro fuzz y heavy psych que muy pronto fueron ‘cazados’ por el todopoderoso sello Heavy Psych Sounds. En 2015 publicaron su debut, Detroit (2015), una apabullante declaración de intenciones que nos dejaba claro que son unas bestias pardas amantes de bandas como Blue Cheer, The Stooges, MC5, Hendrix, Cream y Radio Moscow con retazos del mejor stoner ‘colocado’ 90’s caso de Fu Manchu o Nebula. En 2016 sacaron un interesante Split con otras tres bandas, 4 Way Split, que confirmaba que esta banda son unos auténticos animales del todopoderoso sonido setentero y psicodélico. Colócate en parrilla de salida porque la ‘Carrera Atómica’ está a punto de comenzar…
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Lo apuntado en Detroit (2015) se confirma y asienta con creces en Acid Cream (2018), menos dosis garagera y punk pero con canciones con más cuerpo y músculo Fuzz setentero que han hecho crecer su sonido hacia la inmensidad del Universo. Os confieso que la escucha de los once temas es un derroche de adrenalina brutal, desde el inicial e instrumental space rock de «Supercrusher ’69» que ya nos pone en órbita, los aplastantes «Escape From Reality» y «Atomic Race» con una base rítmica monolítica y unos punteos tan Blue Cheer/Budgie. Teniendo en su nombre el término ‘boogie’ no podían faltar temas más socarrones y estos son los casos de los divertidos «Dino-Saur» y «I Wanna A Woman Like You», este último más Fu Manchu/Nebula como el mencionado «Atomic Race» y «Brother In Time» borrachos de lisergia y sustancias varias sin perder un ápice de fuerza bruta. «Let The Birds Fly» es el tema psicodélico de todo el conjunto, el más sesentero y tranquilote, «Mississippi» es un interludio ‘bluesy’, sí!, estos tipos también dominan a Robert Johnson. Acabo la reseña con mi tema favorito, el más elaborado y el que tiene todas las caras que ofrecen los italianos, «The Black Widow» es bestial hasta decir basta, un corte Heavy Psych/Proto Metal lleno de intensidad sónica, épica sideral, musculosa ejecución, aires stonianos y sobredosis de LSD. En conclusión, un disco rico en matices y con unas guitarras más calientes que el desierto que consagran con creces a un powertrio que pide paso volando cabezas desde el país de la bota.
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