He llegado hace unos días de Francia, de París para ser más exactos. Reconozco que he vuelto con sentimientos encontrados en cuanto a la ciudad. Rendido ante sus monumentos, sus calles céntricas, sus panorámicas y toda la historia que eres capaz de respirar según donde mires. Con la mirada amarga, debida a ese sentimiento de claustrofobia, debido a esos inmensos muros que te acompañan por las carreteras, aislando las ciudades, que junto al clima y la constante llovizna, me llevaba al gris de ciertas películas sobre la vieja Europa. Y la tristeza de ver gente viviendo bajo los puentes, chabolas y tiendas de campañas, junto a improvisados cordeles, donde se intentan secar ropas de críos. La cara y la cruz de esta vieja y decadente civilización nuestra, que nos toca vivir y contra la que deberíamos luchar, al menos, para intentar dotarla de más alma, de un matiz más humano, aunque esta Europa nuestra, se empeñe cada día más en vivir rodeada de un infranqueable muro en nombre de la seguridad social y económica.
Pero me traigo recuerdos de Francia y en ese ejercicio mental y nostálgico de atraer hacia ti las mejores imágenes de un viaje reciente, elijo como banda sonora a una banda sonora que me ha llamado muchísimo la atención ultimamente, DoctoR DooM y su «This seed we have sown», un disco de rock con mayúsculas, influenciado por las grandes bandas clásicas y también por gente que han puesto fuerte en el pie en el mundo del rock en generaciones posteriores. Su música se podía calificar como hard rock lleno de momentos de psych y ramalazos de un primigenio doom. Ya presentan sus credenciales con la canción con la que abren el disco, «The Sun», y esa entrada de bajo que te conduce a los más intensos momentos del rock de dimensiones monolíticas de los setenta. «Abso-fuckin’-lutely» se basa en un marcado riff que sin embargo no se coloca por encima del resto de instrumentos, sino que refuerza esa dosis extra de melodía de una fantástica canción.
El cuarteto francés lo borda con «Stuck in the past», y su ritmo bailable enfundado entre un potente riff y ese bajo que se convierte en referencia. «So jinxed» sigue la misma tónica, un revisión de los mejores sonidos de los setenta, dando mucha importancia a las melodías vocales y a la sección rítmica. «Relax you’re dead» suena intensa, con el riff como principal arma. «Behind the shadow» es compacta, directa, destacando esa guitarra y el fantástico solo que se marca. A modo de medio tiempo, te atrapa «At war with myself», que va subiendo hacia ese tono que te lleva a tener que moverte a su ritmo, si o si. «Truth in the dark» es una magnífica demostración de hard oscuro, con un intermedio que demuestra lo que son capaces estos tipos y el nivel que gastan. «To be continued…» te despide, con ganas de seguir la pista a esta gente. Muy buen disco.
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