Solo hay que ponerse a mirar un mapa y veréis que no miento si os digo que me pilla geográficamente lejos el norte, pero mi sur del sur siempre ha tenido una conexión especial con el norte del sur, de Cádiz a Bilbao por toda la orilla, musical especialmente. Es algo que siempre comento al que me quiere escuchar (allá él), la buena relación que tengo desde hace muchísimo tiempo con gente de EuskalHerria, a pesar de los kilómetros, las costumbres y el clima que nos separa, siempre los he notado gente cercana y creo que la sensación es recíproca. Hay principalmente dos bandas norteñas que para mi son como de la familia, The Inductions y los Tiparrakers. Y cercanos a estos últimos, son estos tipos de Bilbao, llamados Ritxi, Jon, Iker, Raul y Alme, más bien conocidos en el mundo del rock and roll adrenalítico como Huracan Rose, que se han sacado de la manga este potente ep titulado «Canciones bélicas para días de paz», 5 canciones que no te van a dejar indiferente.
Abren con «»Bailando con el diablo», rock and roll callejero y macarra, con buenas letras y ese rescoldo punk ardiendo en algún bidón de la Ría. Como ellos mismos cantan, «…compra tu salvación, escupe rock and roll…». «Océanos» es un bombazo que en directo debe ser la hostia, ese ritmo acelerado y la voz escupiendo palabras. Atentos a las guitarras de «Lo hicimos criminal», esa querencia blues a ratos, potencia rockera en su mayoría, un ataque frontal lleno de energía y clase. Me encanta «Mi calavera», si, lo reconozco, una canción para no parar de botar, en la voz retamas de rock callejero, de poemas de barrio como en los mejores tiempos de Marea, estribillo para levantar el puño y gritar mientras como ellos cantan «…mezclar drogas duras con otros venenos…». Cierran con «Huracán Rose» y pienso, ¡que cojones!, porque se acaba esto tan pronto. «Canciones bélicas para días de paz» es de ese tipo de discos, que vas poniendo una y otra vez, y cada vez disfrutando más, en vena, vaso largo o como haga falta.
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