David E. Kelley tiene creaciones de probada solvencia para la pequeña pantalla, con dos exitazos como «El abogado» y «Ally Mc Beal». Ahora ha juntado fuerzas con Jean-Marc Vallé, autor de la archipremiada «Dallas buyers club» para emprender esta miniserie de siete capítulos para HBO.
Un oscuro drama en una comunidad de ensueño, un pueblo de gente adinerada donde todo parece perfecto y donde todo se desmorona por un pequeño detalle; esas «grandes mentirijillas» a las que alude el título. En los personajes se nota el egoísmo, la crueldad, la hipocresía de una comunidad en principio idílica lleno de sentimientos de inferioridad, gente ambiciosa y llena de envidia pero con un carácter afable. Humano, demasiado humano como escribía Nietzsche. Todo comienza con un leve incidente de «bullying» en un colegio y como la madre de la niña agredida culpa al hijo de la nueva: una madre soltera que no tiene el nivel económico de resto. Una extraña que solo quiere prosperar y dar mejor educación a su retoño para que pueda prosperar en la vida. Y desde ese punto de vista se van uniendo los mundos de los pequeños y de los mayores, que pagan sus frustraciones usando a sus hijos como ariete sobre los otros progenitores. Una historia donde quien lleva el peso de la narración son las mujeres y que tan bien se resume en los títulos de crédito donde el quinteto femenino lleva a sus pequeños a la escuela. De ellas destacan las tres protagonista, una excelsa Reese Whiterspoon, que ofrece un curso acelerado de interpretación, secundada de forma admirable por Nicole Kidman, en uno de sus mejores papeles en años y por la más fría Shailene Woodley, que saltó a la fama con la saga «Divergente». A ellas acompañan la siempre fiable Laura Dern, una Zoe Kravitz, con un papel hecho a medida y en el capítulo masculino destacan el extraordinario Alexander Skargard que encarna a un soberbio maltratador y un Adam Scott que es el único que sale bien parado de entre los hombres de la serie y que parece explicar que aunque el macho alfa sea lo que busca este tipo de mujeres, hombres aventureros, independientes y de buena presencia, es mejor uno más apocado pero con mejor fondo, aunque no tenga ese punto de pasión arrebatadora.
Bien llevada y generando interés desde el primer episodio, donde sabemos que alguien ha muerto y donde se va alternando la edición lineal, con la paralela y con constantes insertos de opiniones en el interrogatorio policial. Lástima que ciertas ensoñaciones lleve todo al terreno del videoclip y del posmodernismo cinematográfico, lleno de luces, filtros y otros puntos que ensombrecen la narración, dejando en una notable serie y no en una sobresaliente.
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