Debo de reconocer que lo cierto es que llevaba ya tiempo con este libro en mi poder y a pesar del continuo bombardeo de opiniones sobre él a mí alrededor, como me sucede tantas otras veces, necesitaba el momento adecuado para comenzar a bucear en sus entrañas, a descalzarme para caminar por su contenido. El anuncio por parte de ETA de su desarme, provocó el chasquido necesario para abrir Patria. Como es costumbre y casi deporte nacional, en este país somos capaces de encumbrar o hundir algo con la misma facilidad y a veces nula propuesta de fundadas razones. Al lado de Patria he visto a algunos colocar clásicos como Guerra y Paz en su afán comparativo o hablar de una valentía suprema, mientras otros hablaban de cobardía por mostrar cartas con la partida acabada o menospreciar por a aquellos que abanderan una bandera racial de eruditos literarios con permiso benevolente de mirarnos por encima del hombro a los simples Morales que disfrutamos de una novela. Y ni uno ni lo otro. Patria es una novela elegida en el  momento oportuno puesto que narra el día a día de un pueblo de Euskal Herria, la convivencia de los vecinos, los rencores y el cariño que florecen a causa de las circunstancias, el nuevo horizonte que supuso el anuncio del cese de actividad de ETA.

Escuchaba hace poco una entrevista al autor, y me quedé con dos afirmaciones que yo firmaría con los ojos cerrados, dos ideas que adopto como mías. El pueblo vasco para los que lo vemos desde la lejanía, nos llega enredado en tópicos (posiblemente como muchos nos ven a los del sur del sur), de informaciones interesadas, de opiniones partidistas, un desconocimiento propio (y lógico) de quien no vive en sus calles. Puedes aprender mucho más del Madrid del Siglo XIX en los libros de Benito Perez Galdós que en cualquier libro de historia, y seguramente Patria nos enseñe más de la vida fuera de las grandes urbes de Euskalherria que cualquier tratado histórico o cualquier documental. Y segundo, que se puede estar al lado de las víctimas, y no por ello dejar de denunciar los abusos, torturas y errores del estado español, algo certificado por la justicia. Patria es la historia de dos familias, y a la vez de todo un pueblo. Una toma de conciencia, un reflejo de la presión social, del ¿como me puede tocar a mi si yo soy euskaldún, no uno de fuera?, de las continuas contradicciones que se mezclan, la hermana del «gudari» que no se siente cercana en su ambiente, la hija de la víctima, asidua al movimiento abertxale antes del fatídico punto de partida.

Patria es la crónica de una forma de vivir, pero ante todo es la historia de familias, de personas, de sentimiento encontrados, enfrentados e incluso comunes a pesar de las fuerzas que las separan o tal vez las unen. Patria es una novela que cobra vida propia, que se olvida de enrocarse en narcisismos literarios para hacer que el lector la devore con ansia. Como parte negativa, a veces esa obsesión por adjetivar en exceso me cansa, pero son pequeños detalles dentro de una magnífica obra. Siempre pensé que el exceso de halagos suelen ser al final producto de una moda, pero Fernando Aramburu se merece con Patria andar de boca en boca y su libro de mesa de noche en mesa de noche.

by: Carlos tizon

by: Carlos tizon

Licenciado en el arte de apoyar el codo en la barra de bar. Comencé la carrera de la vida y me perdí por el camino, dándome de bruces con el rock and roll. Como no pude ser una rock star, ahora desnudo mi alma cual decadente stripper de medio pelo en mi blog, Motel Bourbon.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Merodeando la calle vacía

Merodeando la calle vacía

Tenemos delante una calle vacía. ¿Cuál es su color verdadero si nadie la mira? ¿De qué color es la vida si no vive el hombre? ¿Hemos mirado siempre hacia dentro? Estas precipitadas preguntas tienen la suficiente claridad y, también, la deliciosa oscuridad de la...

Merodeando al niño

Merodeando al niño

Vemos a un niño agachado, una postura sencilla, cuando tenemos esa edad. Una postura que algunos abandonan para siempre. Aunque lo bueno de esa posición, es que puedes encontrar cosas inesperadas, como un bancal de violetas amarillas, o un montón de insectos nacarados...

Meditaciones Africanas – Felwine Sarr | Editorial Filosafrica

Meditaciones Africanas – Felwine Sarr | Editorial Filosafrica

El título ya es de por sí transparente. Meditaciones Africanas es una ventana abierta a una cultura desconocida para muchos. Una ventana que nos muestra, nada más leer sus primeros párrafos, que estamos alejándonos despacio, de lo que son las verdaderas relaciones...

Merodeando a la anciana feliz

Merodeando a la anciana feliz

Lo primero que me llama la atención de esta anciana feliz es su estatura, que seguramente no tiene nada que ver con la pose agachada en la puerta de su humilde hogar. La anciana está feliz, que no es lo mismo que contenta. Al llegar a cierta edad se puede comprobar,...

Merodeando al hombre destruido

Merodeando al hombre destruido

Lo primero que llama la atención al ver esta imagen, es el sendero pedregoso que conduce hacia la mina del yo. Un lugar, en el que muchos comenzamos a trabajar más bien pronto. Todo despertar es interno, por eso este hombre se ve a sí mismo llegando a la luz del...