Si me preguntas que pienso del power metal, seguramente tendría que ponerme a explicar más de una cosa para poder resaltar los que para mi son los defectos y virtudes de un género tan amado como defenestrado dentro del metal. Es cierto que yo soy más fan de discos que del género en si, e incluso de bandas, cuya discografía me produce sensaciones encontradas. Como siempre, unos te sorprenden más que otros, no creo que eso sorprenda a nadie. Con el último disco de Dragonforce en mis manos, reconozco que estos son de los que desde un primero momento se han convertido en una de esas bandas que si son capaces de transmitirme sensaciones. Lo primero es que son unos músicos realmente buenos, las cosas como son, y aunque a veces uno tiene la sensación de que entran en un automatismo del que seguro que otros músicos son capaces de sacar conclusiones adecuadas, para el resto de mortales nos cuesta pillarles punto. Quince años ya a sus espaldas, una legión de fans y una discografía a un nivel alto es lo que les ampara como mejor alegato de defensa. En este «Reaching for infinity» es en el que más me ha gustado a las voces Marc Hudson, que graba ya su tercer disco con la banda. También debuta el nuevo batería, italiano Gee Anzalone.
¿Sorpresas en este disco?, no creas. Melodía, velocidad, fuerza y mucha técnica es lo que uno espera de esta gente y desde luego no van a  defraudar a nadie. Introducción con el nombre homónimo del disco nos lleva en volandas hacia «Ashes of the dawn» y ese sonido tan propio, con esas guitarras que parecen tener voz, y un comedido tiempo entre velocidad y melodía. «Judgment day» es la combinación perfecta de lo que comentaba antes, esa batería a mil, que te acelera a tope, la épica de la melodía vocal, todo en conjunto, como en los mejores tiempos de Stratovarious. «Astral empire» es pura energía, heavy metal en su máximo exponente, no limits, no prisoners. «Curse of darkness» se balance en las orillas de ese metal melódico que tanta aceptación tiene entre gran parte del personal, aunque  yo personalmente, siga prefiriendo cuando Dragonforce meten una velocidad más. Hacía tiempo que Dragonforce no grababan una balada y el momento ha llegado con «Silence», efectiva y bonita, todo un acierto.
«Midnite madness» es como un chute después de la balada, speedica, melódica, épica, un auténtico subidón en forma de power metal. «War!» es una muestra de agresividad inusitada en Dragonforce, sin dudas mi favorita del disco. Con «Land of shattered dreams» sigue manteniendo ese nivel de velocidad inverosimil, aunque caiga un poco en esquemas típicos. Ojo con «The edge of the world», en la que recurren a cambios continuos y demostración de que son capaces de demostrar el talento que atesoran más allá de la velocidad (que aquí dejan aparcada) de sus composiciones. Cierra el disco «Our final stand» una vuelta a su sonido, a lo que nos tienen acostumbrados. Muy buen disco de Dragonforce, que no debe de defraudar ni a sus fans ni a los que les guste el power metal.

DRAGONFORCE – Reaching into infinity

by: Carlos tizon

by: Carlos tizon

Licenciado en el arte de apoyar el codo en la barra de bar. Comencé la carrera de la vida y me perdí por el camino, dándome de bruces con el rock and roll. Como no pude ser una rock star, ahora desnudo mi alma cual decadente stripper de medio pelo en mi blog, Motel Bourbon.

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