El rock progresivo, a semejanza de su majestuosidad, es como una catedral. Y como todo edificio señorial, se sostiene sobre unos pilares vigorosos. Indiscutiblemente, uno de ellos es el “Close to the Edge” de YES. El cual tenéis traducido aquí. Un disco que contiene todos los elementos de lo que se espera de una obra de rock progresivo, tanto en su desmesura, como en su originalidad.

Amantes de la simple tonadilla fácil de retener y tararear huyan despavoridos de esta obra magna, no podrán ni siquiera acercarse, ni rascar la superficie de todo lo que contiene en sus entrañas.

Simplemente con tres temas y algo menos de 40 minutos, YES plasmó un tsunami de notas y entresijos musicales que nunca llegaron a superar, sí a igualar, pero no a rebasar.

Enfundada en una simple portada de un degradado verde y coronado por el logo de yes que hace su primera aparición bajo el prisma de Roger Dean y por el que todos identifican a la banda desde entonces. Lanzado el 13 de septiembre de 1972, Close To The Edge alcanzó el número 4 en la lista de álbumes del Reino Unido.

La banda se encerró literalmente durante prácticamente siete meses tras el lanzamiento de “Fragile” en los estudios Advision. El grupo llegó a un punto de perfeccionismo que terminó con la paciencia de Bill Bruford que se fue tras el lanzamiento del disco a integrar las filas de King Crimson. Los integrantes de YES dieron lo mejor de su arte desplegando virtuosismo, refinamiento y genialidad a partes iguales.

La primera cara la ocupa el tema que da título al disco; “Close to the Edge” (cerca del abismo) y es exactamente lo que nos obsequian estos espléndidos músicos, 19 minutos de puro hechizo sonoro efectuado con un sin fin de cambios de ritmos y atmósferas interpretadas magistralmente sin perder el hilo en ningún momento. Desparramando una energía densa y ambiciosa construida por orfebres del sonido, un Steve Howe pletórico acompañado por un Squire demencial que labra los surcos a golpe de bajo. Un Wakeman en la cima de su genialidad, creando una música que no cesa de girar en un tríptico de una fuerza espiritual, donde la voz de Anderson es más que nunca otro instrumento de precisión. “Close to the Edge”, encuentra su inspiración en la novela de Hesse, que narra la vida de Brahmin Siddartha para representar musicalmente el contraste entre el mundo espiritual y el material.

Este es un álbum de majestuosa belleza que se eleva a cada segundo que la aguja recorre sus surcos, atiborrados de detalles que se saborean con esmero, observando incrédulo como se puede arrancar de un instrumento tanta belleza y plasmarla sobre un lienzo sonoro.

Tienes que dejar que la música te guíe, dejarte llevar y de esta manera podrás adentrarte en un mar de sensación totalmente diferente a cada instante. Cierra un emblemático “Siberian Khatru”, un corte poseído por un frenesí descomunal, donde la guitarra de Steve, entra en una locura contagiosa. La repetición constante de frases de dos palabras, alternando partes cantadas y pasajes instrumentales, vertiginosamente. Por cierto; Khatru’ significa “como quieras” en yemení.

 


 

En esta nueva sección de Rock The Best Music y después de esta reseña por parte de Laurent, el Staff pasará a opinar sobre el disco en cuestión. Os dejamos aquí las indagaciones de lo que nos ha supuesto escuchar esta obra. Ninguna tiene desperdicio. Y si quieres, al final, en comentarios, puedes dejar tu opinión sobre este disco.

 

OPINIONES DEL STAFF

Bernardo

Como bien es conocido y así ha sido reseñado Close To The Edge, 5º disco de Yes, es parte básica en la creación de un género musical, el progresivo. Y sólo por dicha razón merece ser escuchado y valorado, toda vez que quién crea e innova, debe ser objeto cuando menos de que exista un grado de curiosidad y respeto. Escuchando Close To The Edge, se entienden los caminos tomados por una ingente colección de artistas y bandas desde la salida del lp citado, en adelante. Ruptura con las bases formales de lo que hasta entonces era una canción pop, temas de largo recorrido, con base en dos géneros que el rock tendía a desdeñar por razones obvias de escapatoria a todo aquello que sonase a pre-años 50’s y rebeldía juvenil, como son la música clásica y el jazz. Barroquismo y virtuosismo. Después de 5 discos, pulen todo el camino previo llevándoles a su cima definitiva, no existe concesión al standard de lo que se conoce como canción (y que con anterioridad, todavía Yes venía practicando) sino que la canción como tal, está integrada en una colección de canciones en forma unitaria. Sólo una persona en el pop, llegó a ese nivel de integración, y para mí, tiene una influencia capital en este disco. Brian Wilson y sus locuras con Pet Sounds y Smile, solo que éste no era instrumentista, por lo que esas suites sólo podían tener 3 minutos, mientras que Yes, podía elevar ese puzzle hasta el infinito. Y aquí es, dónde radica el amor u odio a este lp , concisión frente a desarrollo temporal, pues el juego del puzzle es el mismo. Personalmente soy más de lo conciso, pero en este trabajo, Yes, consiguen que acepte y alabe su propuesta e incluso me fascine.


Santi

Existen ciertos géneros del rock, que no están pensados ni concebidos para todos los oídos. Si bien el rock suele tener grandes seguidores y algunos que lo soportan, estas “ramas” se hacen complicadas, hasta casi conseguir que las ames o las odies. El Rock Progresivo es una de ellas, sus complicadas composiciones, temas extensos, pasajes instrumentales enrevesados, el no ser tan “directo” e inmediato como el rock al uso, hace que no todos seamos capaces de disfrutar de sus discos. Yes, como gran exponente de este género, no iba a ser menos.  Pero este “Close To The Edge” si cabe, hace más complicado el asunto. Tan solo tres temas, en los aproximadamente 40 minutos de duración, de momento, a muchos tirarían hacia atrás. Si bien no debiéramos criticar su calidad, la tiene en alta medida, sí es cierto, que con discos de este tipo, me pasa como cuando escucho algunos temas de jazz. Sé que es algo grande, pero noto que algo se me escapa, que soy incapaz de disfrutar del total conjunto e intención de estas composiciones. Y esto, aun siendo seguidor convencido del rock progresivo. Disco para degustar con tiempo y paciencia, se llega a saborear mejor con las escuchas.


Angel

Me gusta el rock progresivo, pero no me ha gustado desde siempre, aunque ciertos discos de este género tan bonito, me calaron ya de niño. He tenido que madurar musicalmente hablando, para poder asimilar cierto tipo de canciones. Parece ser, y digo parece, que una canción que no se deja atrapar, no gusta. Esto me pasó al principio con Close To The Edge. Pero después de leer a Laurent, enfrenté la situación con una actitud y perspectiva diferentes. Puse más mi atención en el presente constante de la canción, que en mi memoria. Y pude distinguir que la primera melodía, a mi modo de ver, comienza lenta, de manera sutil, como lo hace un arroyo, que después se va convirtiendo en río, definiéndose cada vez más a medida que avanza, como la propia canción. También noté cómo la melodía no es un mero trasmisor de sus letras, sino que avanza a la vez como si de una historia sonora se tratase. Estoy escribiendo esto y todavía no he traducido el disco, porque quería centrarme en el sonido, y porque comprendiendo la letra se percibe el total de manera diferente, como un todo, como creo que tiene que verse este tipo de trabajos. Con cierta capacidad para conceptuar y poder así dar un sentido, a lo que, en un principio, repito, me pareció incomprensible. Sobre todo, ese caótico comienzo en el que la voz, intenta poner un mínimo orden sonoro ejerciendo de batuta para lo que viene después.

Supongo que esto de la música son matemáticas, pero no son matemáticas. Todo tiene una coherencia, los sonidos con los estados de ánimo… Pero para mí, en este disco se deja patente que romper con lo cartesiano a la hora de tocar un instrumento, proporciona una agradable sensación de libertad, que creo es, lo que nos quieren transmitir Yes. Es el espacio vacío caótico, rellenado y ordenado con pura música. Una obra que supera mi capacidad y que necesitaría escuchar más veces para que me llegase del oído al disfrute. Aunque, tengo que reconocer que se ha abierto una nueva zona en mi mente y necesitaré cambiar de chip para volver a escuchar las canciones más convencionales.


David

Cuando estos locos con los que comparto página, sugirieron lo de hacer una crítica actual a discos de su época, yo, que soy el más joven de la plantilla y estoy habituado a ramas más extremas, me aterré por sus gustos musicales igual que cuando estábamos en el colegio. Tendría que forzarme con las escuchas de discos anteriores a mi nacimiento, que han marcado la historia de la música. Y eso es lo que es este disco de Yes, producido en una época donde la experimentación musical estaba en boca de muchos músicos. Prueba de ello son los tres primeros minutos del disco, donde los diferentes instrumentos se van buscando armónicamente sin dejar de tocar su propia melodía. Tras varias escuchas seguidas, para digerir bien su contenido, se llega a apreciar su calidad, pero en mi opinión es un disco que solo lo podrán disfrutar en su plenitud los nostálgicos de esa época, o algún apasionado del progresivo que quiera profundizar en sus conocimientos, ya que para el público actual se vuelve complicado de tragar, al salirse de los cánones sencillos que vivimos actualmente.


Perem

Nada, no hay que ir mucho más allá, el resumen lo dice todo:

Jon Anderson
Chris Squire
Steve Howe
Bill Bruford

Y a estos hay que sumarles el más grande de todos los que por ahí pasaron

Rick Wakeman

Esta es mi aportación tanto al Close, como al Yessongs del año siguiente.


Carlos

Está bien, reconozco que cuando Laurent nos comunicó que este era el disco elegido para poner en común, una malévola sonrisa se dibujó en mi cara. No soy un enemigo declarado del rock progresivo, pero sí me declaro fan, más de grupos en concreto, que del género en sí. Iré más allá, afinando la puntería, casi diría que concretamente me rindo sin remisión ante ciertos discos de algunas bandas que con su discografía completa. Pero claro, Yes no entra en esos discos, grupos o géneros. Lo he intentado, os lo prometo. He escuchado tantas veces este disco en estos días que me he situado al borde del síndrome de Estocolmo, pero ni así. Si fuese objetivo no tendría más remedio que describir en este artículo el hecho de que nos encontramos ante unos músicos descomunales que además en ese momento, su nivel compositivo rozaba el techo, no hay discusión. Pero afortunadamente, la música no es una ciencia exacta como las matemáticas, aquí no hay fórmulas maestras que nos sitúen en un camino de una sola dirección. La música se mueve por sentimientos, sensaciones, momentos… y eso me permite, me da la oportunidad, la libertad, de ser subjetivo, que, dicho sea de paso, se me da mucho mejor, o eso quiero creer.

Me enfrento a «Close to the edge», y mis sensaciones son contrapuestas, enfrentadas, como dos perros tirando de un mismo hueso. Me vuelve loco esa línea de bajo, ese poderío mostrado instrumentalmente, pero entra la voz y una desidia en forma de bruma invade el ambiente, no soy capaz de mostrarme en paz con esa especie de nana en la que se convierte la forma de cantar de Anderson, algo que consigue sacarme a patadas de la magia capaz de fabricar por momentos la épica con la que envuelven a su música. Entiendo la dificultad de querer construir una sola canción con diferentes suites que la conviertan en un todo, pero no consigo conectar y mi cerebro me envía una y otra vez la orden de pulsar el off y salir corriendo sin mirar atrás. Jamás obviaré la importancia de este grupo, de este disco en la historia, pero yo, por mucho que me asome al borde, que me sitúe a la vuelta de la esquina, el veredicto sigue siendo NO.


Pupilo Dilatado

Llevaba mucho, mucho tiempo sin meterme entre pecho y espalda un disco clásico del progresivo, de hecho fue desde los tiempos de aquel genial ‘Por Amor a la Música’, el ‘juego’ de bloggers que Laurent Berger se sacó de la manga retándonos cada semana con una temática, género, etc …, que no me veía inmerso en ese mundo, a priori tan denso y complicado pero tremendamente enriquecedor y creativo, que es el Prog Rock. Siendo sinceros, a mí el Rock Progresivo clásico me entra en pequeñas dosis, a excepción de los canadienses Rush, Pink Floyd y King Crimson, por lo que tengo lagunas gigantescas con grandes mastodontes del género como Camel, Genesis, Emerson, Lake & Palmer o la E.L.O. por citar tan sólo a unos pocos de los que he escuchado temas sueltos y muy de pasada. Yes es uno de estos casos.

Cuando se nos propuso el reto de escuchar y reflejar nuestras impresiones sobre el Close To The Edge de Yes, os lo confieso, sentí una pereza del copón pero en el fondo sabía que disfrutaría por el camino en cuanto me metiese en uno de los discos clave del género progresivo. Soy muy básico con mis ‘necesidades musicales’, un buen riff, actitud, una buena melodía y estribillo y soy feliz, pero lo que plantean Jon Anderson, Chris Squire y Rick Wackeman con su disco del ’72 va mucho, muuuucho más allá de una estructura básica y convencional en una canción. Pero me gustan los retos, abrirme a otras sonoridades y descubrir nuevos mundos que me suelen ser ajenos. Me ha costado encontrarle el punto a esos casi veinte minutos de «Close To The Edge», estructuras jazzies, complejidad y virtuosismo instrumental, atmósferas recargadas, momentos que parecen ser gestados en sesiones de improvisación, pero también momentos melódicos, frágilidad y armonías celestiales, en definitiva, todo un decálogo de sensaciones que apabulla si no se tiene paciencia y perseverancia. «And You And Me» es bastante más asequible, más minimalista si tenemos en cuenta el tema que la precede, con unas melodías y armonías vocales que podrían perfectamente ser deudoras de Brian Wilson y Pet Sounds (1966). Con «Siberian Kathru» vuelve la complejidad y el ‘ombliguismo’ instrumental pero ya ‘estoy dentro’, la disfruto, me entretienen muchos sus ritmos, sus cambios y llego complacido al final de Close To The Edge con una sensación extrañamente placentera, como cuando rendíamos pleitesía y compromiso en ‘P.A.A.L.M’ y es que uno ha vuelto a superar el reto, sin sufrimiento ni sopor alguno. Era mucho más fácil de lo que muchos se pensaban.


José Luis

Siempre he pensado que leer a Hermann Hesse con veinte años es distinto que con cuarenta. Parece ser que Yes se inspiró en «Siddharta» a la hora de componer «Close to the edge» y así entiendo el tema homónimo, canción larga para ocupar toda una cara del disco, que comienza y acaba con sonidos naturales y de allí nos envía a terrenos más espirituales, dividiéndola en cuatro partes (The solid time of change/ Total mass retain/ I get up, i get down / Seasons of man) unidas por un pegadizo estribillo (close to the edge/ down by the river) y que durante más de dieciocho minutos van cambiando los ritmos hasta llegar a la explosión final con órgano. El segundo corte es And you and i, que empieza con un demoledor acústico donde se demuestra lo gran bajista que es Chris Squire (uno de los mejores del progresivo) en otros diez minutos de esencia espiritual, aunque no tanto como «Close to the edge». El tercer tema mantiene la coherencia con lo escuchado antes y Siberian Khatru tiene fantásticas melodías, resultando accesible aunque con todos los detalles y significados que imaginó Jon Anderson. Tres historias para el recuerdo la que esconde esa portada en verde que parece un cruce entre el «puntillismo» y un cuadro de Rothko . Disco que a la inversa de Hesse he disfrutado más, una vez pasados los cuarenta que con veinte. Cosas de la vida.

 

Aquí os dejamos un enlace de la versión deluxe, para que podáis escuchar el disco.

 

 

 

by: Laurent Berger

by: Laurent Berger

Tsi – Na – Pah estudió Bellas Artes y más tarde cocina. Actualmente recorriendo Andalucía vendiendo y comprando viejos vinilos. Apasionado del rock progresivo y del rock americano de los setenta. Colaborador en distintas revistas musicales y tiendas de música en la época donde se vendía música de verdad.

6 Comentarios

  1. Loco2

    A finales de los setenta a esta música y a estos musicos se les consideraba dinosaurios, en su acepción más hiriente (antidilubianos, pesados y pasados). Todo es ciclico y nuevos oidos vuelven a buscar la excelencia entre estas abigarradas notas. Solo el tiempo, juez absoluto, es quien pone en su sitio a cada cosa y este trabajo, fuera de modas, ya es inmortal. La música pasa siempre por el fltro de la viviencia personal y vital a la hora de la evaluación. A esta música le hace falta atención, tiempo y entendimiento para poder apreciarla en su quintaesencial naturaleza. Quien lo consiga, disfrutara hasta el multiorgasmo, el resto:absténgase.

    Responder
  2. Enrique

    Close to the edge es una obra para enseñar a bailar… no al cuerpo sino a las neuronas, a las emociones.
    Es de una violencia psicológica que traumatiza – para bien – durante el resto de toda la vida.
    Después de haberla escuchado la primera vez, hace 25 años, solo aguanté los 2 primeros minutos… el contraste del arroyo tranquilo con la «agresión» eléctrica a esa paz primeriza, era insoportable para mi… pero después de escucharlo 50-100 veces, al fin penetró en mi. Y yo penetré en la obra. Forma parte de mi ahora, la canto en mi interior regularmente, cuando estoy en el metro, en la calle, en una terraza… ayuda a fortalecer mis defensas, a enmarcar el espectáculo abigarrado de la ciudad, del mundo… de la vida.
    Una cosa ha quedado clara para mi respecto de esta obra maestra, a pesar de todos los deliciosos «maltratos» que incesantemente interrumpen la paz de la corriente del río, bajo la forma de rupturas instrumentales eléctricas – como cuando el hacha afilada surca un hermoso y plácido tronco de árbol – triunfa la paz, gana la imagen de la belleza, ganan la esperanza y la bondad. El poso líquido que queda después del tsunami eléctrico es una bella fuente florentina, que surte filamentos de agua cristalina, de forma simétrica, en medio de la plaza pública, para saciar al sediento, sea este creyente, sea pagano…

    Responder
    • Tsi-Na-Pah

      Amen hermano!

      Responder
  3. Freddy marca acebo

    Realmente un estudio muy profundo a esta joya musical desde todo punto de vista……felicitaciones a toda la gente q participo en ella….sigan adelante
    ….

    Responder
    • Tsi-Na-Pah

      Muchas gracias

      Responder
  4. Santi

    Joder esto es muy bueno, me recuerda salvando las distancias al cd de tarkus de ELP, me encanta el rock progresivo es increíblemente revelador musicalmente hablando, es como escuchar la música desde todos los ángulos posibles.

    Responder

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