Hoy os traigo Correspondances, el cuarto poema de la obra de Charles Baudelaire, Las Flores del Mal , en el que se corresponden los aromas de esos lenguajes ocultos, con los de las fragancias de algunas sustancias alucinógenas. Y ambos, producen el mismo efecto infinito en nuestro poeta francés.
LAS FLORES DEL MAL – CHARLES BAUDELAIRE
CORRESPONDANCES
La Nature est un temple où de vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles ;
L’homme y passe à travers des forêts de symboles
Qui l’observent avec des regards familiers.
Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse et profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.
Il est des parfums frais comme des chairs d’enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
— Et d’autres, corrompus, riches et triomphants,
Ayant l’expansion des choses infinies,
Comme l’ambre, le musc, le benjoin et l’encens,
Qui chantent les transports de l’esprit et des sens.
CORRESPONDENCIAS
La Naturaleza, es un templo donde sus vivientes pilares
dejan, a veces, escapar confusas palabras;
el hombre muere atravesando bosques de símbolos
que le observan con mirada familiar.
Como los prolongados ecos que de lejos se confunden
con una tenebrosa y profunda unidad,
inmensa como la noche y la claridad,
los perfumes, los colores y los sonidos se alternan,
son frescas fragancias como la carne de los niños,
suaves como los oboes, verdes como las praderas,
—y otras, malolientes, intensas y triunfantes
con la propagación de las cosas infinitas,
como el ámbar, el almizcle, el benjuí y los inciensos—,
quienes cantan los viajes del espíritu y los sentidos.
0 comentarios