Tengo un recuerdo de cuando era chaval de mi hermano, llevándome al cine en Francia a ver “Once Upon A Time In The West”. Aquella película estaba prohibida a menores de 16 años por su violencia según contaban los mayores, era un western muy diferente a los que ya había visto, me dijo mi hermano que consiguió colarme en aquel pequeño cine de una calle peatonal de un precioso pueblo costero de la Bretaña.
Recuerdo que salí de aquel cine fascinado por dos cosas, la belleza de Claudia Cardinale y por aquella banda sonora casi omnipresente que se incrustó en mi cerebro para siempre. Desde aquel día he acudido al cine a ver películas únicamente por el reclamo de sus bandas sonoras, todas ellas compuestas por unos de los genios del siglo XX; Ennio Morricone.
Este compositor y director de orquesta ha compuesto las bandas sonoras de más de 500 películas. Ganador de un Oscar y un sin fin de premios los cuales no voy a enumerar, salvo el oscar por Los odiosos ocho en 2016 y uno honorífico en 2006, y el Premio de Música Polar, el Nobel de la música. Y Por si fuera poco, ha vendido más de 70 millones de discos, algo inusual para alguien que compone bandas sonoras.
Malpaso lanzó hace poco En busca de aquel sonido, donde Morricone nos habla del pasado, el presente y el futuro de la música, de la música del siglo xx, de la llegada de la radio y la televisión, de la industria cinematográfica y discográfica, y sobre todo de sus encuentros con personalidades del celuloide que van de Sergio Leone a Oliver Stone pasando por Tarantino. Es tal su abanico, que su vida es fascinante y reveladora como pocas, tan llena de misterios de la vida y anécdotas que cualquier cinéfilo o fan de la música debería adquirir este libro.
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