«Money, so they say / is the root of all evil today» : Roger Waters
Hablemos claro, por mucho que le pongas la careta de tu amor platónico a tu pareja, siempre será tu pareja. Esto se puede aplicar al cuento que se traen muchas bandas míticas que siguen queriendo estrujar la gallina de los huevos de oro hasta la última gota. Una banda por mucha careta que le pongas ya no es la misma si faltan los miembros esenciales que la hicieron grande.
Queen, es el mejor ejemplo de la gran mascarada y la cara dura de sacarle los cuartos a una multitud de fans cegados por su pasión. Freddie es y sera irreemplazable y por mucho que Brian May haya contribuido al sonido y a las composiciones. Queen, sin Mercury y Deacon no son Queen. Pueden tocar sus temas libremente y cuando ellos quieran, pero utilizar el nombre que les encumbró es restregarlo bajo el fango y una falta de respeto. Yo me perdí a Queen a las puertas del estadio en la gira de The Game y no por ello correré a ver dos miembros de Queen interpretando sus temas en la voz de un tipo que no pinta nada con ellos. No se engañen y ni engañen a nadie, no verán a Queen, veran a May y Taylor junto a unos tíos interpretando temas de la banda. Y les cobraran el mismo precio que si fuera lo auténtico. Un poco como llamar caviar al sucedáneo de pescado, o angulas a las gulas congeladas del supermercado de la esquina.
Yes, son otros a quienes no se les cae la cara de vergüenza. Ahora hay dos Yes girando: Yes featuring Jon Anderson, Trevor Rabin, Rick Wakeman por un lado y del otro, los YES actuales, donde sólo quedan Steve Howe y Alan White con músicos contratados como Geoff Downes, Billy Sherwood y Jon Davison. Una vergüenza y todo ello faltado el fundador de la banda Chris Squire. A su muerte, YES debía haber enterrado ese nombre para siempre.
Steve Hackett se pasea por medio mundo cosechando éxito con sus reinterpretaciones de Genesis, pero tiene la decencia de no venderte el nombre de Genesis. Por ello, aplaudo bien fuerte que Robert Plant no se pliegue a reunir a Led Zeppelin. Es justo que ya no toquen bajo ese nombre sin Boham. Page and Plant fue una idea acertada y que lamentablemente brilló poco tiempo.
Es increíble que la gente caiga en burdas imitaciones de lo que fueron, en bandas cojas reunidas con el solo propósito de hacer caja. Aquí en España tenemos un claro ejemplo de ello, la mítica banda Triana sigue girando por la península sin ningún miembro original en ella, y es más, el único superviviente reniega de ellos. Pero sigue habiendo ingenuos con pocos escrúpulos a los que les da igual y van a oír un sucedáneo sin personalidad, mal interpretado y con unos temas que ni les viene ni les va, solo ven lo que llenará sus carteras.
Tres cuarto de lo mismo pasa con los Beach Boys, que reconozco fui a ver y disfruté, aunque una parte de mí sabía que me estaban tomando el pelo. Y sinceramente, vi a Brian con su banda sin tener que recurrir al nombre de Beach Boys y no había color! Kiss con Eric Singer y el guitarrista Tommy Thayer siguen siendo Kiss, pero no los genuinos y míticos que hicieron soñar toda una generación.
Que no se me interprete mal! Qué estos tíos quieran seguir girando y llenándose los bolsillos me parece genial. Que quieran que su música perdure y la escuchen muchas generaciones también me parece maravilloso, pero que llamen las cosas por lo que son.
Aquel intento de Doug Yule y de la compañía discográfica de perpetuar la Velvet Underground sin ninguno de sus miembros originales y el lanzamiento del álbum Squeeze es otra de esas curiosidades de cómo seguir enriqueciéndose con un nombre, una marca en definitiva. El espíritu de rebeldía de rock se perdió hace muchos años y se remplazó rápidamente por lo mercantil en cuanto se vio que aquello proporcionaba muchos beneficios.
Hasta cuando vi a los Who sin Moon y Entwistle me sentí un poco engañado, estuvo bien, pero las personalidades arrolladoras de estos dos personajes eran esenciales tanto en el plan musical como en el escénico. Y lo de Lynyrd Skynyrd es que ya no tiene ni nombre. Utilizar la marca hasta la saciedad, sin ningún pudor embaucando neófitos que creen a pie juntillas que están viendo algo genuino. Tiene mucha más gracia ver a Skinny Molly que a L.L actual.
Y The Doors, cuando giraron con Ian Astbury no tenía nombre. Sin Jim Morrison venga ya, ¿vais a ir a ver The Rolling Stones sin Mick Jagger o Pearl Jam sin Eddie Vedder ,o unos U2 sin Bono?, aunque esto último casi seria una buena noticia!! Se imaginan también que sigan existiendo unos Allman Brothers sin ninguno de los dos hermanos? Seguro que a más de uno no le molestaría ver algo tan esperpéntico.
Genesis se quedó sin Peter Gabriel, como Marillion sin Fish. Ambos no murieron por lo que la cosa no es la misma y además, ambas bandas cambiaron su enfoque musical basándose en un recorrido enfocado a lo comercial. O el caso de Fleetwood Mac, que con Jeremy Spencer y Peter Green eran una banda de blues-rock para luego ir a instalarse en Los Angeles y acoger a Stevie Nicks, Lindsey Buckinham, Christine McVie y convertirse en un grupo de excelente AOR. Son cambios pactados en cierto modo, donde no se aprovecha un filón aprovechando el nombre de alguien que ya no está con nosotros. Otros claros ejemplos son Black Sabbath ,que sin Ozzy Osbourne entró James Dio, o luego hasta el mismo Ian Gillan. Molestó a muchos y cada uno tiene su opinión, pero seguían siendo una verdadera unidad en busca de sobrevivir y continuar a componer música. Van Halen siguió adelante cuando David Lee Roth dejó el puesto a Sammy Hagar, cambiando radicalmente hacia un AOR empalagoso en muchos momentos y teniendo aún más éxito!
Pero hay bandas como Uriah Heep o Deep Purple que han sabido navegar a través de los años cambiando su line up, y no caer demasiado en lo absurdo salvo cuando Satriani estuvo con los Purple, que no pintaba nada allí. Hasta Pink Floyd supo seguir con algo de dignidad y parar justo a tiempo antes de caer en lo ridículo. Y Gilmour y Waters cada uno por su lado siguen ofreciendo la música de los Floyd de una manera elegante y con la visión que cada uno tiene de ella.
A la pregunta de si una banda puede seguir triunfando sin su cantante original o algún miembro importante, queda patente que la respuesta es sí, y en parte la culpa es de una generación que acepta el fake sin pudor. Parece lógio que una generación que ha nacido en una era donde música y películas son gratis a golpe de ratón se trague bandas que acaban siendo poco más que bandas tributo. Y es que lo auténtico y genuino ha dejado de tener realmente importancia, para dejar paso a la sensación de posesión y de realidad distorsionada, para alimentar mentes que ya no dan valor a las cosas.
Es completamente lícito y legítimo que el resto de los integrantes de las bandas quieran seguir tocando y ganado dinero, pero que se engañe aprovechando la pasión, la ilusión y la ingenuidad – también en cierta medida – de los fans, me parece de una ética reprochable.
Para terminar, lo de los hologramas me parece lo último en tomadura de pelo y de falta de respeto a la memoria de los muertos, pero, ya se sabe, todo sea por la pasta…
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